Amplían investigación en torno a suspensión del programa de trasplantes de corazón del Jackson

Se autodenomina uno de los “principales centros de trasplantes del mundo”, pero Miami Transplant Institute (MTI), una joya en la corona de Jackson Health System, tiene un problema cardíaco.

El programa de trasplantes de corazón para adultos del instituto se suspendió a mediados de marzo a instancias de la red que controla el suministro nacional de órganos para trasplantes.

Ha sido la última sacudida que ha sufrido el programa. En octubre, su jefe, el doctor Matthias Loebe, fue destituido de sus funciones administrativas, aunque se le permitió seguir en el cargo hasta finales de febrero. Esto siguió a la salida de su socio de trasplantes cardíacos, cuya salida del Jackson no quiso explicar.

Y esta misma semana, Jackson confirmó una información según la cual Loebe, de 64 años, se enfrentaba a una nueva restricción: ya no se le permitirá tratar a pacientes. No se dio ninguna explicación al respecto.

El doctor Matthias Loebe, quien hasta febrero era Jefe de Trasplantes Cardíacos y Dispositivos de Asistencia Ventricular (VAD) de Miami Heart Institute en Jackson Memorial Hospital (JMH), ya no puede tratar a pacientes, dijo Jackson, pero sigue formando parte del personal.
El doctor Matthias Loebe, quien hasta febrero era Jefe de Trasplantes Cardíacos y Dispositivos de Asistencia Ventricular (VAD) de Miami Heart Institute en Jackson Memorial Hospital (JMH), ya no puede tratar a pacientes, dijo Jackson, pero sigue formando parte del personal.

Ninguno de estos contratiempos había sido revelado al público, incluidos los problemas planteados a los reguladores acerca de un procedimiento separado, que implica la implantación de LVAD (dispositivo de asistencia ventricular izquierda): se trata básicamente de una bomba cardiaca mecánica que se implanta cuando el corazón está demasiado débil para hacer circular la sangre por el cuerpo.

Jackson le denegó a Miami Herald la solicitud de un documento clave en el que se detallan las preocupaciones concretas expresadas por la Red Unida para la Compartición de Órganos (UNOS), el organismo que instó a la suspensión del programa de trasplantes de corazón, alegando que no es un documento público.

No está claro si el personal general de trasplantes del Jackson, formado por al menos 65 médicos de la Universidad de Miami (UM) que manipulan diversos órganos en virtud de un acuerdo operativo con el Jackson, informó a los pacientes de la serie de preocupaciones.

Cuando se le pidió que abordara esa cuestión de la divulgación, un portavoz del Jackson dijo que “Ninguno de nuestros pacientes tuvo un lapso en su plan de cuidado individualizado o tratamiento debido a cambios de personal”.

Dos semanas, tres agencias

En dos semanas, tres agencias se embarcaron en una investigación del programa cardiaco de MTI. En la primera semana de abril, la red de intercambio de órganos envió a sus instalaciones a un equipo del grupo de pares. La semana siguiente, los Centros federales de Servicios de Medicare & Medicaid (CMS) y la Agencia estatal para la Administración del Cuidado de la Salud (AHCA), que regula los hospitales, llevaron a cabo inspecciones.

En una denuncia revisada por el Herald y presentada a la agencia de Medicare y Medicaid, los denunciantes de Jackson citaron “malos resultados para los pacientes”, incluidas muertes que podrían haberse evitado.

Las cifras de rendimiento de Jackson en cuanto a implantes de bombas cardíacas van a la zaga de las tendencias nacionales en algunos puntos porcentuales.

Por ejemplo: Jackson informó que el 79% de los receptores de bombas cardíacas en la ventana de tiempo de 2020 a 2023 sobrevivieron un año después del procedimiento. En su queja a Medicare y Medicaid, los denunciantes proporcionaron una cifra ligeramente diferente: 75%.

