El atractivo perdurable de 'Wagatha', ya disponible en el teatro y las pantallas

Desde la izquierda, Jonathan Broadbent, Lucy May Barker, Laura Dos Santos y Tom Turner sobre el escenario del Teatro Wyndham, en Londres. (Tristram Kenton vía The New York Times)
Desde la izquierda, Jonathan Broadbent, Lucy May Barker, Laura Dos Santos y Tom Turner sobre el escenario del Teatro Wyndham, en Londres. (Tristram Kenton vía The New York Times)

LONDRES— En noviembre del año pasado, con su escenario transformado en una cancha de fútbol verde, “Vardy v. Rooney: The Wagatha Christie Trial” en el Teatro Wyndham de Londres, le había prometido a su público (el cual había casi llenado el recinto) un partido, y las dos mujeres sobre el escenario intentaban marcar un gol.

Pero mientras dos expertos exclamaban desde las líneas de banda, las actrices que se enfrentaban no interpretaban a estrellas del fútbol, sino a las mujeres casadas con ellas, atrapadas en el centro de una disputa en Instagram que se convirtió en un caso de difamación de alto perfil que capturó la atención del público británico el pasado mes de mayo y que reveló las maquinaciones de las celebridades británicas y el deslumbrante mundo del fútbol inglés.

“Lo veo como una comedia de costumbres”, afirmó Liv Hennessy, la escritora de la obra, la cual regresó al West End la semana pasada en el Teatro Ambassadors. “Para nosotros es una forma teatral de ver la forma en que las personas se comportan en nuestra sociedad actual”.

La obra es solo una de las muchas adaptaciones recientes del caso de la vida real que se popularizó como el juicio de "Wagatha Christie", en el que Rebekah Vardy, la esposa del delantero del Leicester City Jamie Vardy, demandó a Coleen Rooney, esposa de la exestrella del Manchester United Wayne Rooney por difamación. ¿El detonante de la situación? Una acusación de Rooney, en Twitter, de que Vardy había filtrado su información personal a la prensa británica.

Las esposas y novias de los futbolistas —comúnmente conocidas en el Reino Unido por el acrónimo WAG (que proviene de “esposas y novias” en inglés)— han sido seguidas durante mucho tiempo por los tabloides, pero la publicación de Rooney causó un escándalo en línea. Su escalada al ámbito legal condujo a una cobertura extenuante, atrajo a poderosos abogados y sacó a la luz revelaciones sobre la vida personal de ambas mujeres.

El componente legal de la extensa saga llegó a su fin en julio del año pasado, cuando el Tribunal Superior de Justicia falló contra Vardy. La sentencia afirmó que el daño a la reputación del escándalo no fue difamación y le ordenó a Vardy pagar casi todos los costos legales de Rooney, que ascendieron a cerca de 1,7 millones de libras (1,9 millones de dólares).

Pero el poder del caso como historia ha perdurado. Productoras, documentalistas, podcasteros y periodistas encuentran el desarrollo del juicio y su elenco de personajes demasiado irresistibles como para no diseccionarlos, todo ayudado por la disponibilidad de las transcripciones judiciales del caso, el cual duró una semana.

Es como el viejo adagio: esto se escribe y no se cree”, afirmó Thomas Popay, director creativo de Chalkboard TV, que produjo una dramatización de dos episodios, “Vardy v. Rooney: A Courtroom Drama”, que se emitió en Channel 4 en el Reino Unido en diciembre. “Y literalmente no lo escribimos. Tomamos las transcripciones y las recreamos”.

Junto con la obra de teatro del West End y el programa de Channel 4, las ofertas para los seguidores de la disputa incluyen un pódcast de la BBC llamado "It's... Wagatha Christie" y el documental de Discovery+ "Vardy vs Rooney: The Wagatha Trial". Rooney ha firmado un acuerdo con Disney+ para un documental de tres episodios que analizará los eventos que llevaron al juicio y, según reportes, se está considerando narrar la saga como parte de la serie "A Very British Scandal".

“Todos podemos identificarnos con la idea de ser traicionados, especialmente por alguien en quien confiábamos”, dijo Popay. “Y por el lado de Vardy, todos podemos identificarnos con que no nos crean”.

En su publicación en las redes sociales de 2019, Rooney describió cómo tramó una operación encubierta para revelar al traidor, al publicar historias falsas que solo eran visibles para una sola cuenta, la de Vardy, con el fin de probar si terminarían apareciendo en The Sun, un tabloide de Londres.

La popularidad de la publicación hizo que Rooney fuera apodada "Wagatha Christie" —una combinación de WAG y Agatha Christie, la escritora de novelas policiales— por su trabajo detectivesco. Vardy rápidamente negó que fuera la filtradora y demandó a Rooney por difamarla.

“Estamos sin duda interesados en las desgracias de las personas y en lo que sucede en la vida de las celebridades”, aseguró Adrian Bingham, profesor de Historia Moderna Británica en la Universidad de Sheffield, quien ha estudiado los medios y los temas de género. La participación de las mujeres en el mundo del fútbol le dio a su disputa resonancia con una audiencia más amplia, agregó, mientras que el caso legal les dio a los medios tradicionales una razón legítima para cubrirlo. Los productores de las adaptaciones afirman que han pedido a sus propios abogados que revisen los guiones, para que no los acusen de difamación.

Aunque los chismes de celebridades pueden ser fácilmente descartados como frívolos, las dos oponentes en el juicio eran mujeres de la clase trabajadora que trazaron un camino inspirador para otras como ellas, afirmó Rebecca Twomey, una corresponsal de entretenimiento que ha cubierto a ambas mujeres de cerca.

“Nos gusta poner a las personas en pedestales para luego derribarlas”, dijo, y agregó que muchas personas disfrutan de una pantomima moderna. “Se pudiera pensar que son unas WAG cabezas huecas, pero estamos hablando de dos mujeres astutas e inteligentes”.

Aun así, el atractivo persistente del gran drama de “Wagatha Christie” también es simple, afirmó Bingham.

“La razón por la que la gente está contando este caso no es porque sea perspicaz”, agregó. “Es porque es una gran historia, con grandes frases”.

c.2023 The New York Times Company