Arrestan por asesinato a una madre que ganó publicidad y dinero con enfermedades que le inventó a su hija

Kelly Renee Turner saltó a la palestra pública en 2017 cuando se hizo viral la lista de “últimos deseos” de su hija Olivia Gant, una niña de seis años con una rara enfermedad terminal que le atrofiaba el desarrollo y le producía convulsiones.

Kelly Renee Turner en foto de la oficina del sheriff del condado de Douglas via REUTERS.
Kelly Renee Turner en foto de la oficina del sheriff del condado de Douglas via REUTERS.

A Olivia le dijeron que no tenía mucho tiempo de vida, así que con la ayuda de su madre hizo una carta en la que pidió ayuda para llevar a cabo atrevidas hazañas, como la de “ser un bombero”, “alimentar a los tiburones” o “atrapar a un tipo malo con la policía”.

La niña se movía con dificultad, usaba una silla de ruedas y un tubo de alimentación, pero logró cumplir todos sus deseos gracias al Departamento de Policía de Denver, la fundación Make-A-Wish y miles de personas que le enviaron donativos a través de GoFundMe.

En esa última plataforma, Turner escribió que Olivia sufría también de autismo, de displasia cortical focal, problemas digestivos e hidrocefalia. También agregó una “encefalomiopatía neurogastrointestinal”, que explicó como un “trastorno mitocondrial degenerativo que hace que todo el cuerpo se apague a la vez”.

Pero Olivia nunca tuvo una enfermedad terminal y no se estaba muriendo de insuficiencia intestinal. Turner la estaba matando lentamente.

La Oficina del Sheriff del Condado de Douglas hizo público este el lunes que la mujer, de 41 años, ha sido acusada de asesinato en primer grado, fraude y robo, por supuestamente inventar la enfermedad de su hija durante años antes de finalmente dejarla morir.

Turner ingresó a su hija en un centro de cuidados paliativos e insistió en que su calidad de vida era tan pobre que no tenía sentido que siguiera conectada a los equipos con el tratamiento y a sonda de alimentación. Pidió que se le permitiera morir en paz bajo una orden de “No resucitar”.

Poco antes del fallecimiento de su hija el 20 de agosto de 2017, Turner había recibido más de 20.000 dólares en donativos. Ahora también está siendo acusada de sacar provecho de la atención de los medios y las organizaciones benéficas, y de defraudar a Medicaid por más de 538.000 dólares y a la Fundación Make-A-Wish por más de 11.000.

No fue hasta 2018 que las autoridades dieron inicio a una investigación exhaustiva, cuando comenzaron a sospechar que la mujer también estaba abusando de su otra hija, la hermana mayor de Olivia.

La policía había recibido la denuncia de un doctor a quien Turner aseguró que su hija mayor había “sobrevivido al cáncer”. El médico comprobó que la información era falsa cuando se comunicó con el centro donde supuestamente la menor había recibido quimioterapia.

Unos 11 médicos entrevistados por la policía también dudaron de muchos de los otros supuestos síntomas. Un especialista dijo que no podía encontrar evidencia de que Olivia tuviera convulsiones, y que tuvo que advertir a Turner tres veces que dejara de darle a Olivia medicamentos anticonvulsivos.

Otro se percató de que Olivia era una niña social y activa, por lo que le cuestionó a la madre cómo era posible que le hubieran diagnosticado autismo.

El sheriff del condado de Douglas, Tony Spurlock, dijo que Turner fue arrestada en un hotel en Glendale, Colorado, el viernes por la mañana y está detenida sin fianza.

En noviembre de 2018, los restos de Olivia fueron exhumados y la autopsia no arrojó ninguna evidencia que respaldara una muerte por insuficiencia intestinal. El procedimiento calificó la causa del deceso como indeterminada.

La policía sospecha que Turner padece el “Síndrome de Munchausen por poder” o Trastorno facticio infligido a otro, en el que un adulto fabrica la enfermedad de un niño en busca de simpatía y atención.

Sin embargo, el informe del caso recoge que fue Turner quien primero mencionó el síndrome de Munchausen en entrevistas con la policía. “Ese nunca ha sido mi caso, nunca (…) Puedes preguntarle a cualquiera”, dijo a los investigadores.

La mujer negó todas las acusaciones en el caso de Olivia, pero admitió a los detectives que inventó afirmaciones clínicas sobre el supuesto cáncer de su hija mayor.