Los argentinos afectados por los incendios en Hawai, entre la desolación y la solidaridad: “Estuve ocho horas sacando a la gente del agua”

Una imagen aérea tomada el 10 de agosto de 2023 muestra casas destruidas y edificios quemados en Lahaina después de los incendios forestales en el oeste de Maui, Hawai.
Una imagen aérea tomada el 10 de agosto de 2023 muestra casas destruidas y edificios quemados en Lahaina después de los incendios forestales en el oeste de Maui, Hawai. - Créditos: @PATRICK T. FALLON

En medio de los devastadores incendios que convirtieron a Hawai en un infierno, un grupo de argentinos sufre las consecuencias y otro hace lo posible para ayudar a la población en medio de las llamas. El jueves por la noche, mientras las noticias mostraban las terribles imágenes de destrozos y muerte por el fuego, Eduardo -que vive a 30 kilómetros del foco de incendio en Lahaina y tiene un pequeño barco- recibió una llamada de la guardia costera para ir a rescatar personas que, totalmente desesperadas, se habían tirado al agua para no quemarse vivas. Pero ahora se estaban ahogando.

Estuve ocho horas sacando a la gente del agua. Familias enteras, niños de seis y ocho años”, contó a LA NACION este hombre de Mar del Plata y que vive en Maui hace muchos años, cuyo apellido prefiere resguardar. “Fue algo de no creer lo que se veía en el mar. Nunca viví una situación así”.

Los incendios forestales arrasan desde el martes a la isla hawaiana de Maui, donde viven unas 160.000 personas. Las llamas ya quemaron más de 800 hectáreas de terreno, mientras los equipos de bomberos batallan contra tres grandes focos de incendios- uno en la localidad de Lahaina, un segundo en Pūlehu, y otro en Kula-. Aproximadamente 12.400 usuarios permanecían sin suministro eléctrico y la señal de teléfono tiene fallas en gran parte de la isla.

La escena parecía una imagen de guerra, “una escena totalmente catastrófica”, dijo Eduardo, haciendo referencia a lo que veía a lo lejos desde su bote: los tanques de gas Zeppelin -que en esa parte de la isla hay muchos- explotaban y formaban un hongo de fuego como si fuesen bombas. Mientras tanto, navegaba con cuidado para evitar que el bote toque los corales y se rompiera.

“Se perdieron muchas cosas que no vamos a recuperar más”, lamentó. Casas enteras, plata, ropa, libros, autos, incluso el famoso árbol de higuera de Bengala, de 200 años, que ocupaba una manzana completa en el centro de Lahaina. “Ya está, se perdió, no se recupera más”. Pero las pérdidas que más preocupan son las de vidas humanas.

Al menos 55 personas fallecieron por el incendio, aunque las autoridades estiman que pueden ser muchas más. Además, los fuegos obligaron a evacuaciones masivas tanto de residentes como de turistas, que debieron buscar refugio en los cinco sitios que habilitó el gobierno estadounidense para resguardar a la población. Más de 35.000 personas corrían peligro, de acuerdo a la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawai.

Rescates

Mientras tanto, los argentinos tienen un espacio de contención a través de redes sociales; son una comunidad de más de 500 personas en donde mandan actualizaciones minuto a minuto.

“Alguien sabe algo de Martín Erroz?”, pregunta un integrante. Al rato le responden información de su paradero, y, en caso de que no la haya, se organiza una búsqueda hasta encuentrarlo. Además, circula información sobre donaciones, tránsito, y actualizaciones de los incendios.

Un incendio forestal arde en Kihei, Hawái, a última hora del miércoles 9 de agosto de 2023. (AP Photo/Ty O'Neil)
Un incendio forestal arde en Kihei, Hawái, a última hora del miércoles 9 de agosto de 2023. (AP Photo/Ty O'Neil) - Créditos: @Ty O'Neil

Como Eduardo, cientos de argentinos se movilizan para ayudar a los afectados por los fuegos. “Tanto nuestra comunidad argentina como hawaiana, y el estado de Maui estamos muy unidos. Todos aquellos que no perdieron sus casas están abriendo sus puertas para quienes lo necesitan. También hay muchos refugios en escuelas e iglesias, donde pueden dormir, comer o ropa: ahí es donde la comunidad está donando alimentos y recolectando lo necesario”, contó a LA NACION Bianca Bianco, que vive hace un año en Maui. “Estamos muy unidos y eso es lo que nos mantiene fuertes”, agregó.

