Qué son los adaptógenos: seis beneficios que destacan los expertos y en qué casos no deben consumirse

Melena de león, uno de los hongos que tiene adaptógenos
Melena de león, uno de los hongos que tiene adaptógenos - Créditos: @gentileza @funginista

Adaptarnos a las condiciones del entorno es, desde siempre, una de las premisas básicas para la continuidad de nuestra especie. Y en el contexto de una sociedad híper conectada y acelerada, la necesidad de encontrar nuevas herramientas resulta vital.

De acuerdo a distintos estudios científicos, los adaptógenos son sustancias presentes en hongos y plantas con beneficios comprobables para combatir el estrés y mejorar todo el sistema inmunológico. Además, los expertos dan cuenta de que no tienen efectos adversos, aunque se recomienda suprimirlos o consultar con un profesional en época de embarazo, lactancia o días anteriores a una intervención quirúrgica.

El término adaptógeno lo estableció en 1947 el científico ruso N.V. Lazarev, para nombrar un grupo de plantas que se encontraba estudiando con su equipo. Estas plantas tenían en común que vivieron durante las glaciaciones y se adaptaron incluso a las condiciones de vida más severas y que en las regiones donde crecían eran utilizadas por la población de forma tradicional para “aumentar su fortaleza”.

La investigación se prolongó otros 45 años y dos de sus colaboradores, los doctores Brekhman y Dardymov, definieron las características generales: los adaptógenos son sustancias naturales que tienen la capacidad de normalizar las funciones del cuerpo y ayudarle a adaptarse y superar el estrés.

Entre las plantas adaptógenas más conocidas (y de fácil acceso) se encuentran la ashwagandha, ginseng, jengibre, cúrcuma, astrágalo, rodhiola, maca, gingko biloba, regaliz, moringa, holy basil o tulsi y egcg. En relación con los hongos adaptógenos, se identifican seis: chaga, cordyceps, reishi, shitake, cola de pavo y melena de león.

En diálogo con LA NACION, Florencia Dafne Raele, médica funcional y escritora, explica por qué la incorporación diaria de los adaptógenos puede ayudar a que nuestro organismo responda y se adapte mejor a las condiciones del ambiente, y así disminuya los niveles de estrés, adquiera un mejor descanso y recupere vitalidad.

El ginseng es una de las plantas herbáceas que mayor evidencia científica presenta para su uso como adaptógeno
El ginseng es una de las plantas herbáceas que mayor evidencia científica presenta para su uso como adaptógeno - Créditos: @Getty Images

“Los adaptógenos son sustancias naturales presentes en distintas plantas y hongos que demostraron ser seguras y mejorar de forma inespecífica los síntomas del estrés, ayudando al organismo a adaptarse a las circunstancias que pueden ocasionarlos y mejorando la forma y el rendimiento físico e intelectual”, define Dafne Raele.

A nivel celular y molecular, la experta explica que “son sustancias que activan las vías de respuesta al estrés adaptativo y mejoran significativamente la atención, la capacidad de concentración y la resistencia a la fatiga, restaurando la energía y protegiendo al organismo contra las consecuencias físicas y emocionales del estrés”.

“Cuando se sufre de estrés, el uso de adaptógeno ayuda a que lo percibamos de una manera más ligera y que tengamos una mayor capacidad de lidiar con él, evitando que perdure en el cuerpo y que alcance la fase de agotamiento de forma rápida”, agrega.

Antes de avanzar, es válido recordar que el estrés, como explica Dafne Raele, tiene tres fases: la primera conocida como fase de alarma y aparece cuando se hace presente un factor estresor, luego está la fase de resistencia que se observa cuando el estrés perdura en el organismo y, por último, la fase de agotamiento, que es cuando la carga de estrés le gana a las capacidades que tiene el organismo como para lidiar con él, debilitándolo y volviéndolo más vulnerable para el desarrollo de diversas enfermedades.

Por su parte, el médico genetista Gabriel Ércoli acuerda en que los adaptógenos “son sustancias naturales que se cree que ayudan al cuerpo a adaptarse y resistir el estrés físico, químico o biológico”, destacando al “ginseng como una de las plantas herbáceas que mayor evidencia científica presenta para su uso como adaptógeno”.

