Artesanos de Oaxaca apuestan al rescate del arte del bejuco

JUCHITÁN, Oax., noviembre 20 (EL UNIVERSAL).- Espiridión, Cayetano, Aristeo y Wilfrido, del pueblo ayuujk, son de los pocos artesanos que cumplen con el ritual de subir largas jornadas a pie a las montañas del municipio de San Juan Guichicovi, para ir al corte, durante los periodos de luna llena, del junco del bejuco, una planta trepadora de hasta seis metros de alto que está en peligro de extinción.

Los señores Romero, Sánchez y Antonio, nacidos en las comunidades de Pachiñé Encinal y El Zarzal, tienen años dominando con la magia de sus manos las ramas del junco, desde retirarles las espinas, hasta convertirlas en atractivos canastos para el mercado, cestos de cintura para el corte del café, floreros espigados, monederos y tortilleros.

Con la traducción del director de Cultura del gobierno municipal de San Juan Guichicovi, Eusebio Jiménez Luis, los cuatro artesanos mixes dicen que pocos jóvenes se esmeran por rescatar, impulsar y valorar el arte para convertir el bejuco y la palma en objetos de las familias como los canastos y los sombreros. El plástico le está ganando terreno a la artesanía, advirtieron.

Ellos acudieron gustosos a la invitación que les formuló el presidente municipal de San Juan Guichicovi, Heberto Luis Zacarías, quien, a través del director de Cultura, Jiménez Luis, para que participaran en la segunda expo feria artesanal 2022, en la cabecera municipal durante ayer sábado y hoy domingo, al lado de artesanas del textil y de la cerámica como el morro y el barro.

Durante estos días de la expo feria, a la que acudieron cientos de personas de las comunidades vecinas que admiraron y adquirieron las artesanías, llegó doña Jovita, esposa de don Espiridión, con sus jícaras de color natural y de todos los tamaños, cortados del árbol de morro, y elaboradas con la destreza del arte y del conocimiento del tiempo de corte, cocción y limpieza.

Por años, explicó el funcionario de cultura del gobierno municipal de San Juan Guichicovi, "la jícara fue el utensilio natural en la cocina o en el patio, para saborear el agua natural al lado de la tinaja o el refresco de las frutas de la zona como las naranjas o mandarinas, pero con el paso del tiempo, nos fue ganando el plástico. Queremos rescatar el uso de jícara", señaló Eusebio Jiménez Luis.

En la segunda expo artesanal, no podían faltar las mujeres del arte textil que una infinita creatividad basadas en su amplia cosmovisión, como doña Odilia y doña Magdalena, amansan la popelina, el organdí, el lino, raso de novia o el terciopelo con el tejido, el bordado o la técnica de la cadenilla en huipiles y enaguas.

Antes de la pandemia, las mujeres ayuujk artesanas del textil salían a vender sus productos hacia varias ciudades de la entidad y otros puntos del país, cuando ya no se pudo, todas ellas exploraron, obligadas por las circunstancias adversas, a vender por las redes sociales. Fue fascinante porque pocas conocían los adelantos de la tecnología. Ahora todas tienen pedidos.

La expo artesanal, dijo el presidente, Heberto Luis Zacarías, luego que encabezó el desfile conmemorativo del inicio de la Revolución Mexicana, tiene el propósito de recuperar e impulsar las actividades artesanales que dan vida a la cultura mixe. Queremos evitar, indicó el director de cultura, que esas expresiones de arte se pierdan como ocurrió con la enagua de enredo.