Cualquiera de las dos cifras estaría por debajo del número nacional de 2017 a 2021, los últimos datos disponibles, durante los cuales la tasa de supervivencia a un año fue del 83%, de acuerdo con un informe de 2022 de la Sociedad de Cirujanos Torácicos (STS).

La denuncia enviada a la agencia federal afirmaba que las muertes de Jackson luego del implante cardíaco se debieron a diversos factores, como la dependencia prolongada de un respirador tras la intervención, el fallo orgánico persistente, la sepsis y una mala gestión quirúrgica.

La ampliación de las investigaciones se suma a otra de la Red Unida para la Compartición de Órganos (UNOS), que controla la distribución de órganos donados en Estados Unidos.

En marzo, los denunciantes del caso Jackson le enviaron una lista de quejas sobre el programa de trasplantes de corazón de Miami Heart Transplant/Jackson a la red privada sin ánimo de lucro para la distribución de órganos, en la que destacaban su preocupación por las múltiples muertes y otros problemas. Esto llevó al grupo de órganos a alertar por carta a MTI de que iba a abrir una investigación.

La suspensión del programa cardiaco fue una medida poco habitual entre los centros de trasplantes. En abril, la red de órganos envió al equipo de revisión por pares, formado por expertos en trasplantes, administradores y reguladores, a interrogar a los médicos y demás personal del instituto de trasplantes de Jackson.

Ahora, las múltiples investigaciones de la red de órganos y de las agencias federales y estatales plantean la cuestión de cuándo podrá reabrirse el programa de Jackson.

Cuando se les preguntó a finales de marzo por el cierre temporal del programa de trasplantes de corazón en adultos, los responsables de Jackson y los médicos de UM dijeron en un principio que se trataba de una decisión voluntaria, pero más tarde reconocieron que la presión de la red de órganos era la razón principal. Cuando se les pidió que compartieran la carta de la red de órganos que desencadenó el cierre abrupto del programa, los responsables de Jackson se negaron a hacerlo.

La respuesta de Jackson

Jackson le emitió un comunicado esta semana pasada al Herald sobre las quejas de un número desconocido de profesionales médicos, así como las investigaciones que resultaron.

“Jackson Health System se toma muy en serio cualquier alegación o queja. En este caso, nuestro Departamento de Riesgos investigó a fondo estas reclamaciones y determinó que eran completamente infundadas, después de hacer revisiones exhaustivas de los historiales médicos de los pacientes”.

“Si bien los resultados en estos programas están generalmente alineados con otros programas nacionales, Miami Transplant Institute (MTI) se mantiene a un alto nivel y cree que hay margen para mejorar nuestros programas de trasplante de corazón y [bomba de corazón]”.

“Como hemos mencionado antes, MTI actualmente se encuentra en una transición que elevará el liderazgo, los procesos y otros elementos del programa [cardíaco]”, señaló el comunicado. “A lo largo de los años, MTI ha sido uno de los mejores centros del país para realizar trasplantes de órganos sólidos en adultos y niños y nuestra misión sigue siendo la misma: salvar vidas y poner trasplantes vitales a disposición de los pacientes más graves, incluso si otros hospitales han considerado que sus casos no tienen solución”.

El corazón es solo uno de los muchos órganos que se trasplantan en el Jackson, junto con pulmones, hígados, riñones, páncreas e intestinos, pero se trata de uno de los segmentos más importantes del centro de trasplantes. Sus problemas pasaron desapercibidos hasta que Herald informó de una reunión celebrada el 20 de marzo en la que Luke Preczewski, vicepresidente del instituto, informó a los empleados de la suspensión. En la llamada de Zoom, dijo que no se anunciaría el cierre; Herald se enteró por su cuenta y escribió un artículo al día siguiente.

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Los denunciantes, aunque se han dirigido a varias agencias para expresar sus preocupaciones, han optado por permanecer en el anonimato, lo que hace difícil determinar a cuántos representan y si podría haber varios grupos presentando quejas. En cualquier caso, los investigadores gubernamentales se están tomando el asunto en serio. En el caso de CMS, la queja generó una respuesta en cuestión de minutos por parte de un médico de alto nivel de la agencia federal.

