¡Allá marchamos y aquí, hoy, bailamos! Una crónica del 8 de marzo en Santa Martha Acatitla

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Hace cuatro años, el 8 de marzo de 2020, se hizo viral la foto de una cartulina pegada en un penal femenil: “No se olviden de nosotras”. 

Tuit de la UNAM sobre una foto de la cárcel de mujeres de San Miguel, donde se lee: No se olviden de nosotras.
Tuit de la UNAM sobre una foto de la cárcel de mujeres de San Miguel, donde se lee: No se olviden de nosotras.

Entre la Organización Comunitaria por la Paz (OCUPA) y  el grupo musical de mujeres “Las Reinas del Dolor” decidimos hacerles saber a las mujeres privadas de la libertad que acá afuera muchas mujeres no nos olvidamos de ellas y que no están solas.

El pasado viernes 8 de marzo fuimos a Santa Martha, en donde hay alrededor de mil mujeres privadas de la libertad. Como en casi todos los penales, más de la mitad de las internas aún no tiene sentencia. Nos recibieron después de que ellas mismas organizaron su propia marcha dentro de las instalaciones con pancartas y consignas, para visibilizar sus necesidades y derechos. 

Entrar a Santa Martha Acatitla es una moneda tirada al azar. Todo depende del humor de quienes viven ahí; a veces quieren tomar nuestros talleres de literatura, a veces prefieren ir a hacer deportes. Los grupos normalmente son pequeños porque dependen de sus intereses. Pero este 8 de marzo la mayoría de las mujeres que vive en Santa Martha se reúnen en la explanada principal. Por primera vez, “las de azul” (sentenciadas)  con “las de beige” (procesadas) están juntas para un evento inusual: un concierto con una gran  producción  en estas instalaciones. María aprovecha para vender tamarindos y dulces. Liz vende 10 bolsitas de papitas en su primer corte.

El repertorio musical va marcando el humor de las asistentes. Las reinas del dolor, preparadas para las olas de emociones que saben llegarán, apuntan que este día se vale de todo: llorar, reír, cantar, callar, bailar. Ni bien lo dicho, el ambiente se llenó de brazos al viento. La primavera y las jacarandas moradas ya están en Santa Martha. Fue más o menos así / vino blanco, noche y viejas canciones…

Risas entre sí. Amigas que cruzan miradas, cómplices de aquellos días desesperados y llenos de historias de dolor y de alegría. La voz de Tania, una de las vocalistas, llena el espacio, coreado por las mil asistentes. Sube el sonido. Siiii, para enamorarme ahora / volveráááá a mí la maldita primaveeeera… Puños en el corazón y ojos cerrados. Me hace daño solo a míííí…

Internas de Santa Martha Acatitla con el puño en alto en el concierto de las Reinas del Dolor del 8 de marzo de 2024.
Foto: Guillermo Luque.

Samy carga a un bebé con cuidado, su nombre es Cristina. Su mirada fija en el bultito con cobija amarilla entre sus brazos, dando doble pasos lentos mientras tararea Quién como túúú La eterna voz de Ana Gabriel reproducida por las cientos de mujeres con cien historias, cada una sobre la amistad, la familia, el amor y el desamor, la soledad y la compañía. Cientos de historias compartidas que rodean a la bebé de Samy. Ahí, de pie y con ritmo, me contó que entró al penal y un mes después nació Cristina, en la enfermería de Santa Martha. Desde entonces ha elegido a tres mujeres con las que comparte la maternidad. Solo a ellas permite que carguen a su tesoro más preciado. Me presenta a Ana. Ana tiene unos brazos que mecen a Cristina tan rico, que es la única que la puede hacer dormir. Samy, Ana, Ju y Elizabeth, sentadas en la misma mesa, atentas y arrobadas ante Cristina. Miradas de amor, de ternura secreta, de cuidado y compasión en un lugar en el que esta maternidad será compartida. Ellas son todo lo que Samy tiene y en quienes confía la vida y la de su bebé. Noche a noche por tu amor / soy gaviota sin guarida / subo y bajo sin control, prisionera de tu amor, como barco a la deriva… Ana y su pareja Ju alternan conmigo conversación y coros a media voz de la “Leona dormida”.

Lágrimas caen sin control en las camisetas y en el piso, ante la emoción. Del otro lado del patio, una mujer se levanta y se aleja del grupo. No hay canción que no se sepa. Que despertamos abrazados / con ganas de seguir amándonos / pero es que en realidad no aceptan nuestro amor, canta fielmente. Quiere estar sola, pero hay visitas que la abrazan, que le dan servilletas, que murmuran palabras y la dejan con sus emociones.

Las Reinas del Dolor se adueñan de Santa Martha con el repertorio permisivo de emociones. Cuando las asistentes gritan  “¡No se vayan!”, Halo, la vocalista, aclara: nosotras venimos a tocarles a ustedes, así que aquí estaremos un buen ratito. Las mujeres aplauden y festejan la decisión avalada por la directora del penal, Adriana Villeda Salazar, a quien las internas quieren y respetan muchísimo. Se escucha entonces el teclado delicado de Sandy Castillo. Tú me hiciste sentir que no valía, se entona mientras entra lentamente al auditorio. Hay intercambio de miradas entre el público. Algunas sonrisas cómplices. Y mis lágrimas cayeron a tus pies, responde el coro de voces de las mujeres, de pie y listas para soltarse el cabello. Silencio corto para mirarse en el espejo y no hallarse, por ser sólo lo que alguien quería ver.

Y me solté el cabello, me vestí de reina… Pasos coquetos de las asistentes en sus lugares, divertidas y aireadas entre ellas. Me puse tacones, me pinté y era bella… Algunas asistentes se toman de las manos y otras desde sus lugares saltan contagiadas de una felicidad emanada desde el escenario y que regresaba duplicada hacia las generosas Reinas del dolor.

Fue entonces cuando Paola Zavala y Silvana Carranza subieron al escenario y desde OCUPA dijeron lo que sabemos: que ellas tardan en recibir sentencia más tiempo que los hombres; que por los mismos delitos reciben penas más altas; que tienen menos visitas. “Las morras no nos olvidamos de ustedes. Allá afuera también marchamos con ustedes”.

Las lágrimas de felicidad no se ven en este video, pero sí se escuchan los aplausos y la afirmación compartida. “Queremos decirles que el 8M salimos a marchar. Sabemos que no estamos todas allá afuera. Nos faltan todas las mujeres que están privadas de la libertad y hoy por eso venimos con ustedes. No están solas, mucha gente allá afuera pensamos mucho en ustedes, estamos con ustedes y trabajamos para ustedes”.

Las internas de Santa Martha Acatitla hacen peticiones en el concierto de las Reinas del Dolor del 8 de marzo de 2024.
Foto: Guillermo Luque.

La fiesta sigue con una rola especial, porque aquí se van a cantar todas las que se pidan. Baile y alegría mezclada con lágrimas, y la sabiduría que da las canas: Es que mira, míralas a todas. Es como si la música fuera la libertad. Gracias, Reinas del Dolor, por hacer esta libertad posible, aún en el encierro.

Concierto de Las Reinas del Dolor en Santa Martha Acatitla el 8 de marzo de 2024.
Foto: Guillermo Luque.

Lilia García / Batería

Viviana Velázquez / Bajo

Sandy Castillo / Teclado

Tanya Maldó / Voz

Zoilé / Guitarra y Dirección musical

Halo Izardiu / Voz y productora