Los antiguos egipcios bebían cocteles de psicodélicos, sangre y alcohol


Los romanos estuvieron involucrados periódicamente en la política de Egipto desde la época de Ptolomeo VI en el siglo II a. C., pero esto no fue lo único que caracterizó a la antigua civilización. Según un nuevo estudio, antes una bebida de Egipto resultaba un coctel alucinante de psicodélicos, alcohol y fluidos corporales como sangre.

Para el estudio, un grupo de investigadores realizó un análisis químico avanzado de una taza, que se estima data del siglo II a. C., donde descubrieron que contenía restos de varios ingredientes fascinantes.

“Los análisis indican que se trata de una mezcla líquida compleja que contiene compuestos psicoactivos y medicinales, líquidos fermentados, sangre humana y otras secreciones, así como diversos aromas”, refiere la investigación publicada en Scientific Reports.

De acuerdo con los autores, el artefacto estudiado pudo haber sido utilizado en rituales psicodélicos, posiblemente vinculados con la fertilidad. En palabras de Enrico Greco, autor principal del estudio e investigador en Química Ambiental y Química para el Patrimonio Cultural, esta es la primera vez que la evidencia científica confirma directamente el uso de psicodélicos en los rituales del antiguo Egipto.

“Si bien ha habido hipótesis previas basadas en la iconografía o los textos, este estudio proporciona evidencia física del uso deliberado de sustancias psicotrópicas en la práctica ceremonial”, comentó en entrevista con Newsweek.

El artefacto en cuestión es una taza egipcia de Bes. Este es un tipo de recipiente que se ha encontrado en diversos contextos a lo largo del tiempo. Estas tazas están decoradas con la cabeza de Bes, una popular deidad protectora del antiguo Egipto vinculada a la alegría, la fertilidad y el bienestar familiar. Durante el periodo ptolemaico (alrededor del 330-30 a. C.), su papel se amplió para incluir funciones “oraculares y místicas”, según Greco.

“Las tazas de Bes, que a menudo se encuentran con información contextual limitada, han intrigado a los investigadores durante mucho tiempo, ya que su propósito exacto sigue siendo un misterio. Este estudio brindó una oportunidad única para explorar su uso y significado a través de técnicas científicas de vanguardia”, sostuvo Greco.

Si bien se han propuesto varias hipótesis sobre el uso de las tazas, basadas en fuentes iconográficas o mitos de rituales del antiguo Egipto, pocas de ellas han sido sometidas a pruebas para buscar rastros de materiales orgánicos que revelen lo que alguna vez contenían.

En tanto, para Branko van Oppen, otro autor del estudio y especialista en la realeza ptolemaica, desde hace mucho tiempo los egiptólogos han estado especulando sobre para qué se podrían haber utilizado las tazas con la cabeza de Bes y para qué tipo de bebida, como agua sagrada, vino y cerveza.

“Los expertos no sabían si estas tazas se utilizaban en la vida cotidiana con fines religiosos o en rituales mágicos”, apuntó.

La taza de Bes, inédita hasta ahora y objeto del último estudio, fue identificada en la colección del Museo de Arte de Tampa (TMA), Florida, Estados Unidos, a la que había sido donada en 1984. Para la investigación, los autores realizaron análisis químicos y de ADN en una muestra raspada de la pared interior del objeto. Al final revelaron lo que contenía el recipiente por última vez.

“Este es el primer análisis científico exhaustivo de los residuos orgánicos de una taza de Bes. Estudios anteriores especulaban sobre el contenido de estos recipientes, pero carecían de pruebas directas. Este estudio es innovador al descubrir las sustancias reales utilizadas y su significado ritual”, agregó van Oppen.

El equipo identificó con éxito la presencia de varios compuestos, revelando una mezcla líquida que aparentemente se utilizaba para prácticas rituales en el Egipto ptolemaico. “No existe ninguna investigación que haya descubierto lo que hallamos en este estudio. Por primera vez pudimos identificar todas las características químicas de los componentes del brebaje líquido contenido en la taza Bes del Museo de Arte de Tampa, incluidas las plantas utilizadas por los egipcios, todas las cuales tienen propiedades psicotrópicas y medicinales”, afirmó en un comunicado de prensa el primer autor del estudio, Davide Tanasi, del Departamento de Historia de la Universidad del Sur de Florida, Estados Unidos.

Entre los residuos orgánicos detectados se encontraron restos de la planta Peganum harmala, conocida comúnmente como harmel o ruda siria. Se trata de una planta medicinal y psicoactiva, cuyas semillas producen altas cantidades de os alcaloides harmina y harmalina que pueden inducir visiones oníricas. El análisis también detectó trazas de otra planta psicoactiva, el nenúfar azul, que contiene aporfina, un alcaloide asociado con suaves efectos sedantes y eufóricos.

“Las sustancias identificadas probablemente habrían inducido visiones oníricas, estados meditativos intensificados y posiblemente euforia. Estos efectos habrían sido ideales para rituales que implicarían profecía o transformación espiritual. Estas sustancias revelan la sofisticación de las prácticas rituales del antiguo Egipto”, comentó Greco.

Además, el equipo identificó la presencia de un líquido alcohólico fermentado derivado de frutas e incluso fluidos corporales humanos que parecen haber sido añadidos deliberadamente a la mezcla.

“Se identificaron proteínas de sangre, el moco vaginal y posiblemente la leche materna. Estos fluidos pueden haber tenido un significado simbólico o ritual, enfatizando temas de vida, fertilidad y regeneración. La inclusión de fluidos humanos, como sangre y secreciones mucosas, fue un elemento inesperado y altamente simbólico, además de los psicodélicos”, sumó Greco.

Los autores proponen que el brebaje líquido, que parece haber sido aromatizado con miel, semillas de sésamo, piñones, regaliz y uvas, se utilizó en algún tipo de ritual que recreaba un antiguo mito egipcio. Potencialmente vinculado a la fertilidad.

A tenor de Greco, este estudio revela que las tazas de Bes eran más que objetos decorativos utilitarios: tenían un papel fundamental en prácticas ceremoniales complejas. “El contenido sugiere que la taza se utilizaba para preparar o consumir una bebida psicotrópica en rituales que implicaban estados alterados de conciencia, fertilidad o profecía. Arqueológicamente, esto subraya la importancia de Bes como figura de transformación mística y amplía nuestra comprensión de las prácticas rituales de la era ptolemaica”. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)

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