Aumento de la violencia en Guayaquil resalta el tema de seguridad antes de elecciones en Ecuador

FOTO ARCHIVO: El Ministerio del Interior de Ecuador incinera más de nueve toneladas de cocaína incautadas en diferentes operaciones, en Ecuador

Por Yury Garcia y Alexandra Valencia

GUAYAQUIL/QUITO, 13 jul (Reuters) - La violencia está creciendo en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, ya que los grupos criminales disputan el transporte de drogas a pesar de mayores decomisos, dijeron jefes policiales y residentes, aumentando los temores sobre una mayor inseguridad previo a las elecciones presidenciales del próximo mes.

Los asesinatos, balaceras e incluso los casos de desmembramientos en Guayaquil, la ciudad más grande del país con 2,8 millones de habitantes, han golpeado la economía y creado temor entre los habitantes, haciéndose eco del empeoramiento de las tasas de criminalidad en países de América Latina en los años posteriores a la pandemia del coronavirus.

Guayaquil registró 1.390 muertes violentas en el primer semestre del año, casi tantas como las contabilizadas en todo 2022 y cerca de la mitad de los 3.500 casos registrados a nivel nacional en igual periodo, según cifras policiales.

La violencia, a menudo en los suburbios cercanos a los puertos de la ciudad, se debe a las rivalidades entre siete grandes grupos criminales, informó Fausto Salinas, comandante de la Policía Nacional de Ecuador, a Reuters.

Los grupos, respaldados por cárteles internacionales, buscan el poder territorial dentro de la ciudad y la oportunidad de controlar el movimiento interno de la droga desde el ingreso por las fronteras hasta los envíos fuera del país, así como las ventas locales a pequeña escala, destacó.

"Existe una guerra entre las organizaciones criminales", agregó Salinas, explicando que las incautaciones de droga desencadenan peleas por otras rutas, empeorando la violencia.

El presidente saliente Guillermo Lasso ha sido duramente criticado por no reprimir la violencia, a pesar de usar poderes de emergencia para autorizar a los soldados a patrullar las calles y usar sus armas contra los delincuentes.

Wellington Ávila, un taxista guayaquileño secuestrado hace ocho meses, dijo que la expansión criminal es evidente.

"Las bandas ya tienen mucho poder, se les permitió que se fortalezcan", dijo Ávila, de 45 años y quien escapó de sus captores lanzándose del carro, que después fue usado en algunos robos. "Sólo nos queda encomendarnos a Dios".

Aunque la campaña para las elecciones del 20 de agosto recién comenzará el jueves, los ocho aspirantes que compiten por reemplazar a Lasso han prometido mejorar la seguridad, ofreciendo cambios en las cárceles, el sistema de justicia y la policía, así como patrullas fronterizas ampliadas.

Luisa González, que se perfila como una de los principales aspirantes a la presidencia con el respaldo del exmandatario Rafael Correa, ha pedido mejores condiciones de vida en los barrios pobres, educación y más empleos para que los jóvenes no sean presa de los grupos criminales.

Correa amplió los programas sociales durante su mandato y conserva una importante influencia política, a pesar de una condena por corrupción y su residencia actual en Bélgica.

"Ellos (los delincuentes) tienen el poder y no tengo fe de que eso pueda cambiar con el nuevo presidente", dijo María Belén Gonzales, de 30 años y quien tuvo que cerrar su negocio de venta de ropa en el sur de Guayaquil ante una extorsión criminal.

COCAÍNA Y BANANO

La fuerza pública logró hasta junio desarticular 764 bandas, decomisar 5.300 armas y detener a 39.000 personas, mientras que la policía dijo que abatió a 45 presuntos delincuentes.

La mitad de las 106 toneladas de drogas decomisadas en lo que va del 2023 fueron encontradas en Guayaquil. El año pasado se decomisaron 205 toneladas de droga, principalmente cocaína.

Pero las medidas son sólo un parche frente a la creciente presión en puntos de tráfico como fronteras y puertos, dijo el exjefe de inteligencia del Ejército y analista Mario Pazmiño.

"La ciudadanía está a presa del delincuente", explicó Pazmiño. "Lo que hay que hacer es presencia disuasiva permanente de tal forma que la ciudadanía se empodere de los espacios públicos y con la fuerza pública controlen las zonas".

Los controles manuales en los puertos de Guayaquil permitieron el decomiso de 38 toneladas de droga en contenedores hasta junio, dijo Darwin Sangoquiza, director antinarcóticos de Guayaquil y zonas aledañas. Las incautaciones totalizaron 44 toneladas durante todo 2022.

Los envíos de banano, la principal exportación agrícola de Ecuador, son un objetivo particular para los traficantes, que han sacado cocaína hasta Italia en contenedores de la fruta.

Cada semana se envían unos 7.000 contenedores de banano ecuatoriano hacia Europa y Estados Unidos y las exportaciones de la fruta se valoraron en 3.270 millones de dólares el año pasado, según datos oficiales.

"No estamos teniendo la seguridad que nosotros estábamos esperando", dijo José Hidalgo, director de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador, que agregó que en 2022 gastaron unos 100 millones de dólares en seguridad. "Entonces la afectación de competitividad es bastante seria".

Los esfuerzos de Lasso en la lucha contra los envíos, incluido un plan retrasado para instalar un sistema de escaneo de carga y medidas relacionadas con la presencia de militares, se han quedado cortos, dijo Luis Córdova, investigador de Conflicto y Violencia de la Universidad Central del Ecuador.

"Por más brillante que sea el presidente, si no tiene un equipo en materia de seguridad para afrontar el problema, él sucumbirá", agregó.

(Reporte de Alexandra Valencia en Quito y Yury García en Guayaquil. Editado por Javier Leira)