Anunciarían este domingo el despido al Maestro Tabárez, el Alex Ferguson de Uruguay, que lleva 15 años en el cargo

El entrenador Oscar Washington Tabárez parece estar más fuera que dentro del seleccionado uruguayo, que está en zona de repechaje en la eliminatoria para el Mundial Qatar 2022 y tuvo un octubre negro: un punto sobre nueve, con un 0-3 vs. Argentina y un 1-4 vs. Brasil.
JUAN MABROMATA

Pasadas las 18.30 de un sábado celeste, Oscar Washington Tabárez ingresó al predio que fue su casa en los últimos 15 años. Lo hizo en el asiento del acompañante en un auto que manejaba su histórico ayudante, Celso Otero. Se preparaba para una reunión, un posible último encuentro con sus jefes, los dirigentes del Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que comanda Ignacio Alonso. La charla se extendió hasta la noche; la decisión de terminar con su vínculo había tomado cuerpo desde el viernes. Las señales que dio la selección uruguaya en Buenos Aires Manaos, con sendas derrotas contra la Argentina y Brasil, provocaron los primeros contactos dirigenciales, que decantarían este domingo en el fin de un ciclo que se extendió por una década y media. De 219 partidos, récord Guinness. Todo apunta a que se va el Alex Ferguson de la selección uruguaya.

“La mayoría del Ejecutivo ya no lo quiere y los jugadores le soltaron la mano”, fue una explicación para LA NACION desde el otro lado del Río de La Plata. El legado de Tabárez propició que hubiera una reunión cara a cara y no una charla telefónica para decidir el futuro. El Maestro, símbolo del seleccionado celeste, escuchó de primera mano que ya no lo querían, pese a que su contrato, tal vez el último de su carrera, expiraba a fines del año próximo tras un Mundial de Qatar que ahora aparece entre signos de interrogación para Uruguay. Porque el equipo, que estaba tercero antes del octubre negro, ahora marcha quinto. Y la agenda le depara dos compromisos difíciles en noviembre: recibir a la Argentina en el estadio Campeón del Siglo (Peñarol) y viajar a la altura de La Paz para medirse con Bolivia.

Desazón de Oscar Tabárez en el banco de Uruguay durante la derrota por 3-0 a manos de la Argentina en Buenos Aires, por la eliminatoria sudamericana.
JUAN MABROMATA


Desazón de Oscar Tabárez en el banco de Uruguay durante la derrota por 3-0 a manos de la Argentina en Buenos Aires, por la eliminatoria sudamericana. (JUAN MABROMATA/)

“Intercambiamos elementos. Nosotros dijimos lo nuestro, y ellos, lo suyo. Mañana se reunirá el Ejecutivo de la AUF y tomaremos una decisión. De ser necesario, volveremos a reunirnos con Tabárez”, dijo Alonso, el máximo dirigente del fútbol uruguayo, tras el encuentro con el entrenador. En contacto con la prensa apostada fuera del predio de entrenamiento del seleccionado, el directivo añadió: “Estamos tratando de que la decisión sea lo más analítica posible y que no tenga fisuras”. Esa pretensión de unanimidad es lo que demora el anuncio: todavía hay integrantes de la mesa ejecutiva de la AUF que respaldan al histórico DT. Tal vez, más por su historia que por su presente.

A Tabárez puede haberlo liquidado la imagen que dejó el equipo en la cancha, pero también ayudaron algunas decisiones suyas. “Terquedad”, dijeron algunos allegados al conjunto oriental. Se refieren a su obstinación con determinados jugadores que no dan la talla en los últimos partidos. Las apariciones del entrenador ante micrófonos tampoco contribuyeron a que se le diera un voto de confianza, pese a su pasado de gloria. “Hay que cerrar los esfínteres. Todos. Principalmente, la boca”, dijo en las entrañas del estadio Monumental tras el 0-3 contra la Argentina de Lionel Messi.

Los directivos esperaban autocrítica. Un mensaje que despabilara a los futbolistas. Que les renovara la chispa interna, esa fibra íntima que la Celeste supo tener, con el propio Maestro en el banco de suplentes, y que ahora parece extraviada. Como si se tratara de un equipo sin alma. Sin identidad, aunque su entrenador sea símbolo de estabilidad y de apuesta a un proyecto deportivo. La autocrítica, al fin, corrió por cuenta del líder del equipo, Luis Suárez: “No estuvimos a la altura de defender nuestra selección como se debe y ni qué hablar que hay muchísimas cosas que mejorar. Pero sigo diciendo que nunca es fácil clasificar a un Mundial”, escribió el Pistolero en Instagram. En la derrota categórica en Manaos frente a Brasil (4-1), el delantero de Atlético de Madrid anotó el primer gol uruguayo en territorio brasileño en la historia de las eliminatorias sudamericanas.

Terminada la reunión con el Maestro, la AUF negó que tuviera sobre la mesa nombres de candidatos a suceder a Tabárez. Alonso descartó haber tenido contactos con Diego Aguirre, el hombre que les gusta para el cargo. La desmentida fue más por una cuestión de decoro: el ex DT de San Lorenzo, que ahora dirige a Internacional, de Porto Alegre, será el apuntado una vez que se extinga oficialmente el ciclo del Maestro.

Sobre las 20, Tabárez dejó el predio donde se entrena la Celeste. A sus 74 años y con toda una vida dedicada al fútbol, el preparador sabe leer entre líneas. A falta de la comunicación oficial de la AUF, esa imagen suya en un auto tal vez sea la última en su función de seleccionador del equipo nacional. Su legado de 15 años es intangible. Tanto, que provocó admiración de Pep Guardiola: “Es de los entrenadores de mayor prestigio en la historia del fútbol”, lo elogió el exitoso español. Los resultados, algún conflicto interno, y la incertidumbre por Qatar 2022 parecen haber decretado su final. Como sea, Tabárez, el Maestro, ya es un mito entre los directores técnicos de la selección uruguaya de fútbol.