Las investigaciones en curso y la cobertura informativa han supuesto un duro golpe para la imagen de Jackson. La red de hospitales del Condado Miami-Dade, subvencionada por los contribuyentes, gastó unos $2,700 millones el año pasado. Se mantiene, en parte, gracias a una subvención de $386 millones generada por un impuesto sobre las ventas de medio céntimo y otros $238 millones procedentes de la financiación del Condado Miami-Dade. Esto supone una cuarta parte del plan de gastos de Jackson Health System.

Marcos Lapciuc, un empresario que formó parte del consejo de administración de Jackson, Public Health Trust, dijo que los ejecutivos del Jackson y los médicos de UM tienen la responsabilidad de informar a la comunidad sobre los problemas del programa de trasplantes de corazón, dentro de ciertos límites.

“Jackson es un hospital y un sistema de salud de propiedad pública, por lo que dentro de los parámetros tiene que dar cuenta a la Comisión del Condado Miami-Dade y a la comunidad sobre lo que está pasando”, dijo Lapciuc, quien fue miembro del fideicomiso de 2007 a 2015 y se desempeñó como presidente de su junta de recuperación financiera durante un periodo calamitoso.

“En un mundo perfecto, tienen que ser transparentes, pero es importante saber que puede haber consideraciones válidas para tomar un enfoque cauteloso”, dijo Lapciuc, citando preocupaciones sobre posibles litigios y la privacidad de los pacientes.

La reorganización del personal del programa de trasplantes de corazón de Jackson se produce en un momento en que se espera que la red de órganos con sede en Richmond, Virginia, creada por el Congreso en 1984 y financiada con fondos federales para mantener un registro nacional de compatibilidad de órganos, publique a finales de abril un “plan de acción” que prescribirá lo que el programa de trasplantes de corazón de Jackson debe resolver para reabrir sus puertas.

Los funcionarios de Jackson no harán comentarios sobre ese proceso, incluido el equipo de expertos médicos y administrativos que visitaron MTI hace casi tres semanas.

El calvario del peluquero

De acuerdo con los denunciantes de Jackson, el equipo de revisión por pares de la red de órganos se está centrando en los resultados de los pacientes, incluidos al menos cinco pacientes de trasplante de corazón que murieron en los últimos años, cuando Loebe estaba al frente del programa. Entre ellos está Frank Ricigliano, de 56 años, un peluquero de Miami que se sometió a una operación de trasplante de corazón en MTI en 2021 y murió menos de tres meses después en Jackson.

El estilista y propietario de Frankiebaby, Frank Ricigliano, quien murió en el Jackson Memorial Hospital (JMH) el 4 de julio de 2021 después de recibir un trasplante de corazón del Miami Transplant Institute (MTI) en la primavera de 2021.
El estilista y propietario de Frankiebaby, Frank Ricigliano, quien murió en el Jackson Memorial Hospital (JMH) el 4 de julio de 2021 después de recibir un trasplante de corazón del Miami Transplant Institute (MTI) en la primavera de 2021.

Sus pies se volvieron negros, “igual que verías a alguien que lleva varios años muerto como una momia”, dijo el socio de Ricigliano, Chuck Ellis. También sus manos. Su cuerpo estaba cubierto de manchas negras.

“Tenía gangrena en el pie izquierdo, le iban a tener que amputar los dedos del pie derecho, los dedos de ambas manos. Se habían puesto negros y literalmente se estaban cayendo”, dijo Michael Hamilton, compañero de piso de Ricigliano y sustituto sanitario.

El cirujano de Ricigliano fue Loebe.

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No más contacto con el paciente

Loebe fue reclutado a Miami desde Houston Methodist DeBakey Heart & Vascular Center para dirigir el programa de trasplante de corazón en 2015. DeBakey Center se negó a entregarle el archivo de personal de Loebe a Herald, diciendo que es una instalación privada y no está sujeta a solicitudes de registros públicos.

