Los alemanes, desconcertados ante el misterio del lanzador de bocadillos en serie

Los alemanes, desconcertados ante el misterio del lanzador de bocadillos en serie

Desde hace seis meses, un curioso incidente se repite en la carretera B184, cerca de la ciudad alemana de Magdeburgo, capital del estado de Sajonia-Anhalt.

Con inquietante regularidad, han aparecido en el arcén bocadillos abandonados —lo que los alemanes llaman "Butterbrot"—, aparentemente arrojados por un conductor no identificado.

Para los testigos de este incidente —menor, pero desde luego desconcertante—, no hay duda de que el supuesto lanzador de bocadillos es siempre la misma persona. Los bocadillos han sido siempre vistos entre los pueblos de Königsborn y Heyrothsberge, y siempre están envueltos en papel de aluminio.

Otras cosas, no obstante, sí que cambian de un bocadillo a otro: por ejemplo, el interior de los mismos.

Los medios de comunicación locales informan de que a veces están rellenos de queso, y otras de salami o de salchichas. A veces están intactos, y ojo, a veces les han dado un mordisco.

En ocasiones los bocadillos sin tocar aparecen en jardines privados, lo que aumenta el enfado de los vecinos con el lanzador anónimo, que siempre "ataca" en días laborables y antes de las 6 de la mañana, lo que sugiere que podría estar de camino al trabajo.

Holger Becker, de 59 años, presidente del club de fútbol de Heyrothsberge, declaró a la revista alemana Bild que los bocadillos desechados suelen caer en su campo, lo que añade trabajo a los voluntarios que tienen que limpiarlo.

"Aquí lo hacemos todo de forma voluntaria y mantenemos el lugar nosotros mismos", explica Becker. "Se trata de algo muy molesto para nosotros".

Con algunas personas como Holger claramente frustradas por el continuo vertido de basura, otras aseguran estar fascinadas por el misterio, sopesando entre ellos por qué alguien haría algo así.

Anke Precht, psicóloga, opinaba para Bild que era posible que el conductor estuviera recibiendo el bocadillo de otra persona, quizá un ser querido, pero que en realidad no disfrutara del mismo. El conductor podría haber perdido la oportunidad de decirle a la otra persona que no le gustaba el bocadillo, y ahora tiene que vivir con las consecuencias de ese malentendido.

Thomas Wilk, vecino del pueblo de Königsborn, también habló para la revista, de manera tal vez menos técnica pero más clara: "¿Por qué dejas que alguien te haga bocadillos si no quieres comértelos?".

Por muy a broma que pueda sonar, tirar basura desde un coche en marcha es delito en el estado alemán de Sajonia-Anhalt. Esto significa que, de ser descubierto, el conductor anónimo podría enfrentarse no sólo a la ira de los lugareños, sino también a una multa de hasta 400 euros. Continuará...