Más ajedrez que boxeo, ¿quién vencerá entre Devin Haney y Vasyl Lomachenko?

La pueden vender como un combate entre un joven campeón y un veterano que desiste a partir, le pueden buscar cualquier ángulo posible, pero lo cierto es que el choque por el título indiscutible del peso ligero de este sábado (ESPN+ PPV) entre Devin Haney y Vasyl Lomachenko representa el momento de la verdad para cada uno.

En el caso de Lomachenko, el resultado del combate de este fin de semana dictará el rumbo que tomará el resto de su carrera. De perder el ucraniano, considerado en su día como el mejor boxeador libra por libra del mundo, será visto como un hombre al que realmente le ha llegado su final.

Si Haney pierde será visto como un guerrero que fue enviado de vuelta a la tierra por un grande envejecido, un boxeador que no es tan bueno como lo pintaban y como algunos ya están comentando en espera de un renacimiento del europeo.

Lomachenko (17-2) tiene ahora 35 años y se le considera uno de los mejores amateurs de todos los tiempos y al principio de su carrera profesional se le vendía como un fuera de serie. Puede que fuera parte de la máquina de publicidad de la HBO, que retransmitía sus combates en aquella época.

Aun así, Lomachenko era increíblemente impresionante en el cuadrilátero y derrotaba a sus oponentes a voluntad y haciendo que varios de ellos abandonaran en la esquina por el motivo que fuera...hasta que llegó Teófimo López.

Si has estado siguiendo las probabilidades o escuchando la narrativa hilada por los expertos en boxeo, esta va a ser la noche en que Haney establezca sus credenciales contra Lomachenko.

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El campeón posee el tipo de estilo e intangibles que un púgil en decadencia desearía no encontrar en un rival.

Haney es más joven, más fuerte físicamente, rápido con los pies y las manos, y podría igualar la inteligencia boxística de Lomachenko.

A menudo trabaja detrás de un jab afilado y luego asfixia a su oponente en el interior, apuntando tanto a la cabeza como al cuerpo con golpes rápidos.

El campeón tiene múltiples vías de victoria y puede hacer que su oponente, más pequeño, se mueva por el cuadrilátero mientras asesta golpes al cuerpo e impide que se asiente en un ritmo ofensivo, pero Lomachenko muestra un mentón robusto, por lo que el nocaut está descartado.

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Si el tiempo y la oportunidad lo son todo, esta es la única ocasión en la que Haney podría vencer a Lomachenko.

Parece que el boxeador ucraniano está perdiendo fuelle como demostró en su reciente combate contra Jamaine Ortiz.

Las lesiones y la falta de actividad debida al actual conflicto entre su país y Rusia han hecho mella en su rendimiento sobre el ring.

Lo que Lomachenko sigue poseyendo es una velocidad de manos impecable, un estilo difícil de frenar y una dureza sin precedentes. Aunque ha ignorado la realidad de que es demasiado pequeño para competir en el peso ligero, todavía puede abrumar a sus oponentes con su selección de golpes.

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Para Lomachenko será obligado correr riesgos y atacar el cuerpo de Haney, quien resulta un gigante en el peso ligero, pero que no carga dinamita en sus puños y nunca ha enfrentado a un oponente de la talla del ucraniano.

Eso hace de este combate un choque fascinante, más ajedrez que boxeo.

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