Yahoo Noticias Alberto Fernández recibe a la CGT para revisar el curso de las paritarias
El presidente Alberto Fernández recibirá esta noche en la residencia de Olivos a la cúpula de la CGT en un encuentro cuyo eje sería el impacto de la inflación en los salarios.
“No hay una agenda precisa”, dijo a LA NACION uno de los sindicalistas que conformará la comitiva, que integrarán el triunvirato de mando (Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña) y el sector autodenominado “independiente” (Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y Andrés Rodríguez). La reunión está prevista para las 21 y se espera que sea una cena en el quincho de la residencia presidencial.
La huelga de los trabajadores del neumático será el telón de fondo del encuentro. El Sindicato del Neumático (Sutna) presentó por carta su pedido para ingresar a la CGT, pero nunca fue tratado. Alejandro Crespo, su referente, tendió incluso puentes con Pablo Moyano. Pero así y y todo su pedido no prosperaría ya que que el sector mayoritario de la central obrera, que integran “los Gordos” e “independientes”, rechazan su incorporación.
Fuentes sindicales y oficiales dijeron que del encuentro participarían Fernández, los sindicalistas y posiblemente el ministro de Trabajo, Claudio Moroni. Se descartó la presencia de Sergio Massa, con quien los gremialistas destrabaron la semana pasada el reintegro de fondos para las obras sociales. Serían 24.000 millones de pesos.
En la CGT hay posturas disímiles sobre una propuesta que deslizó Massa sobre un aumento de emergencia para contrarrestar la suba de precios. Un sector de la CGT, encabeazado por Moyano y los gremios que comulgan con el kirchnerismo, presionan por una suma fija mientras que “los Gordos” prefieren que esa medida no altere el normal curso de las paritarias sectoriales.
El contexto del encuentro en Olivos se completa con la huelga y los bloqueos encabezados por los trabajadores del neumático. El gremio conducido por el trotskista Alejandro Crespo expone una hoja de doble filo para los líderes de la CGT: por un lado, sus reclamos salariales podrían sumar presión sobre las bases de sus afiliados, a la vez que los sitúa como exponentes de una “racionalidad” bien recibida por la Casa Rosada en medio de la crisis.
