Argentina, 1985: Antonio Tróccoli, un ministro leal a Raúl Alfonsín convertido en “el malo de la película”

Antonio Tróccoli durante su asunción como ministro del Interior, junto al presidente Raul Alfonsín
Antonio Tróccoli durante su asunción como ministro del Interior, junto al presidente Raul Alfonsín

Con expresiones como “facho” y “¿por qué no lo ponen a Massera a hablar, directamente”, la película “Argentina, 1985″ pone en el ojo de la tormenta a la figura de Antonio Tróccoli, el ministro del Interior durante los primeros cuatro años del gobierno de Raúl Alfonsín. La recreación del Juicio a las Juntas coloca en las antípodas al fiscal Julio Strassera y al funcionario radical, lo que despierta rechazos en el escenario político y en personas que frecuentaban al dirigente radical balbinista.

“La película es oportuna, pero tiene pasajes con sesgos intolerables”, dijo a LA NACION la socióloga y politóloga Liliana de Riz, que ubica entre esas escenas la proyección de un mensaje de Tróccoli, cuando presentó el informe “Nunca Más”, de la Conadep por TV.

Así, en el comienzo del film se muestra la reacción de los personajes que encarnan a Strassera y su esposa cuando escuchan que el ministro del Interior advierte sobre “el drama de la violencia en la Argentina y la irrupción de la subversión y del terrorismo”. Pero la escena omite otros fragmentos del discurso, como la condena expresa a que el propio Estado hubiera adoptado “una metodología aberrante, la utilización de procedimientos reñidos con la lógica interior del sistema político de la convivencia entre los argentinos”.

Más allá de ese recorte, la escena de la indignación de la familia Strassera mientras miraba por TV el mensaje de Tróccoli no existió en la vida real. “No vimos ese programa. En ese tiempo no teníamos televisión en casa porque se había roto”, dijo el abogado Julián Strassera, hijo del fiscal, el viernes pasado, en diálogo con el periodista Nelson Castro, por Radio Rivadavia.

La polémica por el comportamiento y las presiones que se le atribuyen a Tróccoli para “boicotear” el Juicio a las Juntas se suma a las quejas de sectores políticos y judiciales por las omisiones de la tarea de la Conadep y de los posteriores indultos dictados por Carlos Menem. Los dirigentes Jesús Rodríguez, Ricardo Gil Lavedra y Luis Brandoni, entre otros, expresaron su disconformidad. “Tampoco se menciona en el film que el peronismo se opuso a la formación de la Conadep y había apoyado la autoamnistía de los militares”, recordó un dirigente del radicalismo.

En el mismo programa de TV al que la película alude parcialmente, el propio Sabato explicó que la comisión, que reunió más de 40.000 páginas de testimonios, “en ningún momento pretende, como a veces se ha insinuado, hacer el elogio de la subversión que precedió al terrorismo de Estado”. Y, en el mismo sentido que el ministro del Interior, afirmó que “los crímenes cometidos por el terrorismo desde la década del 60 prepararon el camino y dieron el pretexto para el desencadenamiento del terrorismo de Estado”.

Abogado y dirigente radical de la Línea Nacional, consustanciado con Ricardo Balbín, Antonio Tróccoli había nacido en Tres Arroyos el 21 de febrero de 1925 y entre 1973 y 1976 presidió el bloque de diputados nacionales de la UCR, con posturas abiertas al diálogo con el peronismo que estaba en el poder. En su despacho del Congreso ocurrió la última reunión reservada entre Perón y Balbín, el 24 de junio de 1973, poco antes de la renuncia de Héctor J. Cámpora.

Ya como ministro del Interior de Alfonsín, entabló un buen entendimiento con los gobernadores, que en su mayoría pertenecían a la oposición.

Antonio Tróccoli, ministro del Interior entre diciembre de 1983 y septiembre de 1987
Antonio Tróccoli, ministro del Interior entre diciembre de 1983 y septiembre de 1987

Una bomba en Boulogne

La película de Santiago Mitre destaca la fecha del 21 de octubre de 1985 como el punto de partida del trabajo del equipo del fiscal Strassera. “No dice que dos días después, el 23 de octubre, estalló una bomba de alto poder explosivo en la casa de fin de semana que la familia Tróccoli tenía en Boulogne, sobre la avenida Panamericana”, reveló una fuente consultada por LA NACION. La intimidación provocó daños materiales y, afortunadamente, no estaba en el lugar el ministro ni tampoco su esposa ni sus siete hijos varones.

