Arco de barril le llamaban a su curva y brilló en Cuba y Grandes Ligas. ¿Quién fue este gran pitcher a punto de cumplir 89 años?

A la hora de mencionar a los grandes lanzadores latinoamericanos de todos los tiempos es imposible olvidar el nombre de Camilo Pascual.

Y cuando sólo faltan horas para que se cumpla el 89 aniversario de su nacimiento, queremos recordar al serpentinero con una de las mejores curvas hacia abajo en la historia de las Grandes Ligas.

Camilo combinaba su curva endemoniada, la llamaban “arco de barril’’, con una recta por encima de las 90 millas sostenidas y un excelente lanzamiento de slider, que lo convirtió en estrella de la pelota cubana, de las Series del Caribe y del béisbol estadounidense.

Nació el 20 de enero de 1934 en La Habana. Se inició con el Club Ferroviario del barrio de Lawton, en la capital cubana. Luego actuó en Ligas Menores con Tampa y los Havana Cubans.

En el fuerte torneo invernal de su país firmó con los Tigres de Marianao, que en una transición histórica lo envió a cambio por una docena de bates a los Elefantes del Cienfuegos, para luego convertirse en uno de los cinco grandes lanzadores del profesionalismo cubano.

En Cuba terminó con marca de 58 victorias, 32 derrotas y efectividad de 2.85.

Con Cienfuegos participó en las Series del Caribe de 1959, 1960 y 1961 donde sumó seis victorias sin derrotas (dos en cada serie) para ayudar a los tres títulos de su equipo.

Debutó en Grandes Ligas el 15 de abril de 1954 (20 años de edad) con los Senadores de Washington, equipo sotanero de la Liga Americana.

A pesar de no actuar con una novena competitiva, en 1959 ganó 17 con 10 reveses y 2.64 de promedio de carreras limpias. Un año después logró 12 y 8 con 3.03.

En 1961 pasó a un mejor equipo, los Mellizos de Minnesota, y alcanzó 15 victorias y logró su primer liderato en ponches con 221.

Repitió en 1962 como el lanzador con más ponches de la Americana con 206 y alcanzó 20 triunfos con 3.32 de efectividad. Lideró también en juegos de nueve ceros (5) y partidos completos (18).

Su mejor temporada fue en 1963 cuando ganó 21 partidos y perdió nueve, con 2.46 de efectividad, 18 juegos completados, 202 ponches y tres lechadas.

Durante su tránsito de seis temporadas por Minnesota acumuló un balance de 88 victorias con 57 derrotas para un promedio de 15 y 9 por año, con 72 juegos completos y 18 blanqueadas.

En sus 10 mejores temporadas (1959-1968) teniendo su brazo en plenitud de forma, Camilo alcanzó 142 éxitos y tuvo 97 fracasos. Terminó con promedio positivo en cada una de estas campañas.

Además de Washington y Minnesota, vistió por breve tiempo y actuó con problemas en su brazo con Cincinnati (1969, 11 entradas), Dodgers de Los Ángeles (1970, 14.0) y Cleveland (1971, 23.1).

Terminó su carrera con 174 triunfos, efectividad de 3.63, recetó 2,167 ponches, completó 132 juegos con 36 de ellos por los nueve ceros y 10 juegos salvados.

Su WAR lanzador fue de 40.9 y su WHIP de 1.28. Fue primero dos veces en WAR lanzador y en tres en juegos de nueve ceros.

El estelar lanzador fue elegido a siete Juegos de Estrellas y estuvo en la Serie Mundial de 1965 con los Mellizos donde tuvo de rival a los Dodgers, que estuvo liderado desde la lomita por el astro zurdo Sandy Koufax.

Camilo no pudo superar las 200 victorias en Grandes Ligas debido a que lanzó con equipos de segunda línea y por sufrir lesiones después de cumplir los 34 años de edad. Luego de su retiro fue entrenador de pitcheo y buscador de talento. Fue elegido a los Salones de la Fama de Minnesota, Cuba y Serie del Caribe