Una adolescente estaba en una playa de la Florida con el agua a la cintura. De pronto, llegó un tiburón

Un apacible día de playa se convirtió el pasado jueves en una terrible experiencia difícil de olvidar para una adolescente de la Costa del Tesoro de la Florida.

Ella Reed, de 13 años, le dijo a Local 10 News que estaba con una amiga cerca de la orilla, en aguas claras, a la altura de la cintura en la playa North Jetty, cerca de Fort Pierce, cuando de pronto sintió un intenso dolor en un costado del cuerpo.

Rápidamente la chica se dio cuenta de que la había mordido un tiburón.

La adolescente se defendió con fuerza.

“Vino directamente hacia mí y me mordió en el estómago primero”, le dijo Reed al canal. “Traté de bloquearlo con el brazo y la mano, y entonces me mordió un dedo y el brazo, dio una vuelta y me mordió en una pierna”.

La residente del Condado St. Lucie, que sufrió mordidas en el torso, un dedo y una pierna, cree que el “fuerte” tiburón de unos cinco pies, era un tiburón toro.

La valiente chiquilla probablemente tiene razón en lo que respecta a la especie.

El tiburón toro, que prefiere vivir en aguas poco profundas, cerca de la costa, se considera el más peligroso para los humanos debido a su agresiva naturaleza, sin embargo, los ataques son poco frecuentes.

“Los tiburones toro son más agresivos que cualquier otra especie de tiburón y se sabe que atacan muy a menudo a los humanos en todo el mundo sin haber provocación”, dijo la Comisión de Pesca y Conservación de la Vida Silvestre de la Florida (FWC).

“Algunos expertos los consideran más peligrosos” que los tiburones tigres o blancos.

Después del ataque, un amigo llevó a Ella “bañada en sangre” en un carrito de golf hasta su casa en North Hutchinson Island donde su madre la llevó a una estación de bomberos cercana.

Posteriormente, los rescatistas trasladaron a Ella al Hospital HCA Florida Lawnwood, donde le dieron 19 puntos y fue dada de alta.

“En el mar hay muchos tiburones, pero nunca pensé que esto me podía pasar alguna vez”, agregó la jovencita.

Traducción de Jorge Posada