Automovilista mata a osezno de osa legendaria de Wyoming y se da a la fuga

En el Parque Nacional Grand Teton, en Wyoming, vive una osa ya legendaria.

Se trata de la osa parda llamada 399, de 20 años de edad y madre de 16 osos. Fácilmente identificada por pobladores y turistas, ha sido tema de un libro y tiene hasta una cuenta en Twitter, @grizzlybear399.

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El mes pasado, luego de una hibernación más prolongada que de costumbre, 399 fue avistada, y no sola: estaba en compañía de un osezno, deambulando de un lado a otro, cerca de la carretera, como solían hacerlo.

La noticia fue doblemente celebrada, porque un cazador del estado se había vanagloriado de matarla. Y ahora aparecía, madre nuevamente.

Sin embargo, la alegría duró poco entre los seguidores de la 399: el osezno murió, atropellado por un auto durante la noche de este lunes.

“La muerte de este cachorro es especialmente trágica porque 399 está llegando al final de su vida reproductiva”, escribió en su página de Facebook un grupo defensor de la fauna, Wyoming Wildlife Advocates. “El osezno de 399, conocido como Snowy o Spirit por los observadores de oso de Grand Teton, fue adorado por sus travesuras y sobre todo la carita blanca y le echaremos mucho de menos”.

Deby Dixon, una fotógrafa de la naturaleza, llegó lunes por la mañana al lugar sobre el Pilgrim Creek Road, donde a menudo se puede encontrar a 399. Ella esperaba tomar fotos, pero en su lugar se topó con lo que parecía una escena del accidente, y los miembros voluntarios de la brigada de guardaparques, que gestionan en las carreteras los atascos provocados por la fauna, le dijeron que el osezno fue atropellado por un conductor que se dio a la fuga.

Luego 399 había arrastrado el cadáver al lado de la carretera.

La osa saltó a la fama en 2006, de acuerdo con National Geographic, cuando fue descubierta por primera vez al borde de la carretera, probablemente debido a que parecía más segura esa zona que estar más profundamente en el desierto, donde los osos machos a veces matan a los cachorros.

Era particularmente fértil y a menudo dio a luz a trillizos.

Thomas D. Mangelsen, quien pasó dos años fotografiando a la 399 y su progenie para un libro, dijo a National Geographic el mes pasado que más de la mitad de los cachorros o descendientes de 399 ya habían perecido - derribados por otros osos, o por encuentros con los seres humanos.

“Eso muestra cuán precario puede ser hacer crecer una población de osos, incluso con madres muy fértiles como 399,” dijo Mangelsen.

Dixon cree que el cachorro de este año era especial, no sólo porque era increíblemente lindo y más grande que la mayoría.

“Ellos jugaban paso a paso”, dijo Dixon de la madre y el bebé. “La gente que la ha estado observando durante años nunca ha sido testigo de que jugara tanto con sus cachorros”.

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