Refugios

Iglesias, gimnasios y espacios de escuelas secundarias funcionan ahora como albergues para las personas que vieron sus hogares desaparecer bajo las llamas. En el aeropuerto de Kahului, 2000 turistas quedaron varados por las demoras y cancelaciones en los vuelos, y tantos otros usaron el espacio para refugiarse y dormir en el piso, según anunciaron las autoridades. Además, el centro de convenciones de Hawai se prepara para recibir a otras 4000 personas.

“Ahora nos dan comida caliente, agua, ropa y un lugar para dormir. Pero perdimos todo, nuestra casa, nuestra ropa, la ciudad. La ciudad está perdida”, lamentó a LA NACION Santiago desde un refugio en Kahului, la ciudad más grande de la isla. Llegó ahí después de que su casa se haya caído a pedazos por las llamas. Vivía en el medio de Lahaina, en un conjunto de viviendas llamado “la vecindad”, junto a un grupo de treinta argentinos. Todos evacuaron y se encuentran bien; hasta el momento no hubo argentinos lastimados, aseguró.

Santiago muestra el
Santiago muestra el "antes y después" de la "vecindad" donde vivía con otros 30 argentinos en el medio de Lahaina

A diario llegan a Hawai más de 34.000 viajeros de todo el mundo para disfrutar de este archipiélago paradisíaco, según registros oficiales, y entre ellos cientos de argentinos encuentran en el condado de Maui.

“Ahí es donde estaban las mejores olas, de hecho, todos los argentinos vivíamos ahí”, aseguró a LA NACION Nicolás Andrés, de 35 años, que se mudó en mayo a Lahaina, el epicentro del incendio, la zona que hoy se tornó cenizas.

Esta captura de vídeo de Richard Olsten, tomada el 9 de agosto de 2023, muestra el humo que sale de los edificios destruidos mientras el fuego arrasa Maui, Hawái. (Foto de Richard Olsten / AFP) /
Esta captura de vídeo de Richard Olsten, tomada el 9 de agosto de 2023, muestra el humo que sale de los edificios destruidos mientras el fuego arrasa Maui, Hawái. (Foto de Richard Olsten / AFP) / - Créditos: @RICHARD OLSTEN

Este arquitecto regresaba de su trabajo en una empresa constructora del centro de la isla, cuando lo detuvo un corte total en la ruta cercana a su barrio, con columnas de humo de fondo. Como estaba cercano a su casa, decidió estacionar su auto y llegar a pie, bordeando los focos de incendio, que lo asustaron “un poco”. Lo sorprendieron fuertes ráfagas de viento, que le impidieron caminar fácilmente y le volaron los anteojos, según su relato a LA NACION.

Pero lo más impactante ocurrió una vez que llegó a la cima de una colina y miró hacia su barrio: “Cuando llegué arriba y vi lo que era el fuego se estaba quemando absolutamente todo el barrio. Todo, todo. Vi la zona donde estaba mi casa: estaba todo en llamas”, contó a este medio. “Entonces solo me senté a contemplar eso. Se me puso la piel de gallina. Supe que no tenía sentido ya tratar de llegar a mi casa”.

Un rato después llegó su compañero de cuarto y le dio la peor noticia: todo había quedado bajo las llamas. “Perdí absolutamente todo, incluyendo pasaporte, tecnología -yo filmo videos con dron-, perdí eso, toda mi ropa, lo único que me quedó fue el celular y el auto que lo tenía yo”, lamentó Nicolás, que asegura que conseguir un nuevo pasaporte es ahora su prioridad.

Sin ropa ni casa, los afectados tienen que volver a reconstruir sus vidas de nuevo. La ciudad de Lahaina quedó destrozada, al igual que los habitantes que tuvieron que evacuar de ella. Sin embargo, con las pocas fuerzas que quedan, continúan con las operaciones de rescate, ya que saben que es muy difícil recibir ayuda desde distintas partes del mundo por cuestiones económicas y de logística.

“Es casi imposible hacer llegar las cosas acá. Enviar una carta sale 100 dólares... No pueden ayudar, no es que no quieren, pero es muy difícil”, dijo Eduardo, que ya tiene preparado su barco por si tiene que salir una segunda noche al rescate.