El apoyo a Biden muestra señales consistentes de erosión entre la población afroestadounidense e hispana

El año pasado, el presidente Joe Biden no tuvo buenos resultados entre los electores no blancos en las encuestas nacionales de The New York Times/Siena College, lo cual mantiene cerrada la contienda en una hipotética revancha contra el expresidente Donald Trump.

En promedio, Biden aventaja a Trump por solo un 53 por ciento contra un 28 por ciento entre los votantes no blancos registrados en una recopilación de encuestas del Times/Siena de 2022 y 2023, que incluye a más de 1500 encuestados no blancos.

Los resultados representan un marcado deterioro del apoyo a Biden en comparación con 2020, cuando obtuvo más del 70 por ciento de los votos de personas que no eran de raza blanca. Si no puede revitalizar este apoyo en noviembre de 2024, continuará una tendencia de decenios de declive de la fuerza demócrata entre los votantes considerados la base del partido.

El tibio apoyo de Biden entre estos votantes parece ser el principal responsable de la reñida competencia en las primeras encuestas nacionales, que muestran a Biden y a Trump casi empatados entre los votantes registrados, aun cuando a Biden le vaya tan bien entre los votantes blancos como hace cuatro años.

A más de un año de las elecciones, Biden tiene tiempo de sobra para reanimar a sus antiguos simpatizantes. De hecho, los datos de Times/Siena sugieren que Biden podría acercarse, aunque no igualar, su posición de 2020 con solo recuperar al electorado que dijo haberlo apoyado en las elecciones pasadas.

Sin embargo, no hay que descartar la posibilidad de que su posición se mantenga por debajo de los niveles ya bajos de las últimas elecciones presidenciales. Los demócratas han perdido terreno entre los votantes no blancos en casi todas las elecciones de la última década, aun cuando se podría haber esperado que las luchas con carga racial por todo, desde un muro fronterizo hasta arrodillarse durante el himno nacional, produjeran exactamente el resultado opuesto. El débil apoyo a Biden podría manifestarse fácilmente como una baja participación, como ocurrió en 2022, incluso si muchos votantes jóvenes y menos comprometidos al final no votan por Trump.

Muchas de las vulnerabilidades de Biden —como su edad y la inflación— podrían exacerbar la tendencia, ya que los electores no blancos tienden a ser más jóvenes y tener menos recursos que los votantes blancos. En general, el índice de aprobación del presidente es de solo el 47 por ciento entre los votantes no blancos según los sondeos de Times/Siena del último año; su índice de favorabilidad es de solo el 54 por ciento.

Cuestiones como el aborto y las amenazas a la democracia también pueden contribuir menos a evitar pérdidas adicionales entre los votantes negros e hispanos, que tienden a ser más conservadores que los votantes blancos de Biden. También pueden hacer menos para satisfacer a los votantes que viven al día: Biden está obteniendo peores resultados entre los votantes no blancos que ganan menos de 100.000 dólares al año, lo cual elimina, al menos por el momento, la tendencia centenaria de los demócratas a obtener mejores resultados entre los votantes con ingresos más bajos que entre los votantes no blancos con ingresos más altos.

Los datos de Times/Siena sugieren la aparición de una brecha educativa bastante clara entre los votantes no blancos, ya que Biden pierde terreno entre los votantes no blancos con menos recursos y los que no tienen educación universitaria. En general, conserva una ventaja del 61 contra el 23 por ciento entre los graduados universitarios no blancos, frente a una mera ventaja del 49 contra el 31 por ciento entre los que no terminaron sus estudios superiores de cuatro años.

Si la brecha persiste hasta las elecciones, planteará la posibilidad de que el realineamiento político desencadenado por la marca de populismo conservador de Trump se haya extendido para erosionar las lealtades políticas de los votantes de clase trabajadora, de todas las razas, que se sintieron atraídos por los demócratas por intereses materiales en una era anterior de la política.

En general, Biden tiene una ventaja de un 81 contra un 8 por ciento entre los electores negros que acudieron a las urnas en 2022, pero solo del 62 contra el 14 por ciento entre los que no votaron en las elecciones de medio mandato. Del mismo modo, se impone por un 53 contra un 33 por ciento entre los hispanos que votaron en las elecciones de medio mandato, en comparación con solo una ventaja del 42 contra el 37 por ciento entre los que no votaron.

Los jóvenes de color, que constituyen una parte desproporcionada de quienes no votan, son una parte importante del reto de Biden. Tiene una ventaja de un 48 contra un 29 por ciento entre los votantes registrados no blancos menores de 45 años, frente a una ventaja de un 58 contra un 28 por ciento entre los mayores de 45 años. En contraste, hubo poca diferencia entre los votantes no blancos mayores o menores de 45 años en su porcentaje de apoyo a Biden en 2020, un resultado que se repite en la elección de voto recordada para 2020 de los encuestados por Times/Siena.

La división generacional es más marcada entre los votantes negros, que suelen ofrecer un apoyo casi unánime a los demócratas. Ese apoyo abrumador persiste entre los votantes negros registrados mayores de 45 años. Entre ellos, Biden tiene un respaldo del 83 contra el 8 por ciento, mientras que entre los 152 encuestados negros registrados menores de 45 años, la ventaja de Biden es de solo el 59 contra el 14 por ciento.

El descontento de los votantes más jóvenes y con menor participación plantea la posibilidad de que la debilidad de Biden en las encuestas se manifieste sobre todo como una baja participación entre los votantes negros e hispanos, más que como un vuelco masivo hacia Trump. Algo similar podría haber ocurrido en las últimas elecciones de medio mandato, cuando los demócratas parecían mantener los porcentajes habituales de apoyo entre los votantes negros, pero la brecha de participación racial aumentó hasta máximos de varias décadas.

De hecho, la ventaja de Biden entre los votantes no blancos se amplía al 57 contra el 27 por ciento entre quienes votaron en 2020 o 2022, en comparación con el 53 contra el 28 por ciento entre todos los votantes no blancos registrados. Y su ventaja entre esos votantes recientes podría crecer aún más, hasta un 63 contra un 29 por ciento, si los votantes indecisos y disidentes vuelven a apoyar al candidato al que dijeron haber apoyado en las últimas elecciones presidenciales.

Una ventaja del 63 contra el 29 por ciento estaría mucho más cerca de la posición de Biden entre los votantes no blancos en las últimas elecciones presidenciales, al igual que su ventaja del 84 contra el 11 por ciento entre los votantes negros y su ventaja del 55 contra el 37 por ciento entre los votantes hispanos en ese mismo escenario.

Sin embargo, incluso después de reacomodar a los electores indecisos, estos resultados podrían seguir siendo los peores para un líder demócrata entre los votantes negros e hispanos desde Walter Mondale en 1984.

c.2023 The New York Times Company