All Blacks: Scott Robertson asumió como entrenador y planteó un cambio en la política de convocatoria de jugadores

Scott Robertson, superexitoso en Crusaders, es el primer entrenador de All Blacks que no está en una línea sucesoria en veinte años; ya prepara al seleccionado más icónico del rugby luego de la serie Graham Henry-Steve Hansen-Ian Foster.
Scott Robertson, superexitoso en Crusaders, es el primer entrenador de All Blacks que no está en una línea sucesoria en veinte años; ya prepara al seleccionado más icónico del rugby luego de la serie Graham Henry-Steve Hansen-Ian Foster. - Créditos: @Hannah Peters

En tierra maorí corren aires nuevos. Pasaron más de dos meses de aquella agitada final del Mundial 2023 en el Stade de France, que no será fácil de digerir y olvidar en la memoria popular. El triunfo de los Springboks por 12-11 ahogó la ilusión de los All Blacks, que, como pocas veces, ingresó a una etapa de fuerte reconstrucción. Además de que habrá un importante recambio de jugadores, se modificará el grupo de entrenadores y luego de tres mandatos de líneas sucesorias llegó el momento de un outsider. Scott Robertson inició su ciclo al mando de los hombres de negro, que procurarán volver a dominar el rugby, pero antes deben resolver ciertos paradigmas internos.

Con un campamento de dos días en Auckland, que contó con 22 jugadores, Robertson abrió su tiempo en el seleccionado neozelandés. Claro está, su rol de outsider se debe a que el entrenador no integró los últimos staffs de All Blacks y a que llega luego de la serie Graham Henry-Steve Hansen-Ian Foster, que cubrió los últimos 20 años. Pero sí estuvo en la órbita del rugby de Nueva Zelanda: se consagró campeón del mundo juvenil como parte de Baby Blacks en el 2015; preparó a Canterbury, la principal fuente de jugadores del país, y marcó una era en el Súper Rugby en Crusaders, conquistando siete trofeos en siete años, que celebraba con su llamativo break-dance, y estableciendo una hegemonía jamás vista en el principal torneo de clubes/franquicias del hemisferio Sur. Por su perfil carismático, su enorme liderazgo y su capacidad para establecer una impronta clara en sus equipos, su camino y el de los All Blacks iban a volver a cruzarse algún día, tras la etapa de Robertson como jugador, que se dio entre fines de los noventas y principios de los dos mil.

El breakdance de Robertson al festejar una conquista de Crusaders

Entre los parámetros internos que deberá resolver el director técnico junto a la Unión de Nueva Zelanda se destaca la política de convocatoria de jugadores que se desempeñan en el extranjero. Aún faltan siete meses para los primeros compromisos, pero ya en su primera conferencia de prensa el entrenador dio a entender que ése será uno de los puntos por revisar. “Lo que presenté a la junta directiva, a los directores ejecutivos del Súper Rugby y a las uniones provinciales refiere a mantener una mente abierta en ese rubro. Eso es lo que he pedido. No he preguntado «¿puedo invitar a alguien a que venga a jugar para nosotros?». Pero sí pedí mantener abierta la mente acerca de dónde se encuentra el juego en este momento. Está avanzando bastante rápido, como lo sabemos”, explicó.

La de Nueva Zelanda (NZRU) es una de las uniones que se han mostrado reacias a convocar al seleccionado a jugadores que actúan en el exterior. Algo similar a la política que sostenía la Unión Argentina de Rugby en las primeras dos temporadas de Jaguares en el Súper Rugby. Pero existe una diferencia importante: la entidad cuenta con cinco equipos profesionales fuertes en los que casi todos los jugadores son elegibles, a diferencia de lo que sucedía con los argentinos en 2016 y 2017, cuando únicamente Jaguares nutría de integrantes a los Pumas. La NZRU acuerda contratos centrales con sus principales figuras, pero las jugosas ofertas de Japón y el rugby europeo logran convencer de emigrar a ciertos rugbiers. “Están sucediendo muchas cosas en la cancha y fuera de ella con jugadores, decisiones y contrataciones. Sólo quiero mantener abierta la mente para poder seleccionar a los mejores jugadores disponibles para All Blacks”, advirtió Robertson.

