Tras un nuevo ataque del ala conservadora por temor a la “destrucción” de la Iglesia, el Papa abre un sínodo crucial

El cardenal Raymond Burke asiste al encuentro denominado
El cardenal Raymond Burke asiste al encuentro denominado "la Babel Sinodal" - Créditos: @Gregorio Borgia

ROMA.- Tras un nuevo ataque de la minoría conservadora que salió a alertar sobre el riesgo de una “destrucción” de la Iglesia, Francisco abre este miércoles la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, una reunión global considerada revolucionaria porque por primera vez mujeres y laicos tendrán derecho a voto, en la que habrá una gran reflexión sobre los desafíos de hoy.

Justamente porque participan por primera vez con derecho a voto mujeres y laicos –por lo que ya no es estrictamente una reunión sólo de obispos- y por su metodología, en los dos últimos años hubo una amplia consulta en la que los casi 1300 millones de católicos del mundo fueron invitados a expresar su visión sobre temas que van desde el funcionamiento mismo de la Iglesia, el rol de las mujeres, la inclusión de las personas LGTB y el celibato, el sínodo es considerado por sus detractores una amenaza, o una peligrosa “caja de Pandora” en la que podrían darse cambios de doctrina.

Fiel reflejo de esto, una pequeña ala conservadora liderada por el cardenal ultratradicionalista norteamericano Raymond Leo Burke, organizó este martes, justo en vísperas de la apertura del sínodo mañana con una misa del Papa con los nuevos cardenales, un evento para volver a alertar del peligro de destrucción de la Iglesia.

Titulado “La Babel Sinodal”, el evento tuvo lugar en un teatro que queda a cien metros del Vaticano y coincidió con el lanzamiento de la edición mensual de La Bussola, publicación que aspira a mantenerse “fiel a la verdad y a anunciarla”, desde siempre crítica del pontificado de Francisco. “Babel es sinónimo de confusión y es el contexto de confusión creciente que vive la Iglesia de hoy, alimentada por este sínodo”, explicó el director y organizador del evento, Riccardo Cascioli.

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El cardenal Burke, estrella del evento -al que asistió otro purpurado opositor, el africano Robet Sarah-, a su turno no sólo advirtió sobre “el riesgo de perder la identidad de la Iglesia”. Reivindicó, además, la iniciativa de haberle planteado durante el verano a Francisco cinco “dubia” o “dudas” sobre eventuales cambios de moral y doctrina en cuestiones candentes como la bendición a parejas del mismo sexo y la ordenación sacerdotal de mujeres. La iniciativa se filtró el lunes y, sorpresivamente, el Vaticano reaccionó dando a conocer una respuesta de Francisco que descolocó a todos porque no descartó que pudiera en el futuro darse la posibilidad, en algunos casos, de bendecir a las parejas homosexuales.

Desafío

Pero Burke redobló su desafío. Reveló, en efecto, que si bien firmaron esas cartas con las “dudas” otros cuatro purpurados conservadores, aseguró que son muchos más los que están con él: “Muchos hermanos del episcopado sostienen esta iniciativa, aunque no figuran en la lista oficial de los firmatarios”, aseguró.

Burke se manifestó dolido, por otro lado, por el hecho de que un padre sinodal entrevistado por un diario italiano lo acusó de querer “dictarle la agenda al Papa, causando heridas a la unidad de la Iglesia y golpeando a Francisco”.

“Esos comentarios solo revelan el estado de confusión, error y división que reina el sínodo de obispos que comenzará mañana”, dijo. “Los cinco dubia tratan exclusivamente la perenne doctrina y disciplina de la Iglesia, no una agenda del Papa”, explicó, al destacar que, en verdad, las dudas planteadas “son una expresión de la debida veneración por el ministerio petrino y por el sucesor de Pedro”.

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Burke también le tiró dardos al nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, por haber dicho en una reciente entrevista que, “además del depósito de la Fe, el Romano Pontífice tiene un ‘don vivo y activo’, que resulta en lo que él definió ‘la doctrina del Santo Padre’”.

“Pero la Iglesia nunca enseñó que el Romano Pontífice tiene un don especial para construir una doctrina propia”, cuestionó.

El Papa mira los preparativos del sínodo en el Vaticano
El Papa mira los preparativos del sínodo en el Vaticano - Créditos: @Riccardo De Luca

Burke, así como los demás ponentes del convenio, también atacaron duramente el concepto de sinodalidad, palabra que consideraron “incomprensible” y confusa y al Instrumentum Laboris (IL), es decir, el documento de trabajo que servirá como base de las discusiones del sínodo, titulado “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”.

Este es considerado una “caja de Pandora” porque en el IL –fruto de una consulta de dos años que se dio a nivel local y luego continental-, en efecto, hay temas de todo tipo. Entre ellos, muchas cuestiones hasta ahora tabú, como una mayor participación de las mujeres en la vida de la Iglesia católica; la ordenación de hombres casados; la inclusión de quienes no se sienten aceptados, como los divorciados vueltos a casar y personas LGBTQ+; la revisión de la función de los obispos, incluso del primado del obispo de Roma; la descentralización; la revisión de estructuras; de la formación; y un nuevo lenguaje para poder transmitir mejor el Evangelio.

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“El Instrumentum Laboris contiene afirmaciones que se desvían en modo impresionante y grave de la enseñanza perenne de la Iglesia”, advirtió el cardenal, líder de la oposición ultraconservadora. “Ante todo, debemos reafirmar públicamente nuestra fe. En esto, los obispos tienen el deber de confirmar a sus hermanos. Los obispos y cardenales de hoy necesitan de mucho coraje para enfrentar los graves errores que provienen del interior de la misma Iglesia. Las ovejas dependen del coraje de los pastores que deben protegerlas del veneno, la confusión, el error y la división”, disparó, provocando aplausos. “Pero quisiera concluir, exhortándolos a la oración para implorar la ayuda del Cielo contra todas las potencias, humanas y preternaturales, que sueñan con la destrucción de la Iglesia”, pidió. “¡No pravalecerán!”, arengó, citando un pasaje del Evangelio en latín.

“La asamblea sinodal tiene todo el potencial para causarle un daño inmenso a la vida y a la misión de la Iglesia”, coincidió el sacerdote norteamericano Gerald Murray, estrella del canal católico ultraconservador EWTN, que en su ponencia se mostró escandalizado por la voluntad de incluir en la Iglesia a personas LGTB+, que tienen “comportamientos inmorales según la ley de Dios”.

“Es nuestro deber, en obediencia a la revelación de Dios y en la caridad para las almas, resistir a cualquier intento que pueda surgir de esta asamblea sinodal de cambiar la enseñanza de la Iglesia”, clamó. Ninguno de los dos prelados participa del Sínodo, al que asistirán 464 personas (peritos, expertos, facilitadores), entre las cuales 365 miembros (obispos y no obispos) con derecho a voto, entre los cuales 54 mujeres.

En este clima bastante efervescente, pese a que sólo comenzará una primera etapa que durará hasta fin de mes, de la que no saldrán conclusiones, sino que el proceso sinodal tendrá una segunda fase en octubre del año que viene, en un posteo en X el papa Francisco se mostró tranquilo. Y resumió el significado del Sínodo, el cuarto de su pontificado después del de la familia, el de los jóvenes y el de la Amazonía y considerado por los expertos seguramente el más importante, una suerte de Concilio Vaticano III. “La esencia del camino sinodal reside en una verdad de fondo que no debemos perder de vista nunca: su finalidad es escuchar, comprender y poner en práctica la voluntad de Dios”.