Argentina Open: Facundo Díaz Acosta y Federico Coria, los que aprovecharon la oportunidad de sumar en casa

Federico Coria celebra su gran victoria sobre Sebastián Báez; llega por primera vez a las semis en el Argentina Open
Federico Coria celebra su gran victoria sobre Sebastián Báez; llega por primera vez a las semis en el Argentina Open - Créditos: @Argentina Open

La oportunidad está ahí. Sumar puntos en casa es una opción que no abunda para los tenistas argentinos, habituados a las giras extensas para tratar de hacerse lugar en un circuito de altísima exigencia. Con dos fechas en el calendario, febrero trajo la ocasión de hacerse fuerte en casa. Y, hasta aquí, los que mejor aprovecharon esa chance son los jugadores de la segunda línea; esto es, los que buscan ingresar y jugar con cierta frecuencia en el nivel ATP, aquellos que están todavía por detrás del Top 70. Suele ser un espacio de actividad intensa, entre los que suelen jugar challengers y los que batallan en los torneos de la serie 250.

Una buena semana puede cambiarlo todo. Hay un caso puntual y cercano que lo certifica: el italiano –nacido en Villa Gesell- Luciano Darderi entró desde la qualy y fue campeón en Córdoba, y en nueve días sumó 263 puntos que lo hicieron saltar 60 posiciones en el ranking, del puesto 136º al 76º. Pasaje directo de los challengers a muchos ATP, más el ingreso directo a Roland Garros y Wimbledon, los próximos Grand Slams, cuyo corte de entrada se definirá en las próximas semanas.

El grito de Facundo Díaz Acosta luego de vencer a Lajovic en el court central
El grito de Facundo Díaz Acosta luego de vencer a Lajovic en el court central - Créditos: @Argentina Open

En el caso de los argentinos, hay dos que capitalizaron muy bien estas dos semanas. La referencia es para Facundo Díaz Acosta y Federico Coria, que se enfrentarán este sábado, desde las 16, en la primera semifinal del Argentina Open, lo que asegura un lugar en la final para un jugador de nuestro país.

Los dos pisan las semifinales en el Buenos Aires por primera vez. Obviamente, hay matices distintivos: Díaz Acosta tiene 23 años y está en pleno ascenso, mientras que Coria cumplirá 32 dentro de tres semanas, con mucho más recorrido en la espalda. El zurdo de La Lucila, que recibió una invitación especial para entrar en el cuadro principal, llega a la etapa de los cuatro mejores sin ceder sets, con sólidos triunfos sobre el alemán Daniel Altmaier, Francisco Cerúndolo y el serbio Dusan Lajovic, al que superó el viernes por 6-4 y 6-3. Díaz Acosta le sacó mucho jugo al wild card que le dio la organización y aseguró al menos 100 puntos que le permitirán al menos estar en el puesto 75º del ranking, el más alto de su carrera. Facu venía de alcanzar los cuartos de final en Córdoba y de dejar una muy buena imagen en el Australian Open, del que se despidió en primera rueda después de tener contra las cuerdas durante cinco sets a Taylor Fritz, 12 del mundo.

“Estoy muy contento por el nivel, por cómo estoy jugando. Me estoy sintiendo más parte de este tipo de torneos, aunque no jugué tantos todavía. Llegar a cuartos la semana pasada, ahora a semifinales, son sensaciones nuevas a las que me tengo que acostumbrar. Ojalá que siga avanzando, y que de a poco me iré asentando y esto –llegar a etapas decisivas- sea algo más normal”, analizó Díaz Acosta. ¿Por qué se da ahora? “No lo sé. Pero fui madurando, aprendiendo de las derrotas, de momentos. Siempre aprendés cosas, y después te sentís más confiado”, comenta el jugador, que en los descansos entre juegos hace rutinas de meditación. Y lo explicó: “Empecé a trabajar con un coach mental hace un par de años, lo uso para escapar un poco de la realidad, cerrar los ojos, evitar los pensamientos y buscar tranquilidad para el momento en el que me toque, trato de enfocarme y no pensar en el contexto”.

