Las acusaciones contra Trump generan dudas, esperanzas e incertidumbre en ambos partidos

El expresidente Donald J. Trump saluda a sus simpatizantes en Mar-a-Lago después de su audiencia en Nueva York ese mismo día más temprano, en Palm Beach, Florida, el martes 4 de abril de 2023. (Todd Heisler/The New York Times).
El expresidente Donald J. Trump saluda a sus simpatizantes en Mar-a-Lago después de su audiencia en Nueva York ese mismo día más temprano, en Palm Beach, Florida, el martes 4 de abril de 2023. (Todd Heisler/The New York Times).

En una época normal de elecciones primarias para la presidencia, las acusaciones contra uno de los punteros por sobornar a una actriz de películas para adultos representarían, como mínimo, una oportunidad de sus rivales para atacarlo. Pero un día después de la audiencia del expresidente Donald Trump por 34 cargos graves, una cosa es segura: esta temporada electoral no va a ser nada normal.

La imposibilidad de los rivales de Trump para ir a la ofensiva en la nominación del Partido Republicano —en realidad, su voluntad de defenderlo— puso de relieve la gran importancia que tiene el expresidente en este partido. Parece que sus adversarios estaban empleando las mismas tácticas que usaron muchos aspirantes a la Casa Blanca en 2016: quedarse cruzados de brazos, recibir los puñetazos de Trump y esperar que factores externos acabaran con él.

“Lo triste es que mucha gente acepta esto como parte del carácter y el comportamiento del expresidente”, comentó acerca de los cargos Asa Hutchinson, un exgobernador de Arkansas que el domingo anunció que iba a contender por la nominación del Partido Republicano a la presidencia. “Desde una perspectiva de candidato, no quiero indagar en eso”.

No obstante, el panorama político sigue siendo incierto al tiempo que aumenta el riesgo jurídico de Trump.

Para algunos líderes republicanos y demócratas, entre ellos funcionarios electos actuales y anteriores, estrategas y otras personas, al parecer, los cargos son poco contundentes, son una mezcolanza de acusaciones de contabilidad con muchas menos consecuencias de las que muchos habían esperado. Para otras personas de ambos partidos, los cargos y el espectáculo que los acompañó son alarmantes y podrían tener repercusiones y dañar políticamente al expresidente.

Como mínimo, estas acusaciones tendrán que resolverse en un tribunal, lo cual llevará una sórdida historia de aventuras extramaritales a una sala de tribunal para un partido que solía ser considerado la cuna de los valores familiares.

Es posible que Trump despotrique contra Alvin Bragg, el fiscal de distrito de Manhattan que encabeza el enjuiciamiento, y contra el juez que presidirá el tribunal, pero los procedimientos judiciales, y tal vez el juicio, se desarrollarán de un modo que podría ser muy dañino mientras se desarrolla la contienda de los republicanos para la candidatura a la Casa Blanca.

“No deja de ser algo grave”, señaló el exrepresentante republicano de Wisconsin, Reid Ribble, un crítico de Trump que tiene dudas sobre el caso. “¿Quién quiere ser acusado de algún delito? La mayoría de los estadounidenses normales nunca serán acusados de un delito menor en toda su vida. ¿Pero que los acusen de 30? Vamos, es algo escandaloso, sobre todo si se trata de una persona que se propone gobernar el país. Para mí, esto es algo que lo descalifica”.

Desde luego que fue histórica la comparecencia de Trump acerca de la acusación de que falsificó documentos empresariales para encubrir los sobornos a la actriz de cine porno Stormy Daniels. Ahora, Trump es el primer expresidente que enfrenta cargos penales… y lo está haciendo en medio de su tercera contienda por la Casa Blanca.

Pero el momento no precipitó el abandono de muchos electores o dirigentes del partido. El viernes, el día después de la noticia de las acusaciones contra Trump, Sarah Longwell, una encuestadora republicana y crítica de Trump, reunió a un grupo de debate conformado por electores que habían votado por él en 2016 y 2020 para preguntarles cómo iban a afectar estas acusaciones su próximo voto.

Todos los electores dijeron que votarían por el expresidente otra vez, el primer veredicto unánime desde que ella comenzó a reunir este tipo de grupos para el periodo electoral de 2024.

El miércoles, el exrepresentante de Míchigan, Mike Rogers, quien pretende contender para la nominación presidencial del Partido Republicano, le dijo a un reportero de Fox News en Nuevo Hampshire: “En ocasiones, tenemos que dejar de lado nuestra afiliación política y decir: ‘¿Es correcto hacer esto por el país?’. Desde luego que no parece correcto”.

