El apego de Trump a sus cajas de documentos está en el meollo del caso

Policías del Departamento de Seguridad Nacional afuera del Palacio de Justicia de Estados Unidos Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, el 12 de junio de 2023. (Doug Mills/The New York Times)
Policías del Departamento de Seguridad Nacional afuera del Palacio de Justicia de Estados Unidos Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, el 12 de junio de 2023. (Doug Mills/The New York Times)

Durante los años que el expresidente Donald Trump pasó en la Casa Blanca, sus asistentes empezaron a referirse a las cajas llenas de papeles y cachivaches que llevaba consigo a casi todas partes como el material de la “mente brillante”.

Era una referencia al título de un libro y una película que describen la vida de John F. Nash Jr., el matemático con esquizofrenia que interpretó Russell Crowe en el largometraje, quien cubría su oficina con recortes de periódico, pues creía que tenían un código ruso que necesitaba descifrar.

La frase tenía una connotación específica. Los asistentes la emplearon para captar un tipo de caos organizado en el que insistía Trump: la recolección y el transporte de una tormenta de periódicos y documentos oficiales que mantenía cerca de sí y que parecían darle una sensación de seguridad.

Un exfuncionario de la Casa Blanca, a quien se le otorgó el anonimato para describir la situación, afirmó que, aunque los materiales estaban desorganizados, Trump se daba cuenta si alguien había hurgado entre ellos o si no estaban ordenados de una manera particular. Según la persona, así “funcionaba su mente”.

El contenido de esas cajas —y la insistencia de Trump de aferrarse a ellas— ahora son el meollo de una acusación de 38 cargos contra el expresidente y su asistente personal, Walt Nauta. Los fiscales acusaron a Trump de obstruir la investigación sobre su posesión de material clasificado después de dejar el cargo y poner en riesgo secretos de seguridad nacional.

Su intenso deseo de conservar los materiales se evidencia en un mensaje de texto citado en el auto de procesamiento sobre la posibilidad de que se movieran las cajas después de ser enviadas a Mar-a-Lago, su residencia y club privado de Florida.

Manifestantes contra el expresidente Donald Trump a su llegada afuera del Palacio de Justicia de Estados Unidos Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, el 13 de junio de 2023. (Saúl Martínez/The New York Times)
Manifestantes contra el expresidente Donald Trump a su llegada afuera del Palacio de Justicia de Estados Unidos Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, el 13 de junio de 2023. (Saúl Martínez/The New York Times)

Cuando un empleado le preguntó a la otra si se podían guardar algunas, la empleada, identificada por varias personas como Molly Michael, exasistente de Trump, respondió: “¡¿Qué te pasa?! El presidente le pidió específicamente a Walt que esas cajas estuvieran en el centro de negocios porque son sus ‘papeles’”.

En otro momento, Michael utilizó la frase “las cajas de papel de la mente brillante” en un mensaje de texto, según el auto de procesamiento.

El apego de Trump al contenido de las cajas ahora lo ha dejado en grave peligro legal, pero parece ser consistente con un largo patrón de comportamiento. Trump siempre se ha aferrado a recortes de la prensa, documentos y otros recuerdos, según más de media docena de personas que han trabajado para él a lo largo de los años, incluso antes de su presidencia.

En su oficina de la Torre Trump en Nueva York, un despacho de esquina en el piso 26, tenía un escritorio que solía estar lleno de papeles. Trump guardó recuerdos durante décadas, entre ellos una serie de cartas que le escribieron personajes famosos hace más de 30 años y que más tarde publicó en un libro que vende en casi 100 dólares por ejemplar.

Desde los primeros meses de su gobierno, Trump empezó a utilizar una caja de cartón para llevar papeles y documentos del Ala Oeste a la residencia al final del día.

Según dos personas familiarizadas con la práctica, en la Casa Blanca, por lo general Trump era capaz de identificar el contenido de las cajas que estaban más cerca de él. Una de esas personas dijo que era “meticuloso” a la hora de poner las cosas en cajas específicas, a pesar de una foto que reveló el Departamento de Justicia que muestra documentos clasificados desperdigados por el suelo de una bodega en Mar-a-Lago.

Poco después de asumir el cargo de jefe de Gabinete de Trump en julio de 2017, John Kelly y otros asistentes empezaron a preocuparse ante la alta probabilidad de que algunos documentos fueran expedientes presidenciales y se pudieran perder al guardarse en la residencia. Le recalcaron a Trump que había que monitorear los documentos, pero a él no le interesó especialmente, según las personas.

Los asistentes empezaron a examinar las cajas para comprobar si había expedientes presidenciales, pero Trump siguió encontrando maneras de llevarse cosas a la residencia. Y las cajas empezaron a multiplicarse. Podía señalar cajas específicas que quería llevar con él en el Air Force One cuando viajaba y negarse a llevar otras, con lo cual daba la impresión de que estaba consciente del contenido de las cajas que elegía, afirmaron ambos funcionarios.

Lo mismo ocurrió cuando Trump se fue de la Casa Blanca, según una persona a la que se le informó sobre su comportamiento. Él conocía el contenido de las cajas que le rodeaban. Algunos asistentes lo animaban cada cierto tiempo a condensar la cantidad que tenía más cerca de él. Otra persona familiarizada con los hábitos de Trump señaló que, cuando se llenaba una caja, los asistentes durante los últimos dos años se la llevaban, la guardaban y le traían una nueva.

El documento de imputación incluye fotos que detallan cuántas decenas de esas cajas de cartón había acumulado Trump. Están apiladas sobre un escenario en Mar-a-Lago, metidas en una bodega, incluso apiladas en un baño, con algunas detrás de la cortina de una ducha.

En su club de Bedminster, Nueva Jersey, el martes por la noche, horas después de que lo procesara un tribunal de Miami, Trump insistió ante varios centenares de seguidores que las cajas incluían “periódicos, recortes de prensa” y “miles y miles de fotos de la Casa Blanca”, así como “ropa, recuerdos y mucho, mucho más”.

“No había tenido la oportunidad de revisar todas las cajas”, comentó Trump. “Es un trabajo largo y tedioso, lleva mucho tiempo. Y estaba dispuesto a hacerlo, pero tengo una vida muy ocupada”.

Según los fiscales, los hechos socavan la noción de que Trump simplemente estaba demasiado ocupado para saber todo lo que tenía.

Incluso en enero de 2021, cuando Trump se preparaba para dejar el cargo tras los intentos de impedir la cesión de poder a Joe Biden, él y miembros de su personal de la Casa Blanca, incluido Nauta, empacaron materiales en cajas, según la imputación. “Trump tuvo una participación personal en este proceso”, menciona el documento.

En dos ocasiones después de dejar el cargo —una a finales de 2021 mientras respondía a regañadientes a las exigencias de los Archivos Nacionales de devolver el material que se había llevado de la Casa Blanca y luego tras un citatorio de gran jurado que exigía la devolución de todos los documentos clasificados que siguieran en su poder—, le llevaron varias cajas a Trump para que las revisara, lo cual indica que conocía su contenido.

Trump les repitió en varias ocasiones a sus asesores que las cajas de documentos eran “mías”, según varias personas familiarizadas con sus comentarios.

c.2023 The New York Times Company