En marzo, funcionarios de Jackson dijeron a Herald que Loebe había sido notificado cinco meses antes por el director ejecutivo de MTI, el doctor Rodrigo Vianna, de que sería sustituido como jefe de los programas de trasplantes y bombas cardíacas, con efecto a finales de febrero. Se le comunicó que permanecería en su puesto hasta que se pudiera contratar a su sucesor. Como parte de su cambio de funciones, el salario de Loebe se reduciría en $150,000, con efecto a partir del 28 de febrero, de acuerdo con la carta de Vianna a Loebe del 13 de octubre de 2022.

Loebe declaró ante Herald que no consideraba este cambio de personal como una degradación, sino que, más bien, simplemente intentaba aligerar su carga de trabajo como cirujano principal de trasplantes de corazón de Jackson; también dijo que la revisión por pares, centrada en las muertes de los pacientes, la compatibilidad de los órganos y las infecciones, conduciría a un mejor programa de trasplantes de corazón.

Eso fue antes de que el hospital tomara las últimas medidas la semana pasada.

“El doctor Matthias Loebe ya no atiende a pacientes en Jackson Health System”, le dijo un portavoz de Jackson a Herald, declinando dar más detalles. “Jackson tiene una amplia cobertura con otros cirujanos de trasplante de corazón”.

Desde que se emitió ese comunicado, Loebe no ha respondido a las preguntas de Herald.

Una institución venerable

MTI, fundado en 1970, es uno de los más antiguos del país. En 2019, los médicos hicieron 747 trasplantes de todo tipo, la mayor cantidad en el país, según los datos de órganos disponibles públicamente. La mayoría fueron de riñones e hígados.

El instituto comenzó a hacer trasplantes de corazón en 1986 y ha hecho 786 de los procedimientos desde 1988, cuando la red de órganos y trasplantes comenzó a rastrear los trasplantes, hasta marzo de 2023. De ellos, 697 fueron en adultos.

En los últimos años ha disminuido el número de trasplantes de corazón, en parte debido a que cada vez más pacientes reciben una bomba cardiaca mecánica. En el pasado, las bombas se usaban principalmente para mantener con vida a los pacientes mientras esperaban un trasplante. Ahora, en lugar de servir de puente hacia un trasplante, los dispositivos sustituyen a veces la necesidad de un trasplante, declaró ante Herald el doctor Chris Ghaemmaghami, vicepresidente ejecutivo de Jackson Health. También es médico jefe ejecutivo y director clínico de Jackson.

Funcionarios de Jackson confirmaron que los reguladores de las agencias federales y estatales hicieron visitas sin previo aviso a MTI hace dos semanas. Los equipos se centraron en los servicios de trasplante de corazón, así como el programa de implante de bomba, dijeron funcionarios de Jackson.

Los responsables de Jackson dijeron que, aunque el programa de trasplantes de corazón para adultos está cerrado para 15 pacientes en lista de espera, sigue activo para un paciente ya hospitalizado que está esperando un trasplante; también dijeron que el programa de implante de bombas, aunque sometido a escrutinio tanto a nivel estatal como federal, sigue funcionando. A diferencia de los programas nacionales de trasplante de órganos, supervisados por UNOS, no existe un organismo externo que controle los implantes de bombas.

“Podría haberse evitado”

Desde 2020, dijo Jackson, 89 pacientes se han sometido al procedimiento de bomba cardíaca en el instituto y 19 de esos receptores murieron en el plazo de un año. La queja a CMS, que fue revisada junto con otros documentos por Herald, ofreció números ligeramente diferentes para ese período de tiempo: 84 procedimientos de bomba de corazón y 21 muertes.

La denuncia indicó que muchas de las muertes “podrían haberse evitado”. Puede leerse en su documento detallado a CMS que las muertes se asociaron con la selección defectuosa de candidatos para el procedimiento de riesgo de la bomba cardíaca, estancias hospitalarias prolongadas de los pacientes, prácticas inadecuadas para obtener el consentimiento del paciente y la mala gestión quirúrgica.

