La Argentina participó por primera vez de un grupo impulsado por la Unión Europea para garantizar las elecciones en Venezuela

En un paso novedoso en la postura frente a la crisis que atraviesa Venezuela, la Argentina participó hoy por primera vez de la reunión del Grupo Internacional de Contacto, que reúne a países de la Unión Europea y a gobiernos de la región con una mirada distante del régimen de Nicolás Maduro, como Uruguay y Costa Rica. El objetivo de este bloque, constituido en 2019, es coordinar esfuerzos para procurar que en las elecciones parlamentarias convocadas para el 6 de diciembre se respeten las garantías constitucionales.

El canciller Felipe Solá participó de la reunión por videoconferencia y afirmó que "una situación como la venezolana genera responsabilidades en todo el mundo, en quienes quieren defender la democracia, los derechos humanos y la justicia".

"No aceptamos la interferencia en la política de un país, pero sí la defensa de estos valores", sostuvo el ministro Solá, quien recibió la bienvenida al grupo, expresada por el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

Solá expresó el deseo del presidente Alberto Fernández de "contribuir a una solución a la crisis en Venezuela sobre la base del respeto a sus instituciones políticas y constitucionales".

Fuentes de la Cancillería recordaron a LA NACION que la Argentina fue invitada a participar hace un mes de este grupo, luego de la deserción de Bolivia, y que el objetivo es colaborar para que el proceso electoral de Venezuela transite los carriles democráticos, con la participación de la oposición. Además de los representantes de la Unión Europea, integran este espacio los cancilleres de Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Panamá, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Uruguay, Costa Rica y Ecuador.

El propio Solá destacó en su mensaje la posición de la Conferencia Episcopal de Venezuela, que impulsa la participación de todos los partidos políticos en los comicios. "Es muy importante la opinión de los obispos. No creemos que tengan inclinación política concreta, ven la situación humanitaria mejor que nadie y recomiendan que en estas elecciones participe la oposición", dijo el canciller.

Valoró, en el mismo sentido, que un sector de la oposición de Maduro haya expresado su intención de participar en los comicios del 6 de diciembre. Y lamentó que algunos partidos hayan resuelto de antemano no participar.

"Un grupo menos ideologizado"

"Es un espacio más válido que el del Grupo de Lima, que era muy dogmático y cerrado, con una postura ideologizada en extremo, que no ayuda a arreglar los problemas de Venezuela", explicó una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Cerca del canciller Solá negaron que la participación de la Argentina en el Grupo Internacional de Contacto Internacional signifique un giro o cambio de postura. "La situación en Venezuela va mutando. No es lo mismo el panorama que había en 2012, con Chávez o las circunstancias que atravesó el país con Maduro en el poder, con dirigentes políticos detenidos y luego liberados. El objetivo de la Argentina no cambió. Los venezolanos deben resolver la situación de su país sin injerencia extranjera, respetando la Constitución venezolana y los derechos humanos".

Ante una consulta de LA NACION, acerca de si el gobierno argentino recibió pedidos de sectores de la oposición en Venezuela, fuentes allegadas al canciller señalaron que la representación de nuestro país en Caracas habla con todos" y recordaron que el presidente Alberto Fernández, a poco de asumir en diciembre, fue interlocutor para la liberación de cinco detenidos en Venezuela por pedido del gobierno de Estados Unidos.

Acompañaron a Solá el vicecanciller Pablo Tettamanti; el jefe de Gabinete Guillermo Justo Chaves, y el subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Valle Raleigh.