Cuando los agentes policiales te dan una lección | Opinión

Estaba parada en la esquina de la Avenida 107 para dar vuelta a mi derecha cuando un policía de Miami-Dade que estaba parado en el carril de la extrema derecha, en plena Calle 8, hacía señas al conductor delante de mí para que entrara en la gasolinera que estaba justo en la esquina.

Con el mismo morbo natural de todos cuando vemos a alguien al que la policía detiene me dije, “pobre chofer, ya lo agarraron”.

Esperé el turno a que la luz cambiara e hice el mismo procedimiento de dar vuelta a mi derecha y ¡zas!, el policía me da la misma instrucción: “Entre al estacionamiento”.

“¡Me agarraron a mí también!”.

Mientras el agente se llevaba mi licencia de conducir y el seguro de registro para verificar mis datos, yo me repetía: ¿qué hice de malo? Venía despacio, es más, estaba atenta a ver si la policía requería de alguna ayuda. No entendía nada, solo que estaba en problemas por una infracción de tráfico. No pude dejar de pensar: “estos policías están hechos para perjudicar a los conductores”.

Sorpresivamente a todo lo que me imaginaba, el oficial llamado Sonny Ochart vino amablemente a entregarme la infracción con su explicación: “¿sabe por qué la detuve?”. Le respondí que no, que por favor me lo dijera.

“Usted dio la vuelta hacia su derecha mientras estaba parada en la línea de los peatones que cruzan”. De inmediato le respondí que sí, y que no creía que eso de ninguna manera fuera ilegal.

“Está usted en el mismo error de todos los conductores a quienes esta mañana estamos deteniendo por la misma razón. Cuando usted hace eso, pone en peligro a los peatones que vienen cruzando. Usted no sabe cuántas personas son arrolladas por conductores que hacen el mismo movimiento que usted. Son decenas en Estados Unidos”.

¡Ahí fue que caí en cuenta que era cierto! Yo me había preparado únicamente para dar la vuelta a mi derecha justo en la esquina sin pensar que eso fuera algo que violaba las leyes y se lo expliqué al agente.

“Precisamente eso es lo que estamos enseñándoles hoy a todos ustedes. Hoy estamos educando sobre los peligros de no saber que nunca, nunca, deben de pararse en esa línea de peatones, tienen que hacerlo justo antes de la línea y esperar ahí el cambio de la luz para después, dar la vuelta cuidadosamente”.

Le iba a pedir que tuviera clemencia conmigo, que di la vuelta extremadamente despacio, que no pude haber arrollado a nadie cuando el mismo oficial Ochart me dejó boquiabierta.

“Tenga sus documentos”, me dijo extendiéndome una papeleta.

“Hoy nosotros no estamos poniendo infracciones, únicamente educándoles a ustedes los choferes. Debe tener más cuidado y recordar esta lección cada vez que haga una vuelta a su derecha. Hoy le estoy dando un ‘warning’ es decir, una advertencia que no es castigo, pero eso sí que queda en su récord por si la vuelven a detener por lo mismo y entonces sí que no hay clemencia. Recuérdelo y ayúdenos a salvar vidas. Esa es su responsabilidad”.

¡Respiré profundamente! Tomé los documentos mientras observaba que seguían deteniendo a conductores como yo y me fui con la gran lección a cuestas.

Es verdad que no nos damos cuenta, cuando volteamos hacia la derecha, de mirar a nuestra izquierda, y no pensamos en que por ahí viene gente caminando o montando bicicleta.

Lección más que aprendida. Es asunto de no pensar en otra cosa sino en que las calles no estamos solos. Lo bueno es que haya policías que están ahí para educar y no castigar.

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