“¿Alguien puede decirme si voy a volar?”: caos, tensión y enojo en otra jornada de paro salvaje en Aeroparque y Ezeiza
En Aeroparque Jorge Newbery, cientos de pasajeros se agolpaban esta mañana en los pasillos, algunos recostados en el suelo, a la espera de noticias sobre sus vuelos. La incertidumbre predominaba, mientras una empleada de Aerolíneas Argentinas recorría el lugar con una hoja en la mano, anunciando a los gritos los detalles de un vuelo. En medio de la confusión, las personas correrían desesperadas, sin obtener una información clara. “Están cancelando los vuelos media hora antes. Casi todos están suspendidos. Según lo que me dijeron, lo reprograman para el día. Yo viajo por trabajo y no sé si llegaré al evento al que debo asistir”, comentaba Paola Vera a LA NACIÓN.
Ella fue una de los más de 16.000 pasajeros afectados, según la compañía estatal, por la medida de fuerza que, desde las 5 hasta las 14, mantuvieron la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) en Aeroparque y en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. El conflicto, que lleva semanas de escalada, sigue en medio de una dura negociación salarial entre los sindicatos y Aerolíneas Argentinas. En agosto pasado, los gremios realizaron varias asambleas en aeropuertos estratégicos del país, como Aeroparque, Ezeiza, Córdoba y Mendoza, lo que generó retrasos y cancelaciones en los vuelos.
Juan Pablo Brey, secretario General de Aeronavegantes, explicó a LA NACIÓN los motivos detrás del paro: “La medida tiene un total acatamiento por parte de los compañeros y compañeras, sabiendo que han sufrido un 72% de pérdida de poder adquisitivo en los últimos meses”. Según el dirigente, el reclamo principal es un incremento salarial del 25% para continuar las negociaciones y destrabar el conflicto. Sin embargo, Brey fue enfático en señalar la falta de respuestas tanto por parte de la empresa como del Gobierno: “No hay voluntad de parte de la empresa ni del Gobierno para resolver esta situación. Incluso cuando nos dictaron la conciliación obligatoria, no nos citó nadie de la Secretaría de Trabajo”. Para él, la “inacción del Gobierno” refleja la “nula” voluntad de buscar una solución al conflicto salarial.
A través de los altoparlantes, una empleada de Aerolíneas Argentinas repetía cada 15 minutos: “Los vuelos pueden sufrir demoras o cancelaciones, estén atentos a las pantallas”. Mientras tanto, un grupo de al menos 10 personas se congregaba frente a las pantallas de información, observando con frustración cómo el anuncio de “cancelado” en colorado aparecía junto a varios destinos.
La fila para el Centro de Atención al Cliente, tanto para obtener datos sobre los vuelos como para reprogramarlos, se extendía considerablemente y formaba un embudo en la zona de las cajas de información. Algunos pasajeros, visiblemente cansados, intentaban adelantarse, algo que agravaba la congestión. A pesar de los intentos por avanzar, la fila permanecía prácticamente inmóvil, mientras más personas continuaban sumándose en busca de respuestas.
Desde Aerolíneas Argentinas informaron a LA NACIÓN que no iba a haber reprogramaciones para los vuelos cancelados entre las 5 y las 14 . “Definitivamente, no hay reprogramaciones, es decir, los vuelos que se cancelan no se reponen. A partir de las 14 se sigue con la programación normal de los vuelos ya agendados para esa hora”. Añadieron que, luego de las 14, habría un período de reorganización y ajuste que afectaría los primeros vuelos, con demoras debido a la acumulación de operaciones. Además, destacaron que muchos pasajeros ya habían cambiado o reprogramado sus vuelos con anticipación dentro de un plazo de 15 días, sin penalidades.
De hecho, a las 14, un anuncio por los altoparlantes informó que los servicios de Aerolíneas Argentinas volvían a operar con normalidad. Algunos pasajeros aplaudieron en señal de alivio, mientras el resto retomaba sus actividades habituales en los mostradores y sectores de embarque. El servicio en Aerolíneas Argentinas ya se ha normalizado, y los pasajeros están embarcando con calma, en contraste con la desesperación que se vivió hace apenas unos minutos. El personal de Aerolíneas Argentinas trabaja para agilizar los procedimientos, mientras el flujo de personas vuelve a su ritmo habitual.
Reclamos
“¡Tengo que volar!”, gritaba una mujer, visiblemente alterada. “Me dicen una cosa y otra. ¿Alguien puede decirme si voy a volar?”, exclamaba en medio de la confusión. Una empleada de Aeroparque, como única respuesta, le indicaba que revisara las pantallas. Esta contestación, lejos de calmarla, aumentó la furia de la pasajera, que tomó sus valijas con enojo y se retiró del lugar, sin obtener una solución clara.
Los vuelos de la segunda pantalla, que inicialmente aparecían en horario, comenzaron a mostrar en su mayoría el cartel de “cancelado”. Entre los vuelos internacionales afectados se encontraban los destinos de Santiago de Chile, Río de Janeiro, San Pablo y Montevideo, mientras que el resto de los cancelados correspondían a conexiones con distintas provincias argentinas.
Una pasajera brasileña, junto a un grupo de 25 usuarios, intentaba explicarles la situación a quienes no comprendían lo que estaba ocurriendo, y, así, buscaba aportar tranquilidad en medio de la confusión. Sin embargo, las quejas y molestias entre los usuarios perjudicados eran cada vez más notorias y sumaban tensión al ambiente en el aeropuerto.
Cristina Molina expresó su frustración a LA NACIÓN: “Sí, mi vuelo fue cancelado. Iba a Comodoro Rivadavia y no sabía que se iban a cancelar, me enteré acá. No me informaron nada, y todavía no sabemos si lo van a reprogramar. Vamos a tener que hacer una cola de tres horas, más o menos. Me parece muy malo lo que están haciendo, nos tenían que haber avisado, por lo menos anoche. Estamos todos tristes de vivir esta situación”.
