Aprovecha la cuarentena para llamar a sus ex y averiguar "qué salió mal entre ellos"

Desde la perspectiva más optimista, el aislamiento social por el brote del Covid-19 nos invita a aprovechar el tiempo para conectar con nuestro interior y creatividad.

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Imagen Ilustrativa. Crédito: Getty Creative

“Y la gente se quedaba en casa. Leía libros, escuchaba, descansaba, hacía ejercicio y hacía arte, y jugaba juegos y aprendí nuevas formas de ser, y aún estábamos".

Inspirada en el poema de Kitty O'Meara que circula por estos días en las redes y WhatsApp, Rebecca Lockwood, una estudiante británica de 19 años, decidió aprovechar la cuarentena para su crecimiento personal.

En este sentido, pensó que las personas más calificadas para ayudarla serían las que habían experimentado su peor versión, entonces decidió contactar a sus ex parejas y preguntarles qué salió mal y cómo podía mejorar.

"No tenía nada mejor que hacer, estaba muy aburrida", confesó Rebbeca. "Esperar a que me respondieran fue aterrador, pero en realidad todos fueron muy simpáticos. No hay resentimientos".

La lista

El primer teléfono en sonar fue el de su ex novio Jay, a quien conoció en el primer año de universidad y con el que terminó el año pasado luego de salir unos meses. El chico respondió que al principio todo había sido genial pero que después sintió que ella no quería estar con alguien con quien no se proyectaba totalmente en serio. "No creo que hayas tomado ninguna decisión equivocada, y yo tampoco", dijo.

El segundo feedback vino de Tim, un amigo que terminó siendo su pareja durante dos de meses en 2017. Su ruptura había sido complicada. A Rebbeca le había costado mucho tomar la decisión y hasta llegó a decir que tenía dudas sobre su sexualidad para poder separarse.

Sin embargo, él pensaba que se habían terminado de forma inesperada y repentina, y que aún se sentía un idiota por haber aparecido “aquella vez” en su casa para pedirle perdón si había hecho algo mal. "La gente se desconecta, por mucho tiempo supuse que te aburriste de mí", confesó.

El primer amor, para el final. Rebbeca y Ed tuvieron su primer beso a la salida de la escuela. El consejo de él fue el más contundente: ella tendría que haber sido más valiente.

“¿Cuánto duró nuestra relación? ¡¿Tres días?! No pasó mucho y después de un tiempo hiciste que una amiga rompiera por ti. En términos de mejora, tal vez podrías tener más coj#$%# para dejarme tú misma".

Además de compartir su versión sobre su relación, Ed se animó a compartir con Rebecca algunos consejos que podrían ayudarla en su búsqueda: “1, confianza. 2, podrías haber sido un poco más apasionada, un poco más cariñosa. Y 3, podrías haber mostrado mucho más entusiasmo por la experiencia general”, opinó.

Rebecca admitió que fue difícil recibir comentarios tan honestos, sin embargo, motivó a todos a seguir sus pasos: "Probablemente estén tan aburridos como tú y quizá quieran pasar algún tiempo dándote un feedback para este periodo crucial de autoaprendizaje".

Sobre el poema

En los últimos días es probable que hayas recibido un texto firmado por “K. O’Meara” que supuestamente data del año 1800, cuando se disparó la epidemia de peste.

Sin embargo, recién se supo que su autora es Kitty O’Meara, una antigua maestra y asistente espiritual en hospitales y hospicios de Estados Unidos y que escribió el poema en su blog The Daily Day, durante el actual brote de Covid-19.

Sus hermosas palabras fueron las que inspiraron a Rebbeca para comenzar su camino de crecimiento personal y, por ende, a llamar a sus ex.

Y la gente se quedó en casa.

Y leía libros y escuchaba.

Y descansaba y hacía ejercicio.

Y creaba arte y jugaba.

Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto.

Y se detenía.

Y escuchaba más profundamente.

Algunos meditaban. Algunos rezaban. Algunos bailaban.

Algunos hallaron sus sombras.

Y la gente empezó a pensar de forma diferente.

Y la gente sanó.

Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón, la Tierra comenzó a sanar.

Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados.