‘Yo acuso, Cuba llora’, denuncias y reclamos de justicia. Nuevo Libro de Zoe Valdés

El 13 de enero de 1898, el escritor y periodista francés Emilio Zola publicó en la primera página del periódico L’Aurore, en forma de carta abierta al presidente Félix Faure, su famoso artículo, Yo acuso, sobre la injusta condena al oficial Alfred Dreyfus.

Muchos años antes, el 27 de noviembre de 1872 en Madrid, José Martí pronunció, en ocasión del primer aniversario del fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina y desde un improvisado estrado en la casa del patriota Carlos Sauvalle, un discurso en el que quedaron grabadas estas palabras: Cuba llora.

Dos históricas frases nacidas en épocas y circunstancias diferentes, pero que tienen antecedentes y propósitos similares: la denuncia de un crimen y el reclamo de justicia. Quizás por eso fueron escogidas por Zoé Valdés para, combinándolas, titular su más reciente libro, Yo acuso, Cuba llora (Ediciones ZV Lunáticas, 2024), que comienza no con denuncias -esas aparecen después- sino con un lúcido análisis de las causas que condujeron a la desesperada situación actual del pueblo de Cuba. “La revolución cubana se estrena con una euforia incomprensible, pero también con 600 fusilamientos el 30 de enero de 1959”.

No lo sabíamos entonces, pero estaba en marcha el lento desmantelamiento del país. ¿Qué razones pudiesen explicar la destrucción violenta del pasado republicano y el barrido de los valores seculares de nuestra nación? Ninguna: “Aquella revolución ‘justa y para los humildes’, se transformó muy temprano en un régimen totalitario, en una de las dictaduras más complejas, astutas y sanguinarias”.

Ya en la segunda parte comienzan las denuncias. Es aquí donde están todos los crímenes del castrismo: “los fusilamientos masivos, los juicios arbitrarios, las agresiones físicas, los vergonzosos destierros, la huida desesperada de cientos de miles de cubanos, el asesinato de los cuatro pilotos de Hermanos al Rescate, la muerte de los niños en el hundimiento del remolcador 13 de Marzo”.

portada
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Sí, son muchos; es cierto. Pero los “Yo acuso” de Zoé Valdés también lo son. Primero señala a los responsables directos de la tragedia cubana: “Yo acuso a los tiranos Castro y a toda su estirpe. Los acuso por haber torturado psicológica y físicamente a miles de prisioneros políticos. Por haber asesinado a Pedro Luis Boitel y Orlando Zapata durante sus huelgas de hambre, por haber depredado el país, por haber destrozado parte de su cultura para imponer la ideología comunista. Y por haber hundido la conciencia del pueblo cubano en el más profundo de los abismos”.

Los cómplices, comenzando con la prensa, también son encausados: “Yo acuso a los medios de comunicación internacionales por su insensibilidad y desidia. Yo acuso a los sucesivos gobiernos norteamericanos, cómplices y promotores del castrismo. Y a los de Europa, ciegos ante la tragedia cubana. Y acuso, por último, a los Castro y sus secuaces por haber convertido a Cuba, la isla de la alegría y la esperanza en el islote de la tristeza y la muerte”.

Yo acuso, Cuba llora es un libro escrito no solo desde lo que la historia nos enseña, sino también desde la experiencia personal de la autora -nacida en 1959- y desde las estadísticas publicadas en prestigiosas organizaciones internacionales que no pueden ser consideradas como invenciones del exilio: “En 1952 la tasa de mortalidad es calculada como de 6,5 por ciento. En 1963 era de 8,2 por ciento”.

Es por eso por lo que no importa que se hayan publicado otros libros como este. Los que no leyeron aquellos podrán leer este de ahora. Y es que, aunque una sola persona descubriese en sus páginas todo el horror de la dictadura castrista, habría valido la pena. No importa tampoco el tiempo transcurrido. Ni cuántos libros haya que escribir. Muchos cubanos buenos seguirán haciéndolo mientras les alcance la vida. Y cuando ellos no estén, otros se encargarán de hacerlo.