La historia del jugador entrenado por Mariano Monachesi es conocida. Hace seis años, obtuvo la medalla de plata en singles y de oro en dobles en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se jugaron en el Buenos Aires. Meses después, en plena pandemia, se vio obligado a entrenarse en el jardín de su caso tirando derechazos contra un colchón. Todavía se debe un debut en la Copa Davis, pero ya representó a la Argentina y ganó el oro panamericano en Santiago 2023, un título extraoficial –sin puntos- que puede darle el boleto a los Juegos Olímpicos de París. Para eso, será necesario que sea al menos el cuarto tenista argentino en el ranking del 10 de junio, tras el final de Roland Garros. Por ahora, tiene por delante a Francisco Cerúndolo (22), Tomás Martín Etcheverry (27), Sebastián Báez (30) y Pedro Cachin (74). Al mismo tiempo, empieza a acercarse a la entrada directa a los torneos ATP.

Por el mismo lado de la llave se encontrará con Coria, que había eliminado a un peso pesado como Cameron Norrie (20) en la segunda rueda, y en cuartos de final se llevó puesto a otro candidato como Sebastián Báez con cifras contundentes: 6-1 y 6-4. Fue un partido cercano a la perfección del rosarino, que por mucho tiempo buscó alejarse de la sombra grande que proyectaba Guillermo, su hermano mayor y exnúmero 3 del mundo. Ahora, está a dos pasos de emular el título que el Mago consiguió en el mismo escenario, hace 20 años.

La derecha de Federico Coria, en un pasaje del duelo contra Báez
La derecha de Federico Coria, en un pasaje del duelo contra Báez - Créditos: @Argentina Open

Coria, que hace doce meses era el 49º del mundo, busca recuperar aquella versión. Atraviesa semanas en los que debe revalidar puntos –en 2023 fue finalista en Córdoba- y se aferra como puede al Top 100, a seguir siendo parte del mundo ATP y no retroceder. “El año pasado me obsesioné mucho con la idea de ganar un ATP y eso me jugó un poco en contra, me hizo pasar de revoluciones y estuve mucho tiempo afuera por una lesión. Ahora lo llevo más tranquilo, tratando de ir punto a punto. A mí me encanta ir a los torneos que veíamos por TV, pero empecé este año teniendo que defender muchos puntos, y si no se daba, me iba a ir muy lejos [en el ranking]. Me potencia mucho jugar en Argentina y lo estoy tomando con calma”, contó el rosarino, siempre pendiente de las cuentas para saber a qué torneos puede ingresar. Hasta aquí, tiene asegurado un ascenso al menos hasta el 85º. El sábado, tratará de llegar a su tercera final ATP; Díaz Acosta, a la primera. Para los dos, las cuentas de estas dos semanas ya vienen con saldo positivo.

Alcaraz y Jarry, en la otra semifinal

En la sesión nocturna de los cuartos de final, Carlos Alcaraz, el número 2 del mundo, ratificó su favoritismo y dio cuenta del italiano Andrea Vavassori (152) con parciales de 7-6 (7-1) y 6-1, y prolongó así su invicto en Buenos Aires, donde fue campeón el año pasado en su primera participación. El jugador de El Palmar debió esforzarse para quedarse con el primer set frente al italiano, que había entrado desde la clasificación y venía de lograr un muy buen triunfo sobre el serbio Laslo Djere.

Sin embargo, el murciano consiguió destrabar el duelo en un tie-break en el que se apareció en su mejor dimensión, y a partir de allí consiguió encarrilar el encuentro a su favor. “Ha sido un partido muy difícil por el tipo de juego de Andrea, que tiene un gran saque y una gran volea. Luego, hubo que lidiar un poco con las condiciones, hubo mucho viento”, señaló Alcaraz tras su segunda victoria en Palermo.

El rival del sábado en la segunda semifinal -no antes de las 18- será el chileno Nicolás Jarry (21), que eliminó al platense Tomás Martín Etcheverry (27) por 4-6, 7-5 y retiro por una lesión muscular en el partido que cerró la jornada. Etcheverry, que venía de vencer al español Roberto Carballes Baena y al colombiano Daniel Elahí Galán, mostró mucha garra durante todo el partido y parecía encaminado a derrotar a Jarry en un duelo entretenido, entre dos jugadores que le pegan muy fuerte a la pelota, de físicos similares, ambos espigados, con saques potentes y derechas pesadas.

Pero, con el marcador 1-1 en el segundo set, Etcheverry solicitó médico y fue atendido durante diez minutos por una molestia en la pierna derecha, mientras Gabriela Sabatini y Gastón Gaudio observaban el cotejo en las tribunas del Buenos Aires. A su regreso se lo vio incómodo y ese problema físico marcó el cambio del partido. Visiblemente disminuido, el argentino terminó el set como pudo, y luego de consultar con su cuerpo técnico, tomó la decisión de retirarse.