Incluso los líderes conservadores evangélicos que uno esperaría que vieran con malos ojos los amoríos extramaritales que se presentaron en las imputaciones fueron solidarios y siguieron una tendencia de pasar por alto el comportamiento personal de Trump que se remonta a su respuesta a la cinta de “Access Hollywood” de 2016. Daniels afirmó que tuvo relaciones sexuales con Trump en California en el año 2006, mientras su esposa Melania Trump estaba en su casa de Nueva York cuidando a su bebé, Barron.

“Esto ya fue objeto de litigio por parte de los evangélicos en 2016 y 2020”, señaló Robert Jeffress, pastor de una megaiglesia de Texas, quien el mes pasado hizo la oración inicial en un mitin de campaña de Trump en Waco. “Y no creo que los evangélicos quieran volver a someterlo a litigio”.

Cuando le preguntaron si creía las negativas de Trump sobre haber tenido relaciones sexuales con Daniels, Jeffress dijo que él no tenía por qué emitir ningún juicio sobre eso: “Esto es algo entre él, Stormy Daniels y Dios”.

En cualquier caso, ahora los adversarios de Trump saben que está en un momento de poder máximo que esperan que se desvanezca pronto.

“Trump simplemente recibió un espaldarazo de las personas a las que no les gusta dónde estamos y no confían en el gobierno”, comentó Katon Dawson, expresidente del Partido Republicano en Carolina del Sur quien este año ayudó a dar inicio a la campaña para la presidencia de Nikki Haley, quien fue embajadora del gobierno de Trump ante las Naciones Unidas. “Les asusta la arbitrariedad que parece mostrar el poder judicial en este momento”.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien muchos esperan que sea el principal rival de Trump para la nominación a la presidencia del Partido Republicano, no dijo nada al respecto el miércoles, pese a que obtuvo el apoyo de Thomas Massie, un republicano conservador de la Cámara Baja. En un mensaje de texto, Massie señaló que había planeado darle el apoyo “sin tomar en cuenta la audiencia, y decidí no dejar que Alvin Bragg se interpusiera”.

Haley, exgobernadora de Carolina del Sur que fue la segunda candidata principal en anunciar su postulación a la nominación del Partido Republicano, también se mantuvo al margen. Dawson comentó que en algún momento Haley y otras personas harían declaraciones sobre las acusaciones, pero no en un momento en que los electores conservadores estaban movilizándose a favor del expresidente.

“A fin de cuentas, habrá una contienda con verdaderos candidatos”, señaló Dawson. “Con toda certeza, Trump es el candidato a vencer en este momento”.

Los demócratas manifestaron una decepción que rayaba en el desprecio.

David Pepper, el expresidente del Partido Demócrata en Ohio, afirmó que quizás los cargos contra Trump no fueron tan aplastantes como algunos de los otros casos que siguen pendientes en su contra. Pero Pepper sostuvo que cualquier otro candidato o figura política que fuera acusado de estar involucrado en esas mismas actividades estaría bajo la misma lupa.

“¿Es algo tan conflictivo como el 6 de enero o como lo que ocurrió en Mar-a-Lago? No”, explicó Pepper refiriéndose a la investigación federal sobre los intentos de Trump de invalidar las elecciones de 2020 y sobre su gestión de documentos clasificados. “Pero eso no quiere decir que no deba investigarse”.

Otros demócratas fueron más mordaces en sus críticas.

“No voy a emplear la palabra ‘delincuente’ hasta que lo condenen, pero es un mentiroso sin moral y lo ha sido durante un buen tiempo”, dijo acerca de Trump el senador Sharif Street, presidente del Partido Demócrata en Pensilvania.

Una serie de encuestas publicadas el miércoles mostraron una competencia mano a mano entre Trump y el presidente Joe Biden en un empate técnico. Un sondeo de Reuters/Ipsos reveló que el 54 por ciento de los republicanos creían que las acusaciones ayudarían a Trump a asegurar la presidencia, aunque el 58 por ciento de los republicanos dijeron que las acusaciones de que el expresidente incurrió en sobornos para encubrir una aventura eran creíbles.

“La inquietud es que Trump obtenga todo lo que necesita para conseguir la nominación”, puntualizó Longwell.

c.2023 The New York Times Company