Al mismo tiempo hace una advertencia: “Si bien algunos estudios científicos sugieren que los adaptógenos tendrían beneficios potenciales para la salud, su eficacia y mecanismos de acción aún no se comprenden completamente. Por eso, siempre es importante consultar con un profesional médico antes de comenzar a consumir sustancias consideradas adaptógenas, especialmente si el paciente presenta condiciones médicas preexistentes o si se las piensa tomar junto con medicamentos, debido a sus posibles interacciones y/o efectos adversos”.

Miles de años

Existe más de 200 hongos y plantas adaptógenos que son utilizados hace miles de años por varias culturas orientales (como fitoterapéuticos) pero eran desconocidas, en términos masivos, en el mundo occidental.

Actualmente, los estudia la ciencia y los usa la medicina funcional “como consecuencia de los beneficios demostrados para la salud y por la ausencia de efectos adversos”, dice Raele.

Y apunta: “Los adaptógenos volvieron de la mano de la medicina funcional, aunque se utilizaban ancestralmente en la medicina china y la medicina ayurvédica. Se utilizan principalmente para fortalecer el sistema inmune y aumentar la vitalidad”.

De acuerdo a la nutricionista y escritora Luciana Pozzer, los adaptógenos “favorecen la inmunidad, aumentan la energía, favorece a la resistencia física, mejoran el estado anímico y ayudan a liberar cortisol, la hormona que regula el estrés”.

“Si bien faltan estudios científicos que confirmen todas las implicancias y beneficios de los adaptógenos, hoy ya se puede comprobar a nivel de nuestra microbiota intestinal que ayuda a su desinflamación, promoviendo una mejor absorción de alimentos y un mejor rendimiento general de la salud”, agrega.

En relación con los estudios científicos en la materia, Pozzer asegura que “hay algunos adaptógenos que están sumamente estudiados como es el caso de la maca, el reishi o la rhodiola”, pero, no por eso desestima que cada organismo es único y que puede causar en un primer momento molestias gastrointestinales, cambios en la presión arterial, resfríos e incluso algún tipo de enfermedad. La recomendación en estos casos siempre es la misma: ante cualquier duda se indica la consulta con un profesional de la salud.

“El resfrío, por ejemplo, puede aparecer justamente por la presencia de esa adaptación que se va generando en el cuerpo”, puntualiza. En el embarazo y en la lactancia coincide con los demás expertos consultados en que está contraindicado.

Requisitos

Para que una sustancia sea considerada adaptógena tiene que cumplir tres requisitos:

  • Que sea segura y no tóxica: que se pueda consumir de manera indeterminada y que eso no genere ningún tipo de toxicidad.

  • Que genere homeostasis, es decir un estado de equilibrio general y amplio, independientemente del estado de inicio de esa persona. “Si una persona tiene mucha energía entonces el adaptógeno ayudará a nivelar para abajo, en cambio, si la persona está con falta de energía o se siente depresiva, la sustancia ayudará a nivelar hacia arriba”, ejemplifica.

  • A diferencia de las drogas tradicionales, el efecto debe ser general y amplio. Tiende a no ser específico en sus propiedades y actúa aumentando la resistencia del organismo en un amplio espectro.

Formatos y formas de consumo

  • Tinturas: se pueden consumir solas o diluidas en agua. Generalmente se recomiendan de 15 a 20 gotas, una o varias veces al día (según la marca y la concentración).

  • Extracto: se puede agregar a infusiones (café, maté, té) o se puede utilizar para cocinar en recetas con sopas, salsas, tortas, budines o batidos. Es importante recordar que el calor es un factor importante ya que activa algunos compuestos.

  • Cápsulas: la dosis, en este caso, varía según la marca y si se venden solos o compuestos (con otros hongos).

  • Formato fresco de los hongos: existen seis hongos y cada uno tiene propiedades especiales para beneficiar el organismo, aunque comparten la sustancia básica.

Los expertos recomiendan optar por los hongos adaptógenos en cualquiera de sus versiones porque hay más opciones en nuestro país y están muy probados. “También hay algunas plantas que se venden en extractos o pulverizadas que son confiables y de muy buena calidad, pero son de difícil acceso y tienen costos elevados”.

Efectos generales

Distintos estudios científicos realizados con sustancias adaptógenas demostraron los siguientes efectos:

  • Restaurar y mejorar la energía física y mental.

  • Mejorar la resistencia física y mental.

  • Compensar los efectos de la privación del sueño.

  • Proteger el cerebro y el sistema nervioso, lo que, entre otras cosas, mejora la memoria y la percepción.

  • Aliviar la ansiedad y la depresión leve.

  • Proteger contra ciertos tipos de radicales libres, es decir, actuar como un antioxidante.