Por el “ajuste presupuestario”: mañana habrá paro en todas las universidades públicas del país

La Facultad de Medicina de la UBA, donde hoy los gremios anunciaron el paro
La Facultad de Medicina de la UBA, donde hoy los gremios anunciaron el paro

No habrá clases y la mayoría de los edificios de las universidades nacionales permanecerán cerrados, a excepción de aquellos donde funcionen hospitales y atención a pacientes, donde se garantizarán las guardias mínimas. Así se sentirá mañana el paro que llevarán adelante el personal docente y no docente de las universidades públicas nacionales, en reclamo por los recortes de presupuesto que vienen sufriendo desde que asumió el nuevo gobierno. Además, en rechazo de la propuesta de una paritaria que ya otorgó un aumento del 16% y propone otro 6%. Frente a esto, las entidades gremiales denuncian que desde diciembre pasado, los salarios sufrieron una caída del poder adquisitivo frente a la inflación de entre el 30% y el 50%.

Desde la Universidad de Buenos Aires (UBA) se informó que mañana, con motivo de la realización del paro del personal docente y no docente, todas las dependencias de la institución “que no puedan garantizar su funcionamiento básico permanecerán cerradas”.

“Se realizará un paro de actividades del personal docente y no docente de las universidades públicas a raíz de la pérdida de más del 30 por ciento del poder adquisitivo de los salarios en tan solo tres meses. Por este motivo, el Consejo Superior de la UBA dispuso, preventivamente, el cierre de aquellos edificios e instalaciones en los cuales no se pueda garantizar las mínimas condiciones de funcionamiento en esa fecha. Todas las actividades académicas y administrativas que se vean afectadas se reprogramarán”, señala un comunicado que difundió esta tarde la UBA.

También se informó que en el caso de los centros de salud que dependen de la UBA, las actividades asistenciales esenciales estarán garantizadas mediante la implementación de guardias mínimas.

En el país

Un panorama similar se vivirá en otras universidades del país, como la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y en la Universidad Nacional de Rosario, entre otras. En la Unsam, las autoridades decidieron adherir, por lo tanto, se informó, la situación será de una institución abierta con garantía de funcionalidades imprescindibles, tales como laboratorios con bioterios, cultivos, accesos, seguridad, pero que por el grado de acatamiento que se prevé, las actividades habituales seguramente serán escasas. En la Universidad Nacional de Rosario, las autoridades también confirmaron la adhesión al paro.

La medida de fuerza fue confirmada ayer por el Frente Sindical de las Universidades Nacionales en una conferencia de prensa que se dio en la sede de la Facultad de Medicina de la UBA. Allí, las distintas agrupaciones anunciaron el paro “ante el ajuste presupuestario”. Denunciaron que, tal como anticipó LA NACION, que con el presupuesto actual no llegarían hasta mitad de año. En ese contexto, las autoridades universitarias prevén un escenario en el que haya un máximo de materias para inscribirse, recortes en limpieza y seguridad y un contexto en el que no cuenten con los fondos mínimos para garantizar el normal funcionamiento de las universidades públicas nacionales. Estiman poder llegar hasta mitad de año y calculan necesitar el triple del presupuesto actual.

Con una inflación interanual de 267%, las universidades –al igual que tantas otras áreas del Estado– deben funcionar con el presupuesto 2023 prorrogado, dado que el de 2024 nunca se aprobó en el Congreso. De las partidas que reciben cada mes, cerca de un 90% se destina al pago de salarios que se renegocian a través de paritarias. Mientras que el 10% restante representa los gastos de funcionamiento, que corresponden a todos los esenciales para mantener cuestiones básicas –luz, agua, limpieza, mantenimiento y erogaciones desde comprar una computadora hasta proveer papel higiénico– y permanecen congelados.

“Quieren cerrar la universidad y para eso, no solo la ahogan financieramente, rebajando el salario de sus trabajadores, sino que inician una campaña de desprestigio”, disparó durante la conferencia de prensa Carlos De Feo, secretario general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios, que se identifica con las siglas Conadu. “Queda claro que la paritaria será en la calle, vamos a dar las disputas en conjunto con los sectores que hoy se ven agraviados por las políticas de achicamiento y exclusión”, sostuvo.

Hace una semana, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo en su habitual conferencia de prensa que el Gobierno quiere que las universidades “sean lugares que se usen para estudiar y no para ninguna otra cosa”. “No estamos en contra del presupuesto educativo, de que las universidades funcionen de una manera óptima y eficiente”, contestó y agregó: “De lo que estamos en contra es de todo lo que se transfiere a las universidades, que nadie sabe bien qué pasa y que no se traduce en cantidad de egresados”.

En un comunicado conjunto, las distintas entidades gremiales del mundo universitario convocaron al paro y al cese de actividades para mañana: “el Frente Sindical de las Universidades Nacionales –integrado por Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, UDA, Ctera y Fatun– anuncia el estado de alerta y el paro nacional como respuesta a los recortes presupuestarios a las universidades del gobierno de Javier Milei”.

Estamos dando comienzo a un plan de lucha en las universidades nacionales que tiene como disparador la situación salarial de los y las docentes universitarias, a raíz de una paritaria totalmente impuesta en la que no se ha podido discutir la ridícula suma del 16% de aumento. Un gobierno que habla de libertad pero que nos corta las paritarias libres. Sin embargo, el tema central es la decisión del gobierno de Milei de avanzar sobre la universidad pública. Una universidad pública que en los últimos años ha dado respuestas no solamente a aquellos jóvenes que son primera generación de estudiantes, que no solamente ha mejorado la calidad de vida de miles de estudiantes, sino que es una universidad que supo estar en el territorio atendiendo problemas sociales, articulando con pequeñas y medianas industrias. Una universidad comprometida con el desarrollo de nuestro país en temas energéticos, de comunicaciones. A esa universidad el gobierno decide congelar su presupuesto y, en consecuencia, no podrá funcionar más allá de mitad de año. Esto significa que no solamente no va a haber inclusión, no va a haber becas ni comedores, se van a caer los programas de extensión, los programas de investigación”, señaló De Feo.

Walter Merkis, secretario general de la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (Fatun), informó que la medida va a durar 24 horas y será sin asistencia a los lugares de trabajo, con actividades de visibilización en todo el país: “Nuestras universidades van a estar cerradas porque es una universidad de luto, porque la están matando con este congelamiento y con todo lo que están llevando adelante”.