AMLO, el presidente que presume remesas, mientras caza migrantes

Mexico's President Andres Manuel Lopez Obrador grimaces during a ceremony to deliver his third state of the union address at the National Palace in Mexico City, Mexico September 1, 2021. REUTERS/Edgard Garrido
REUTERS/Edgard Garrido

Cuando inició su gobierno el presidente López Obrador lo hizo con un discurso esperanzador para los pobres, incluyó en sus políticas sociales a los migrantes, a los que prometió libre tránsito para alcanzar el sueño americano, pero en caso de no obtener la admisión en Estados Unidos, les aseguró algún tipo de actividad relacionada con sus programas asistenciales en el campo, como sembrar árboles.

Los centroamericanos le tomaron la palabra y en unas cuantas semanas atravesaban el país miles de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, haitianos y de otros continentes. Intentaron cruzar la frontera de los Estados Unidos, pero la agresiva política migratoria del presidente Donald Trump los frenó, utilizando la amenaza de aplicar aranceles a diversos productos mexicanos.

La demanda del gobierno de Donald Trump de frenar a los migrantes fue atendida con prontitud por el presidente López Obrador que estuvo dispuesto a defender la frontera de los Estados Unidos. Destinó a la Guardia Nacional para que cumpliera la encomienda de hacer el trabajo sucio del gobierno de Trump, reprimiendo a los migrantes y dejándolos “estacionados” en el territorio de México.

Se van a cumplir tres años del servicio que el gobierno de López Obrador hace al gobierno de Estados Unidos que en lo esencial no ha cambiado la política migratoria.

El presidente López Obrador tampoco ha cambiado, continúa la operación de mantener “estacionados” a los migrantes, que ingresan por la frontera sur de México, aunque deba utilizar la fuerza para impedir sus intentos de llegar a los Estados Unidos.

En días recientes, miles de migrantes, mayoritariamente haitianos, cansados de mantenerse “estacionados” por las autoridades migratorias mexicanas, decidieron reiniciar su marcha hacia los Estados Unidos. Llevan meses esperando para realizar sus trámites y cuando logran ser atendidos, los citan hasta febrero de 2022.

Mas de mil migrantes abandonaron las instalaciones de migración para atravesar Chiapas y dirigirse a los Estados Unidos.

Mediante un operativo realizado por la Guardia Nacional, el Ejército y el Instituto Nacional de Migración fueron detenidos utilizando la fuerza, sin importar la presencia de mujeres y niños, según muestran diversas imágenes divulgadas en redes sociales, medios impresos y electrónicos de México y el Mundo.

El operativo fue calificado como un acto de represión del gobierno mexicano. La ONU y organizaciones como la ACNUR y la UNICEF hicieron un llamado al gobierno de López Obrador “para que se garantice la seguridad, el respeto y la protección de los derechos de las personas en movilidad, con énfasis en la niñez y otros grupos con mayor vulnerabilidad”.

Según la ACNUR, lo ocurrido en Chiapas demuestra la urgencia de “fortalecer el sistema de asilo para quien necesite protección, con pleno respeto a la no devolución”.

La política de contención de migrantes del gobierno mexicano hacia los migrantes de Centroamérica y el Caribe, contrasta notablemente con el gesto que tuvo a favor de cientos de ciudadanos provenientes de Afganistán, que huyen del régimen talibán que tomó el poder en su país.

Está previsto que en los próximos días lleguen al México más personas de Afganistán. El canciller Marcelo Ebrard dio la bienvenida a un grupo de mujeres. El gobierno de López Obrador los recibe en calidad de refugiados. Se trata de trabajadores de medios sociales, activistas y periodistas independientes, acompañados por sus familias.

Informó el gobierno de México que "La recepción de personas de Afganistán es una decisión política del Estado mexicano y realizada en total apego con la tradición histórica de asistencia humanitaria de nuestro país.”

La Secretaría de Relaciones Exteriores explicó que, para los trámites migratorios, se mantuvo una estrecha comunicación entre la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Gobernación y otras entidades del Gobierno Federal.

Entre los refugiados de Afganistán se encuentran periodistas que trabajan para los periódicos de Estados Unidos The New York Times y The Wall Street Journal. Esos medios agradecieron al gobierno mexicano la recepción que dio a sus colaboradores y criticaron que el gobierno de Estados Unidos no se comportara de igual manera.

Para el presidente López Obrador la política de migración tiene diferentes caras. Le es útil para quedar bien con el gobierno de Estados Unidos, al que por cuidarle la frontera le pide vacunas y buen trato para los mexicanos que viven en su territorio. Los afganos le son útiles para componer su imagen ante los importantes diarios de ese país que lo han descalificado en diferentes ocasiones, debido a su política de seguridad.

Existe un tercer enfoque, es el de los migrantes mexicanos que desde los Estados Unidos envían remesas. El presidente admitió en su tercer informe que “el envío de remesas es la esencia de su estrategia para enfrentar la crisis y que gracias a esto se ha podido reactivar la economía”.

Por décadas, los mexicanos han tenido que migrar para alcanzar una mejor calidad de vida. Es relevante el reconocimiento que hace el presidente López Obrador por el beneficio de las remesas. Son mérito de los migrantes y al mismo tiempo, son la denuncia de las insuficiencias del Estado Mexicano, que no supo otorgarles oportunidades, como ahora hace a los centroamericanos y haitianos. Es una política migratoria selectiva donde festeja lo que hacen sus paisanos en EEUU, pero no permite hacer lo mismo a otros en su propio país.

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