“Tróccoli fue un dirigente político balbinista de la provincia de Buenos Aires. Algunos lo identificaban como conservador. Pero era liberal, moderado y moderador”, lo definió la socióloga De Riz. Recordó que por su despacho pasaron los decretos de creación de la Conadep (187/83), y los que dispusieron los juicios sumarios a las Juntas Militares (158/83) y a los dirigentes de organizaciones guerrilleras (157/83), entre otros.

“Alfonsín lo designó ministro del Interior y Tróccoli fue una pieza clave para enhebrar confianza en el establishment, en el período de recuperación de la democracia”, señaló la reconocida politóloga.

Según pudo saber LA NACION, más allá de que el fragmento que se ve en la película es incompleto, la intervención de Tróccoli se explica, en parte, por el contexto de esos años difíciles, en medio del malestar en las Fuerzas Armadas. “Preocupado porque era tan grave el informe de la Conadep que se presentaba en público, el gobierno de Alfonsín decidió que se difundiera por TV, con la presencia de Ernesto Sabato y la intervención del ministro del Interior para encuadrar la situación”, reveló un exfuncionario radical.

Otras fuentes consultadas por LA NACION hicieron hincapié en que la película está centrada en una “gesta épica” de dos fiscales, lo que muchos consideran erróneo, aún reconociendo los méritos de Julio Strassera y de Luis Moreno Ocampo. “Detrás de ellos dos había un gobierno decidido a enjuiciar a las Juntas Militares y esclarecer lo que había sucedido”, señaló una de ellas, que conoció al exministro del Interior, fallecido en febrero de 1995.

El doctor Carlos Pérez Llana, que fue asesor de Tróccoli, recordó a este diario que el Ministerio del Interior tuvo a su cargo la logística del funcionamiento de la Conadep. “Nos ocupamos de los pasajes y traslados de los testigos que venían de las provincias para presentar sus testimonios”, ejemplificó.

La idea de la Conadep surgió del jurista Carlos Nino y su equipo. “Pero el propio ministro Tróccoli nos encomendó la misión de convocar a los miembros que la iban a integrar. A mí me pidió que invitara especialmente a Gregorio Klimovsky y a Eduardo Rabossi”, recordó. También le correspondió hablar con Antonio Cafiero, para explicar al peronismo los objetivos de la comisión, aunque la oposición finalmente no participó.

En el mismo sentido, Tróccoli le encargó al vocero presidencial, José Ignacio López, que invitara personalmente a Magdalena Ruiz Guiñazú y al obispo Jaime de Nevares, ambos comprometidos con los derechos humanos

Emilio Eduardo Massera y Jorge Rafael Videla, condenados a prisión perpetua en el Juicio a las Juntas
Emilio Eduardo Massera y Jorge Rafael Videla, condenados a prisión perpetua en el Juicio a las Juntas - Créditos: @STR

Otras reacciones

En el radicalismo se extiende la molestia por la “imagen sesgada” de Tróccoli que muestra la película, especialmente mediante la transcripción recortada de su mensaje por televisión.

“Me cayó pésimo esa escena. Desnaturaliza el papel que cumplió Tróccoli, que siempre fue muy leal a Alfonsín. Pareciera que actuó como un agente de los militares en el gobierno radical, procurando interrumpir el juicio, y no fue así”, aseguró a LA NACION un dirigente que pasó por los poderes Ejecutivo y Legislativo.

En tanto, el exdiputado nacional y exintendetne municipal Facundo Suárez Lastra, quien luego del Juicio a las Juntas acompañó a Tróccoli un año como secretario del Interior, se mostró sorprendido por el “exceso argumental” que pone en boca del fiscal Strassera y de su esposa reacciones intempestivas contra el ministro.

“Como ministro del Interior, Tróccoli tenía a su cargo la Policía Federal. Y fue el responsable de la custodia de los jueces, de los fiscales y de los testigos durante el juicio. Fue una tarea ejemplar”, afirmó Suárez Lastra. Y, en función de casos sospechosos que ocurrieron con posterioridad, deslizó: “El fiscal no se suicidó, ni lo mataron”.