Robertson pide que las autoridades de la Unión de Rugby de Nueva Zelanda revean la imposibilidad de convocar a jugadores que actúan en el exterior, sin restringir las citaciones a los de equipos que protagonizan el Super Rugby Pacific.
Robertson pide que las autoridades de la Unión de Rugby de Nueva Zelanda revean la imposibilidad de convocar a jugadores que actúan en el exterior, sin restringir las citaciones a los de equipos que protagonizan el Super Rugby Pacific. - Créditos: @Hannah Peters

En medio del éxodo de piezas post Mundial de Francia, el caso más emblemático es el de Richie M´ounga. El apertura del seleccionado en las dos últimas disputas de la Copa del Mundo, y principal figura del Crusaders multicampeón con Robertson, firmó un acuerdo a largo plazo con Toshiba Brave Lupus, de Japón, y a los 29 años no puede volver a representar a su país con la actual regla. Un caso idéntico es el del tercera línea Shannon Frizell, de la misma edad y que pasó al mismo club, y similar es el de Brodie Retallick, que a sus 32 años firmó con Kobe Steelers. Por su parte, Leicester Fainga’anuku, una de las buenas apariciones de los últimos años, armó las valijas y con 24 años ya forma parte del francés Toulon.

Sin embargo, la unión neozelandesa logró convenios con otros referentes que emigraron a Japón pero volverán al país en junio. Beauden Barrett, Sam Cane y Ardie Savea se perderán el Super Rugby Pacific de 2024, pero estarán disponibles para jugar en All Blacks y regresarán a la competencia en el 2025. Uno de los grandes objetivos de la NZRU es potenciar el Super Rugby Pacific, que sin los conjuntos sudafricanos, con la aparición del mercado japonés y con el crecimiento exponencial del francés Top 14, perdió interés y audiencia. El 2024 será crucial para definir el nuevo formato y los contratos televisivos por los años venideros, en una competencia que puede volver a contar con Jaguares como representante argentino a partir del 2026.

Richie Mo'unga, en acción contra los Pumas en el Mundial de Francia; el back se muda al rugby de Japón, que está atrayendo figuras extranjeras.
Richie Mo'unga, en acción contra los Pumas en el Mundial de Francia; el back se muda al rugby de Japón, que está atrayendo figuras extranjeras. - Créditos: @Aurelien Morissard

Aunque Mark Robinson, CEO de la NZRU, deslizó hace un mes que la idea era que los All Blacks siguieran nutriéndose 100% de jugadores locales, Robertson volvió a plantear el tema y dejó abiertas las puertas a futuras conversaciones. Todavía la institución y el DT tienen tiempo para reflexionar y sacar conclusiones con miras a la ventana de julio.

El rol de capitán, bajo la lupa

Otro de los temas de debate de los All Blacks es el capitán que elegirá Robertson para su ciclo, que apunta al Mundial Australia 2027. Habrá que ver si ratifica a Sam Cane, que asumió ese papel en el 2020 y, con vaivenes, llegó a la final de Francia 2023, en la que vio la tarjeta roja en el primer tiempo. En los próximos días el tercera línea cumplirá 32 años; ahora se encuentra en Japón.

Sam Cane lleva tres años como capitán de All Blacks, pero puede ser sustituido en el ciclo de Robertson; su expulsión en la mitad inicial de la final que Nueva Zelanda perdió a manos de Sudáfrica en el Mundial de Francia no lo ayuda.
Sam Cane lleva tres años como capitán de All Blacks, pero puede ser sustituido en el ciclo de Robertson; su expulsión en la mitad inicial de la final que Nueva Zelanda perdió a manos de Sudáfrica en el Mundial de Francia no lo ayuda. - Créditos: @Thibault Camus

Recién en julio Robertson dará a conocer quién será el capitán. “Tengo que estar frente a algunos jugadores, tener algunas conversaciones, captar algunas miradas. Creo que es importante que respetemos todas las opciones”, expresó el nuevo seleccionador. Scott Barrett y Ardie Savea son los otros candidatos a desempeñar esa función.