Fue un artista en el montículo y es uno de los mejores pitchers cubanos de todos los tiempos. Ahora cumple 90 años

Fue uno de los grandes lanzadores del profesionalismo cubano en la década del cincuenta en el béisbol de Grandes Ligas y en las Series del Caribe.

Esta leyenda del deporte de las bolas y los strikes que lleva el nombre de Camilo Pascual acaba de cumplir 90 años y hoy queremos recordar su historia.

Nació el 20 de enero de 1934 en el barrio de Lawton, en La Habana.

Dio sus primeros pasos en el Club Ferroviario de su localidad y teniendo edad juvenil (18 años) pasó a la Liga Profesional Cubana con los Tigres de Marianao, equipo que de manera insólita rápidamente lo cambió por 12 bates a los Elefantes de Cienfuegos, siendo uno de los movimientos de jugadores más equivocados en la historia de nuestro pasatiempo nacional.

Su repertorio de lanzamientos fue sobresaliente.

Su curva hacia abajo fue considerada una de las mejores del mundo, combinándola con un slider, cambio de velocidad y una recta que superaba las 90 millas por ahora llegando a las 95.

En la temporada 1955-56 ganó el premio de Jugador Más Valioso cuando su equipo conquistó el trofeo al sumar 12 victorias, cinco derrotas y 1.91 de efectividad.

Luego ayudó a los Elefantes a ganar otras dos coronas en los dos últimos torneos profesionales de Cuba bajo la dirección de Tony Castaño.

En ocho años en la Liga Cubana tuvo marca de 58 triunfos y 32 reveses (promedio de .644), ponchó a 612 bateadores en 750.2 entradas y toleró 582 imparables. Dejó una efectividad de 2.85.

Participó en tres Series del Caribe y terminó invicto con marca de seis triunfos (dos en cada torneo) y en todas ellas ayudó a Cuba a ganar el título.

En el béisbol estadounidense comenzó en Ligas Menores en 1951 (con 17 años). Antes de ser ascendido al equipo de los Senadores, actuó con los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida y con Tampa.

El expitcher de Grandes Ligas Camilo Pascual lanza la primera bola ante los Atléticos de Oakland, en el homenaje que le dieron los Mellizos de Minnesota tras ser incluido en el Salón de la Fama del equipo, el 14 de julio de 2012 en Minneapolis.
El expitcher de Grandes Ligas Camilo Pascual lanza la primera bola ante los Atléticos de Oakland, en el homenaje que le dieron los Mellizos de Minnesota tras ser incluido en el Salón de la Fama del equipo, el 14 de julio de 2012 en Minneapolis.

Su debut en Grandes Ligas ocurrió el 15 de abril de 1954 (a los 20 años) con Washington, en la Liga Americana.

Con este equipo sotanero, Pascual terminó con récord negativo de 57 triunfos y 84 derrotas en sus primeras siete temporadas.

A pesar de militar con la novena más débil de ambos circuitos, Camilo tuvo su primera gran temporada en 1959 cuando ganó 17 y perdió 10 con 2.64 de carreras limpias.

En 1960 terminó con 12-8 con 3.03 de efectividad y en 1961 pasó a Minnesota (una mejor novena) donde acumuló 88 victorias y 57 derrotas en seis campañas (promedio por temporada de 15 triunfos y nueve reveses).

En 1962 archivó marca de 20 y 11 con 3.32 de efectividad.

Su mejor año fue en 1963 cuando ganó 21 juegos, perdió nueve con promedio de limpias de 2.46.

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Lideró en tres ocasiones en juegos completos en 1959 (17), 1962 (18) y 1963 (18), con otras tres veces en blanqueadas en 1959 (6) 1961 (8) y 1962 (5).

Entre 1961 y 1964 Camilo ponchó a más de 200 bateadores con 221, 206, 202 y 213 y fue líder de la Liga Americana en tres de dichas temporadas.

El cubano sumó más de 20 triunfos en 1962 y 1963, se mantuvo entre los ocho primeros en ponches propinados y promedio de ponches por nueve entradas entre 1956 y 1964, así como fue líder en WAR para lanzadores en 1959 (7.8) y 1963 (6.1).

El habanero logró nueve victorias y tres reveses en 1965 cuando los Mellizos ganaron la corona. Lanzó en la Serie Mundial donde sufrió la derrota en el tercer juego al permitir tres carreras a los Dodgers de Los Angeles.

En esta Serie Mundial actuaron cuatro cubanos por los Mellizos: Tony Oliva, Zoilo Versalles, Hilario “Sandy’’ Valdespino y Pascual.

La verdadera calidad de un serpentinero no se puede medir solo por el promedio de ganados y perdidos, pues un pitcher de gran calidad actuando con una novena que no le brinda apoyo ofensivo puede sumar menos victorias que otro serpentinero inferior lanzando con un buen equipo.

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Ese fue el caso de Camilo al actuar con el peor equipo de Grandes Ligas.

A los Senadores del béisbol le pusieron un lema que decía: ‘’Washington, primero en la guerra y en la paz, últimos en la Liga Americana’’.

El cubano fue uno de los lanzadores más dominantes de su época y creemos que de haber tenido la oportunidad de actuar para una novena con bateadores que impulsaran carreras, sus victorias pasarían de las 200 y su nombre estaría entre los candidatos con posibilidades a ingresar en Cooperstown.

A pesar de estar los siete primeros años con los Senadores y confrontar problemas físicos en sus últimas cuatro temporadas, Pascual terminó con 174 victorias, 3.63 de efectividad, propinó 2,167 ponches (#70) y tiró 36 juegos de nueve ceros para ubicarse en el lugar 63 de todos los tiempos.

Camilo fue elegido a siete Juegos de Estrellas. Además de los Senadores y Mellizos, también actuó en las postrimerías de su carrera con su brazo afectado con Cincinnati, Dodgers y Cleveland.

Después de su retiro fue entrenador y buscador de talentos de equipos de Grandes Ligas.

A la edad de 90 años, Camilo Pascual aún vive en la ciudad de Miami. Pertenece a los Salones de la Fama de la Serie del Caribe, Cuba y Mellizos de Minnesota.