Dan último adiós a Sinéad O'Connor, "la princesa irlandesa"

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 8 (EL UNIVERSAL).- Sinéad O'Connor ha muerto y el eco de su voz pareció cimbrar el suelo que miles de irlandeses pisaron la mañana de este martes, mientras se llevaba a cabo la procesión funeraria de la cantante que, por última vez, como hiciera desde que era una joven, recorrió las calles de su natal Dublin, ciudad que amaba como condenaba, debido a lo crítica que era en cuanto ideología.

La cantante, acompañada de su familia, sus fanáticos, el presidente de Irlanda y hasta los integrantes de U2 con quienes, por muchos años, vivió un enfrentamiento mediático, caminaron junto a la gran presencia que su memoria sigue produciendo en todas aquellas y aquellos que, atónitos, aplaudieron su talento.

A 14 días que se diera a conocer el deceso de la cantante, a sus 56 años, el cuerpo de O'Connor ya fue sepultado, por lo que miles de seguidores se dieron cita en el paseo marítimo de Bray en Co Wicklow, la ciudad donde creció una pequeña Sinéad que, desde que tenía uso de memoria, escuchaba las voces del piano de la casa de su madre y padre hablarle, pidiéndole que tuviera clemencia y lo tocara, pues así fue como ella misma lo relató en su libro autobiográfico "Remembranzas", publicado en el verano del 2021.

Esta vez, no era la joven que caminaba en solitario, o con algún amigo de la juventud, por las calles de Dublin, sino que su memoria logró la conjunción de más de cinco mil personas que lloraron, cantaron y también guardaron silencio para homenajear la vida de una mujer que, más que ser una cantante, a través de su voz y sus composiciones vació el dolor que, desde muy pequeña, tuvo que afrontar, debido a que su madre fue doliente de una enfermedad mental que nunca permitió que se estrechasen en brazos y que provocó que construyera un mundo de fantasía donde imaginaba que Bob Dylan era su padre y Elvis Presley su prometido.

Aún sin conocer las causas de su fallecimiento, ocurrido en su casa en Londres, la multitud pronunció las estrofas que conformaban uno de sus más grandes éxitos; "Nothing compares to you", misma que un día cantara Sinéad recordando la memoria de su madre pues, si bien, el autor del tema Prince la escribió para una mujer muy cercana a él que trabajó en su staff por años y lo dejó desconsolado al renunciar, el público siempre interpretó que esta canción hablaba de una ruptura amorosa, sin embargo, la cantante irlandesa nunca dedicó su tristeza al desamor por un hombre, sino al dolor tan inexplicable que le resultaba la existencia.

Así lo estimó Bob Geldof, líder de Boomtown Rats y gran amigo de O'Connor, quien, no dejó pasar inadvertida la incomprensión en la que la cantante vivió, así como el desconsuelo que se apoderó de su voluntad, luego de la pérdida de Shanne Lunny, su hijo menor, quien murió en enero de 2022 con tan sólo 17 años, tras tomar la decisión de quitarse la vida: "Sufrió más de lo que le correspondía en penurias y adversidades", dijo frente a las multitudes que cargaban fotografías de la cantante, en las que su indescriptible belleza quedaba evidenciada.

Durante esta procesión, uno de los destinos fue la antigua casa de Sinéad, en la que se colocó la silla de madera rosa donde solía sentarse por horas, durante la pandemia del Covid-19, y según medios internacionales, a conversar con las personas que pasaban frente a su morada, con disertaciones acerca de su forma de sentir y pensar la vida, su vida, a la que no sólo entregó a la música, sino también a otros saberes como teología, disciplina que estudió por años y también a esa forma suya de describir las clases de canto que tomaba pues, como contaba, esas lecciones le enseñaron a dar voz a su espíritu.

La solidaridad que Bono, The Edge y Adam Clayton, integrantes de U2, tuvieron con su compatriota destacó en los encabezados, debido a que, por muchos años, Sinéad y el grupo sostuvieron una relación amor-odio, pues ella fue muy crítica a la hora de pronunciarse acerca de la banda y su exposición internacional, aunque, siento honestos, esa enemistad quedó atrás hace muchos años, pues ni el guitarrista de esta agrupación pudo resistirse a los sonidos hipnóticos del "Universal Mother", el álbum de 1994 de la cantante y, según sus propias palabras, el más personal, situación que volvió loco al músico, reconociendo que no había ninguna artista igual a O'Connor, ninguna que recurriera a la música como un refugio para hacer palpitar su día a día, ya fuera a través de una canción que hablase del amor por su hijo, o una composición que evidenciara que Peter Gabriel (quien fue su pareja por un tiempo) había roto su corazón o que externara fenómenos sociales de los que nadie más hablaba en esa época, como la mirada que el mundo tenía de la mujer como si de un objeto o una pelota de fútbol se tratara.

Indudablemente, Sinéad O'Connor sigue causando el silencio de las masas que, esta vez, guardaron un minuto de silencio ante su partida, así como lo hicieron hace 30 años, en su prestación en Saturday Night Live.