Australia premia a coleccionistas de Miami por promover el arte indígena

Dennis y Debra Scholl, dos destacados líderes artísticos de Miami, fueron reconocidos por el gobierno australiano por sus esfuerzos en la promoción de obras de arte indígenas.

El viernes, los Scholl fueron nombrados miembros de la Orden de Australia, el principal reconocimiento del país por servicios o logros sobresalientes, por su contribución a la defensa de los artistas indígenas australianos mediante la colección, exposición y donación de sus obras a museos de arte. Ambos se reunieron con el embajador australiano en Estados Unidos, Arthur Sinodinos, en Washington DC, para asistir a una ceremonia conmemorativa de la condecoración.

“Nos quedamos asombrados cuando nos enteramos”, dijo Debra.

“Nos sentimos muy honrados, pero sinceramente, el mayor honor de todo esto es el tiempo que hemos podido pasar con estos artistas”, añadió Dennis. “Son algunos de los mejores artistas sobre la faz de la tierra”.

La pareja lleva décadas muy involucrada en la comunidad artística de Miami. Debra preside el consejo de Locust Projects, el espacio de arte alternativo más antiguo de Miami, y Dennis es presidente ejecutivo de Oolite Arts, una organización sin fines de lucro de apoyo a los artistas visuales.

Desde principios de la década del 2000, los Scholl han coleccionado unas 400 obras de artistas aborígenes australianos, dijeron. En 2015, el matrimonio organizó tres exposiciones de arte indígena australiano que viajaron a 16 museos estadounidense.

En 2017, el matrimonio anunció la donación de la mitad de su colección de obras de arte aborigen a tres museos: el Museo de Arte Metropoltiano de Nueva York; el Patricia & Phillip Frost Art Museum de la Universidad Internacional de Florida en Miami, y el Museo de Arte de Nevada, que alberga una de las mayores colecciones públicas de arte aborigen del país. La donación incluye obras de los artistas Paddy Bedford, Nonggirrnga Marawili, Warlimpirrnga Tjapaltjarri y Gulumbu Yunupingu. Los Scholl también han producido tres importantes catálogos sobre arte aborigen y han encargado investigaciones académicas a especialistas internacionales.

Según Dennis, el arte aborigen australiano, la tradición artística más antigua de la humanidad, merece un reconocimiento en el mundo del arte contemporáneo. Las obras deben verse en espacios de arte contemporáneo, no en exposiciones de historia antropológica, afirmó.

“Nos lo planteamos como un proyecto de coleccionismo. Queríamos disfrutar de la obra como siempre hacemos, pero sentíamos que había un propósito superior”, dijo Dennis. “Creímos que era el momento en el que podríamos ayudar a que estos artistas fueran considerados de otra manera”.

Antes de las donaciones y las exposiciones, los Scholl llevaban años viajando a Australia para hacer vino. Durante una visita, Dennis estaba comiendo con una amiga, la comisionada australiana Rachel Kent, cuando esta mencionó que el mejor arte contemporáneo de Australia estaba hecho por artistas aborígenes.

Dennis no estaba familiarizado con el tema, así que Kent le recomendó visitar la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, el principal museo de arte de Sydney. La obra de los artistas le cayó “como un rayo”, dice.

“Doblé la esquina y fue un momento de epifanía”, dijo Dennis. “Dios mío, esto no se parece a nada que haya visto antes”.

Dennis fue directamente del museo al aeropuerto para tomar su vuelo de regreso a Miami. Cuando por fin llegó a casa después de 30 horas de viaje, le comunicó inmediatamente a Debra la buena noticia. Estaban a punto de entrar de lleno en el arte aborigen australiano contemporáneo.

"Wilkinkarra", del artista aborigen australiano Warlimpirrnga Tjapaltjarri.
"Wilkinkarra", del artista aborigen australiano Warlimpirrnga Tjapaltjarri.

Los artistas de la colección de los Scholl usan motivos y técnicas tradicionales en sus pinturas y esculturas. Algunos, como Bedford, pintan con líneas abstractas gruesas y atrevidas y colores intensos. Las pinturas sobre lino de Tjapaltjarri son hipnóticas repeticiones de pequeños puntos o finas líneas que parecen moverse por sí solas.

Aunque no conocían este tipo de arte, los Scholl se declararon fascinados por su historia y su significado cultural. Cuanto más aprendían, más se daban cuenta de lo mucho que desconocían, dice Dennis.

“Fue mucho más gratificante aprender sobre algo que no conocíamos y ayudar a difundir la grandeza de los artistas de todas estas comunidades aborígenes”, afirma Debra.

Algunos de sus recuerdos favoritos son de su estancia en Yirrkala, una pequeña y remota localidad del norte de Australia donde pasaron días conociendo a artistas locales y aprendiendo sobre sus prácticas artísticas.

Cuando le preguntaron por qué sentía tanta pasión por el arte aborigen australiano, Dennis recordó las exposiciones itinerantes que hicieron por todo Estados Unidos. No importaba en qué ciudad estuvieran, el público se mostraba alegre y emocionado al ver las obras.

“En cierto modo, la obra te llega”, afirmó.

Este reportaje fue producido con el apoyo financiero de The Pérez Family Foundation, en asociación con Journalism Funding Partners, como parte de un programa de becas de periodismo independiente. El Miami Herald mantiene el pleno control editorial de este trabajo.