Amar en época de guerra: así es una boda en Ucrania


El día de su boda, Tetyana casi se cae de la cama por el estruendo de los cohetes rusos que estallaron cerca de su casa, en el centro de Ucrania. “Al principio pensé que eran truenos, pero el cielo estaba despejado y me di cuenta de que era un bombardeo”, cuenta a AFP la diseñadora de 31 años, al recordar cómo corrió al corredor afuera de su habitación.

Sorprendida con la destrucción provocada por las explosiones antes del amanecer y decidida a seguir adelante con su boda, Tetyana y su prometido, Taras, se casaron seis horas más tarde.

“Al principio pensé que debíamos cancelar la boda, pero mi prometido dijo que debíamos hacerlo. La guerra no tiene por qué arruinar nuestros planes“, declara Tetyana, quien pide identificar a la pareja con nombres simulados.

“Tenemos el derecho de formar nuestra familia y vivir nuestras vidas a plenitud”, agrega. Su boda es parte de un auge masivo de matrimonios en Ucrania tras el inicio de la guerra con Rusia.

Vecinos desde los seis años de edad, Taras propuso matrimonio a Tetyana el año pasado, y tenían previsto casarse en la primavera boreal.

En mayo entendimos que la guerra podría durar mucho tiempo. Decidimos no aplazar la vida porque, como lo ha revelado esta guerra, tal vez no lleguemos a más tarde”, dice Tetyana.

En la región de Poltava, donde se casaron Tetyana y Tasas, hubo 1,600 bodas en las primeras seis semanas desde la invasión rusa del 24 de febrero.

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Daria Steniukova, de 31 años, entrenadora de yoga, posa para una foto de su boda, en su apartamento bombardeado, en Vinnytsia. (Foto: Oleksandr Demianiv/AFP)

“LA GUERRA SIGUE”

El aumento es aún más pronunciado en la capital, con 9,120 matrimonios registrados en los primeros cinco meses, más de ocho veces más que las 1,110 ocurridas en el mismo periodo de 2021.

“Casarse durante la guerra es el paso más valiente y difícil que se puede tomar, porque no se sabe qué va a pasar”, comenta Vitaliy, de 25 años. Él estaba por casarse con Anastasiya, de 22, antes de ir a la guerra.

En Ucrania, las parejas han aprovechado la simplificación de los trámites matrimoniales que permiten celebrar una boda de inmediato sin necesidad de una larga espera.

Vitaliy y Anastasiya, quienes no revelaron sus apellidos, tenían nociones vagas sobre cómo oficializar su compromiso. Lo entendieron todo el día anterior de la boda. “La guerra sigue, es mejor hacerlo ahora”, comenta el novio.

Vitaliy Charnykh ha realizado ceremonias una atrás de otra en el edificio administrativo desde inicios de marzo. Ve su papel como una contribución especial al esfuerzo de la guerra.

“Como servidor público, creo que puedo ayudar a mi país apoyando emocionalmente a los ucranianos”, dice el joven de 21 años.

MENSAJE DESAFIANTE DE BODA

Con un futuro incierto, las parejas jóvenes históricamente han formalizado más sus romances en tiempos de guerra. En plena Segunda Guerra Mundial, en 1942, Estados Unidos registró 1.8 millones de bodas en 12 meses, un aumento de 83 por ciento desde una década antes.

Charnykh dice que en Ucrania hubo un aumento en casamientos de soldados. “En estos tiempos, la gente realmente no sabe lo que hará mañana, así que están ansiosos por casarse lo antes posible”, opina.

Daria Steniukova, una instructora de yoga de 31 años, tenía planeado casarse con Vitalii Zavalniuk, de 30 años, pero la guerra estalló un día antes.

Un misil ruso devastó su ciudad de Vinnytsia, dejó 26 muertos, daño la oficina de registro y destruyó su apartamento.

“Estábamos impactados, pero decididos a seguir adelante. No íbamos a desistir. Mi casa estaba en ruinas, pero nuestras vidas no”, declara. Tuvieron que aplazar las celebraciones con familiares y amigos, pero se casaron en un local alternativo.

“Ninguno de los centros administrativos tiene espacio, pero decidimos seguir aunque nos dijeron que no era posible”, declara Steniukova. “Estábamos listos para esperar todo el día, pero nos atendieron rápido: nos casamos tres minutos después de llegar”, agrega.

Marcaron su unión de una manera extraña, pero llamativa, con fotos tomadas en el apartamento bombardeado de Steniukova. “Fue un mensaje desafiante para todo el mundo, para decir lo fuertes que somos los ucranianos. Estamos listos para casarnos, aunque haya cohetes volando sobre nuestras cabezas”, expresa. N

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