Aprender a dormir no tiene que ser estresante para los bebés

Por Lisa Rapaport (Reuters Health) - Un estudio pequeño sugiere que enseñarle a dormir a un bebé no siempre tendría que ser estresante para las madres, los padres o los bebés. Los autores siguieron a 43 bebés y a sus padres durante un año después de asignarles al azar una de tres opciones: demorar la respuesta al llanto del bebé, lo que se conoce como extinción gradual; retrasar el horario de descanso para reducir el tiempo total del bebé en la cama (disminución del tiempo de sueño) y recibir información sobre el sueño de los bebés. Las dos primeras estrategias mejoraron el sueño de los bebés, no así la última, según publica el equipo en Pediatrics. Los bebés tenían 11 meses en promedio al inicio del estudio y no tenían problemas de salud, pero por lo menos uno de los padres decía que su hijo tenía dificultades para dormir. Los autores les pidieron a los padres que implementaran la estrategia asignada durante tres meses; luego, los monitorizaron durante un año con detectores de movimiento para determinar cómo dormían los bebés. El nivel de estrés de los niños lo estimaron con los valores de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva. A los tres meses, los bebés entrenados con la extinción gradual se dormían casi 13 minutos antes que al inicio del estudio, mientras que el grupo tratado con la estrategia para disminuir el tiempo de sueño lo hizo 10 minutos antes. La información para los padres no tuvo el mismo efecto. Las estrategias también prolongaron la vigilia de los bebés: 44 minutos con la extinción gradual, 25 minutos con la disminución del tiempo en cama y 32 minutos con la información a los padres. Con la primera estrategia, los bebés también se despertaron dos veces menos por noche a los tres meses. No hubo cambios significativos con el resto de las estrategias. Los niveles de cortisol de los niños disminuyeron de manera leve a moderada con la extinción gradual y la disminución del tiempo en cama. Lo mismo ocurrió con el estrés materno en el primer mes. Al año, no hubo diferencias significativas entre los grupos al analizar los trastornos emocionales y conductuales o los estilos de apego. "Los problemas para dormir pueden tener causas clínicas en los bebés", dijo el autor principal, Michael Gradisar, investigador especializado en psicología de la Universidad de Flinders en Adelaida, Australia. "Si no hay una causa, los padres podrían poner en práctica las estrategias que evaluamos en el estudio u otras técnicas con las que se sientan más cómodos", indicó Gradisar. FUENTE: Pediatrics, online 24 de mayo del 2016