AMLO y su gran teatro por un solitario vagón para el Tren Maya

Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia por arribo del primer vagón para el Tren Maya  | FOTO: ELIZABETH RUIZ/CUARTOSCURO.COM
Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia por arribo del primer vagón para el Tren Maya | FOTO: ELIZABETH RUIZ/CUARTOSCURO.COM

Son tres los proyectos emblemáticos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin estar completamente terminados “inauguró” el 21 de marzo de 2022 el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, al que le faltaba la construcción de la infraestructura que lo comunique con el mercado de usuarios, así como el interés de las aerolíneas para utilizarlo en sus operaciones cotidianas. El 1 de julio de 2022 “inauguró” la Refinería Dos Bocas “Olmeca” que en ese momento y hasta el presente, no ha refinado algún barril de petróleo para alcanzar el objetivo presidencial de hacer autosuficiente al país en el consumo de gasolinas y diésel.

Llegó el turno de “casi inaugurar” el tercer proyecto emblemático. López Obrador presidió el pasado 8 de julio una ceremonia simbólica para recibir al primer vagón, de 42, del Tren Maya, que la empresa Alstom México construyó en Ciudad Sahagún, Hidalgo y trasladó a Cancún para iniciar un periodo de pruebas que durará hasta el primero de septiembre, cuando el presidente, después de pronunciar un mensaje en Campeche, con motivo de su quinto informe de gobierno, lo abordará para ir a Mérida y posteriormente a Cancún, en lo que dice será un viaje de supervisión, porque la inauguración del Tren Maya está programada para diciembre de 2023.

De los tres proyectos emblemáticos, el Tren Maya es el que más ha ocupado la atención de López Obrador. Con frecuencia se traslada, los fines de semana, para “supervisar” los avances de las obras, a cargo de los militares que construyeron el AIFA. El tren llevará a cabo un recorrido de mil 554 kilómetros y pasará por los estados de Campeche, Tabasco, Yucatán Quintana Roo y Chiapas.

La ceremonia que López Obrador realizó en compañía de la Gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama y la directora de Alstom, Maite Ramos, fue muy emotiva para el presidente. Al dar el banderazo para que avanzara el primer vagón dijo: “Es un momento estelar porque llegó a esta terminal de Cancún, a esta cochera, el primer tren de todo el sistema del Tren Maya es un hecho verdaderamente histórico. Mujeres y hombres técnicos, profesionales, también servidores públicos, todos juntos estamos haciendo historia ¡Que viva el Tren Maya! ¡Que vivan los trabajadores de México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”

Según el presidente López Obrador el Tren Maya será el medio que permitirá al sureste de México salir del rezago económico en que se encuentra. No obstante, desde que fue presentado el proyecto, ha enfrentado diversos problemas debido a su tamaño, la complejidad y fragilidad del suelo de la zona por la que atraviesa, los daños al medio ambiente, el desplazamiento de comunidades por donde pasa, la oposición de grupos ecologistas defensores de flora y fauna, el reclamo del pago por las tierras expropiadas, estos y otros problemas, han motivado a que la obra haya modificado algunas rutas originalmente propuestas y enfrentado conflictos jurídicos con comunidades que demandan la suspensión de la obra, con el consecuente incremento en costos y tiempos de construcción.

  FOTO: PRESIDENCIA/CUARTOSCURO.COM
FOTO: PRESIDENCIA/CUARTOSCURO.COM

Diversos grupos opusieron resistencia a la construcción del Tren Maya, algunos lograron el amparo del Poder Judicial que ordenó la suspensión de la obra hasta la solución de las controversias: El presidente López Obrador decretó que todo lo relacionado con este proyecto y los otros que son emblemáticos de su gobierno, eran asunto de Seguridad Nacional, con lo que los sustrajo de la acción judicial y el rendimiento de cuentas en cuanto al manejo de su gasto y administración, por lo que quedaron en la opacidad, que se mantiene por el bloqueo del que es objeto el Instituto Nacional de Información y Transparencia (INAI).

Parece que el estado de ánimo de López Obrador, por la llegada a Cancún del primer vagón del Tren Maya, fue motivo de algarabía porque significa haber vencido a los que se opusieron a su realización, que él se empeñó en terminar a tiempo “llueva, truene o relampaguee”.

A diferencia de sus otras dos obras emblemáticas, en esta ocasión no organizó todo el festín que realizó cuando las inauguró, estando sin terminar, lo que parece, según los especialistas, volverá a ocurrir en esta tercera obra que lo inscribirá en la historia.

El sexenio termina. En un año habrá un presidente electo. López Obrador tendrá que entregar el poder, aunque podría sucederle lo que hizo con su predecesor, se lo quitó antes. Es el efecto de la sucesión presidencial adelantada y la consecuente pérdida prematura del control. Ese sería el resorte que lo mueve a “inaugurar” sus obras emblemáticas, las únicas que se ven, las publicitadas en las mañaneras. No hay más.

El último año de otros sexenios hemos visto como el presidente en turno lo emplea en inaugurar puentes, presas, carreteras, hospitales, escuelas, mercados. Presume estadísticas que ilustran avances en educación, salud, seguridad, comercio, empleo, producción agraria, exportaciones y demás.

En esta ocasión, con López Obrador, que no es como los de antes, no tenemos nada de esto. Si tenemos trece millones de beneficiarios que reciben dádivas de su gobierno y representan una sólida base electoral. Cuatro corcholatas que pasean por el país gastando millones de pesos de dudosa procedencia y alabando a su patrón. La “inauguración” de tres obras faraónicas que costaron miles de millones de pesos y no benefician al país. Pasaran a la historia junto con la mañanera, el mayor ejercicio de propaganda en la historia de México.

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