A tan solo 50 metros del Centro de Atención de Aerolíneas, la situación en el área de venta de pasajes era similar. La fila se extendía con la misma longitud, mientras algunos chicos descansaban acostados en el piso y las expresiones de enojo se repitían entre los pasajeros.
Alrededor de las 8.30, tres pasajeras, recostadas una sobre la otra, afirmaban que llevaban en el aeropuerto desde las tres y que su vuelo fue cancelado. Sus rostros, marcados por el cansancio y la frustración, reflejaban la misma expresión de agotamiento que predominaba entre los pasajeros varados.
Hartazgo
A medida que avanzaban las horas, grupos de egresados empezaban a llegar al aeropuerto, mientras observaban, con preocupación, cómo sus vuelos aparecían demorados en las pantallas. Mientras los padres se quejaban por la falta de información, los adolescentes, inquietos, se preguntaban: “¿Vamos a viajar? ¿Vamos a perder un día?”. La incertidumbre y las dudas aumentaban entre los jóvenes, quienes temían que su viaje se viera afectado por las cancelaciones.
Un hombre, visiblemente alterado, gritaba en la ventanilla del Centro de Atención al Cliente para exigir que su vuelo salga. Cinco policías se acercaban, pero el pasajero se negaba a moverse mientras la gente lo apoyaba. “No me voy a mover, que me saquen”, exclamó con enojo. El pasajero, de origen brasileño, se quejó: “No puedo quedar varado acá, no soy de la Argentina. Estoy pidiendo que me pongan en un vuelo a Madrid, nada más. No puedo pagar 2500 dólares para quedarme acá”. Mientras la tensión crecía, el usuario insistía en que la aerolínea debía resolver su situación. “No estoy pidiendo dinero, solo que me suban en un vuelo a Madrid, llegué acá y me lo cancelaron por culpa de ustedes”, concluyó, mientras se negaba a abandonar su posición.
Un grupo de viajeros, cuyo vuelo a las 7 fue suspendido, compartió su frustración: “Viajábamos a Calafate, Ushuaia y luego a Buenos Aires, pero ahora todo se nos reprogramó”. Aunque lograron conseguir un hotel, el costo adicional generó malestar. Mientras tanto, se quejaban de la falta de asistencia, ya que “no les están dando nada” y se vieron obligados a comprar nuevos pasajes para poder continuar con sus viajes.
En Ezeiza
En la nueva terminal de partidas internacionales del aeropuerto de Ezeiza había menos movimiento que lo habitual. Todos los vuelos de Aerolíneas Argentinas estaban cancelados.
“Viajo a Panamá con Copa Airlines y por ahora está todo bien. De hecho, el aeropuerto está más tranquilo. Pero no me quiero imaginar la pesadilla de tener un pasaje internacional con Aerolíneas. Se te desacomoda todo el viaje”, contó Lorena Alonso, de 35 años, que estaba en la fila del check-in junto a dos amigas. Iban a hacer compras en Panamá y luego volarán a Punta Cana.
A unos metros estaba Mariana Martín que volará a Río de Janeiro por Gol:“Por ahora volamos, pero me vine muy temprano porque la incertidumbre era total. La verdad que viajar siempre es un estrés, si no hay un corte de ruta hay un paro de pilotos. Pero por ahora, por suerte, vamos a despegar en horario”.
Un empleado de una de las aerolíneas que sí estaba prestando servicio a sus pasajeros dijo a este medio que todo funcionbaa con normalidad, excepto Aerolíneas Argentinas. “Acá está todo normal, los únicos que no vuelan son los de Aerolíneas Argentinas”, señaló.
Esteban Colombo iba a viajar por British Airways, a las 12, a Londres. Él llegó más de cuatro horas antes al aeropuerto por miedo a tener complicaciones. “Y la realidad es que nunca sabés qué puede pasar, por eso preferí venir más de cuatro horas antes. Por suerte está todo bien, el vuelo está en horario”, indicó.
“En Ezeiza son 20 vuelos los que están cancelados o los que se van a cancelar entre las 5 y las 14. Solamente se reprograma el vuelo de Madrid y el vuelo de Miami. El vuelo de Miami salía a las 8 de la mañana y el vuelo de Madrid a las 13.30, se pasaron para las 17 y 17.30 horas respectivamente. Cuando hablamos de reprogramación es eso, no es que todos los vuelos que se cancelan se ponen para otro horario. Eso es imposible de hacer porque todos los vuelos que hay o que estaban en esa ventana de 5 a 14 se cancelan, no se reponen. Reprogramar es reponer el vuelo a otro horario. Se va a seguir con lo programado a partir de las 14”, indicaron desde Aerolíneas Argentinas a LA NACIÓN.
“Estuvimos dos meses en España, acabamos de volver y no teníamos ni idea del paro. Somos de San Juan y nuestro vuelo desde Aeroparque está cancelado. No sabemos qué hacer, vamos a tener que pasar la noche acá. La verdad que así es muy difícil. Es feo llegar al país y ver esto”, lamentó Ricardo Fazzio, de 40 años.
Olga Serrano, de 56 años, llegó desde Barcelona a las 10. Ahora hacía la fila en el mostrador de Aerolíneas Argentinas en Ezeiza porque debía tomar un vuelo hacia Mendoza hoy a la 13. “Yo soy argentina y vivo en Barcelona. Vine por un congreso y acá me enteré del paro. Yo debería volar a Mendoza porque el evento de bienvenida es hoy a las 18. Pero bueno en todo caso volaré mañana, una lástima”, señalo.