Aun con alzheimer, la música siguió en la cabeza de Tony Bennett

CIUDAD DE MÉXICO, julio 21 (EL UNIVERSAL).- El retiro no era parte del plan. Fue el alzheimer el que le hizo la mala jugada en 2016 y lo bajó del escenario. Tony Bennett tenía planes de dar conciertos, de hacer música y de seguir aprendiendo hasta los 100 años.

"Amo mucho estar cantando para centenares de personas, es algo que en verdad disfruto y jamás he pensado en retirarme", dijo en 2014 en una entrevista para EL UNIVERSAL.

La muerte lo alcanzó a los 96, pero la música siguió en su cabeza. Era estimulante para él; sus médicos, incluso, consideraban que podía ser su mejor aliada, y fue capaz de recordar cuando volvió a escuchar las notas musicales de sus conciertos.

De hecho, alcanzó a grabar discos de duetos con su gran amiga, Lady Gaga, con quien compartía la ascendencia italiana. El último disco, "Love for sale", inspirado en los que presentó en 2014, fue lanzado en 2021, cuando él ya no recordaba, pero su voz podía escucharse. Lo grabó en 2018 y fue el aviso de su retiro oficial de los escenarios.

Su familia prefirió resguardar a Bennett. Fue hasta 2021, cinco años después del diagnóstico, que su esposa Susan Benedetto reveló que el famoso crooner tenía Alzheimer.

El cantante entonces, en un intento de la familia por dar un mensaje a quienes padecen la enfermedad, le permitió subirse de nuevo al escenario, en el Radio City Music Hall; dio un concierto y grabó un especial de tv, aunque había incertidumbre.

En una entrevista el programa "60 Minutos" con Anderson Cooper, Susan dijo que su esposo todavía la reconocía, tanto a ella como a sus hijos. Es que, concretamente, "él no sabe lo que tiene", aclaró. Aunque Gaga reveló posteriormente que el mismo Tony le contó lo que tenía.

La esposa relató el día a día con Tony: "A veces a primera hora de la mañana está más alerta", pero todo iba cambiando.

Pero aquel concierto en el verano de 2021 con Lady Gaga, en plena pandemia, que había contribuido al encierro del cantante, sorprendió a todos. "Cuando llegó el momento de ensayar, pasó algo increíble. Lee Musker –quien acompañaba a Bennett- empezó a tocar y Tony estaba de vuelta". La música estaba con él.