“Se han tomado las medidas oportunas”

En la denuncia presentada ante los organismos reguladores de Medicare y Medicaid se menciona el papel fundamental de Loebe como jefe de los programas de trasplante y de bombas cardiacas, pero también mencionaba a otra persona clave: la doctora Anita Phancao, cardióloga que dirige el equipo de insuficiencia cardiaca que colabora estrechamente con los cirujanos de trasplantes antes y después de los procedimientos de trasplante e implante de bombas cardiacas. Se acusaba a Phancao de “no adoptar las medidas habituales en la práctica”, incluida la gestión de pacientes sin verlos realmente.

La doctora Anita Phancao, cardióloga de Jackson Health System que dirige el equipo de insuficiencia cardiaca y colabora estrechamente con los cirujanos de trasplantes. En una denuncia presentada por denunciantes de Jackson ante Centers for Medicare & Medicaid Services (CMS) se la acusó de "no proporcionar las medidas de práctica habituales".
La doctora Anita Phancao, cardióloga de Jackson Health System que dirige el equipo de insuficiencia cardiaca y colabora estrechamente con los cirujanos de trasplantes. En una denuncia presentada por denunciantes de Jackson ante Centers for Medicare & Medicaid Services (CMS) se la acusó de "no proporcionar las medidas de práctica habituales".

También alegaba que Phancao había obtenido el consentimiento para los procedimientos de pacientes que se encontraban en un estado mental deficiente, tenían dificultades por la barrera del idioma o poseían una comprensión limitada de los términos médicos. En resumen, de acuerdo con las denuncias, los pacientes no recibían una formación adecuada antes de dar su consentimiento para el implante de la bomba.

Funcionarios de Jackson dijeron que la situación de Phancao en los programas de trasplante cardíaco e implante de bomba no ha cambiado.

Phancao, a través de la oficina de información pública de Jackson, declinó ser entrevistada para este artículo.

Phancao fue objeto de dos denuncias similares a través de EthicsPoint, un portal para que los empleados de UM presenten denuncias anónimas.

De acuerdo con los registros examinados por Herald, una de esas quejas, presentada en diciembre, obtuvo la siguiente respuesta dos meses después: “Varias oficinas y la [dirección] de Riesgos de JMH [Jackson Memorial Hospital] están investigando estas preocupaciones”.

Una queja similar posterior a través del mismo portal —es anónima, por lo que no está claro si el remitente era la misma persona— dio lugar a la garantía de que “se han tomado las medidas oportunas”. No se facilitaron detalles.

Por lo general, los programas de trasplante de corazón —al igual que los de implantes de bombas cardiacas— se juzgan en función de una serie de parámetros, que van desde las tasas de supervivencia hasta la duración de las listas de espera.

En su mayor parte, las tasas de supervivencia de los receptores de corazón de Jackson están en consonancia con las cifras nacionales, de acuerdo con los datos publicados por el Registro Científico de Receptores de Corazón, pero se han producido variaciones. Los datos publicados en enero de 2022, una instantánea limitada, muestran que Jackson va a la zaga en las tasas de supervivencia a un año: alrededor del 87% frente al 93% nacional.

Los responsables de Jackson dijeron que su programa de trasplantes acepta a los pacientes más enfermos, incluidos aquellos que podrían ser rechazados por hospitales privados; sin embargo, reconocieron que la división cardiaca no ha funcionado tan bien como los programas de trasplante de riñón, hígado y otros órganos y que planean hacer importantes cambios de personal, un proceso que comenzó el otoño pasado con la decisión de buscar un nuevo líder que sustituyera a Loebe.

“Tenemos que averiguar por qué existe una discrepancia entre todos los demás programas de trasplantes y el de corazón”, declaró Vianna ante Herald, director de MTI y jefe de Trasplantes Hepáticos, Intestinales y Multiviscerales.