Actores presentan obra inspirada en experiencias reales de la cárcel

CIUDAD DE MÉXICO, abril 22 (EL UNIVERSAL).- La Compañía Teatral de Personas Liberadas, que se conforma por 35 actores que salieron del Sistema de Justicia Penal de la Ciudad de México, presenta "Alquimia y transmutación: mujeres presas dentro y fuera de una cárcel", los últimos tres domingos de abril, a las 18:00 horas, en el Cine Tonalá (Tonalá 261, Col Roma).

La obra, escrita y dirigida por Arturo Morell, director del Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México, se inspira en las experiencias reales de la reclusión y trata sobre la puesta en escena, al interior de la cárcel —teatro dentro del teatro—, de una pieza inspirada en el castigo y el hostigamiento en tiempos de la Santa Inquisición. En dos planos temporales, "Alquimia" trata sobre el reconocimiento propio de las mujeres y la búsqueda de libertad interior para abrazar las heridas y sanarlas a través de la actuación.

Dos testimonios

"El teatro ayuda a descargar toda esa furia, todo ese enojo", cuenta, en entrevista, Flor, una de las actrices de la compañía teatral. Hace ocho meses ella salió de Santa Martha Acatitla, centro al que llegó por una orden de reaprehensión por no cubrir tres meses de firmas. Flor había cumplido una condena, pero, señala, "estaba ignorante, no sabía dónde hacer las firmas"; ella siguió con su vida hasta que recibió la orden de reaprehensión.

"El estar allá adentro es horrible; allí valoras un vaso de agua, una cobija, una visita, un abrazo o que te digan: buenas noches; que te digan: mamita te quiero mucho". Sin embargo, a través del teatro ella se ha "curado por dentro": "Yo he sido una mujer dura, una mujer a la que no le importaba a quién herir, a quién lastimar. Eso venía de los sentimientos que me provocó haber sufrido mucha violencia intrafamiliar. Es maravilloso decir hoy que desahogo esas emociones en el teatro". En el escenario se liberan los pequeños problemas que ahogan a una persona, continúa flor. "Aquí es donde una dice: tengo el coraje. Es maravilloso convivir con personas que de verdad te quieren y te apoyan. Ellas son mi segunda familia".

Una de las integrantes de esa segunda familia es Karla, quien acaba de cumplir un mes de haber salido del Reclusorio Femenil de Santa Martha. Karla ingresó en junio del año pasado y un día, mientras veía el ensayo de "Alquimia y transmutación", el propio Morell le preguntó si quería unirse a la obra. "Le dije a Morell que ya me había aprendido el personaje de Esther y él me respondió que no me preocupara, que al salir me estaría esperando con ese papel".

Hoy, Karla está orgullosa de actuar en "Alquimia", pero la reclusión fue un proceso difícil, recuerda, en el que toda su vida cambió en cuestión de segundos: perdió su trabajo y su relación de pareja en los nueve meses que pasó en Santa Martha por pelearse en un bar. "Mi delito, se puede decir, era simple. Desgraciadamente yo ingresé por un impulso, un arrebato. Estábamos en un antro y una persona nos empezó a molestar. Cuando alguien trae las copas de más salen los impulsos: empezamos a pelear y así llegamos a Santa Martha. La persona que nos estaba molestando quedó con heridas que no se quitaban en 15 días, como sí pasa con un golpe".

"Me sentía mal; decía: yo estaba ahí, pero yo no lo hice. Fue injusto porque nos dejaron más de seis meses en ese lugar. Un día antes de las audiencias, la persona con la que tuvimos la riña metía prórrogas para ver si no le quedaban secuelas". En un principio, se le ofrecieron 100 mil pesos para que retirara los cargos y él no aceptó. Sin embargo, en la última audiencia, la cantidad fijada fue cercana a aquella cifra inicial: 112 mil pesos.

"El tiempo que estuvimos ahí se cruzaron las fiestas de diciembre y las vacaciones. La audiencia fue todavía más larga. Cuando entré a ese lugar cambió mi entorno social, por un momento perdí todo". Mientras Karla veía pasar el tiempo dentro del Centro Femenil, se quedó sin esperanzas. Ahora, cuenta, salir ha sido el inicio de otro proceso. "Adentro me sentía mal, desesperada, angustiada. No veía cuánto tiempo más iba a pasar. Salí con mucho miedo. Otra vez cambió mi vida. Los primeros días fueron muy estresantes. Ha sido empezar a adaptarme otra vez".

En este proceso, la catarsis de representar un papel en "Alquimia y transmutación" es significativa. El teatro, como en el caso de Flor, es un catalizador en la búsqueda de la libertad interior: "Yo estoy acostumbrada a trabajar haciendo shows, actuando, poniendo pestañas y fabricando ropa. No estoy fuera del entorno social, no soy una delincuente. Desde que salí he tenido que llevarme eso a la cabeza: no maté, no secuestré, no robé. Dicen que por la mínima cosa te hacen volver, pero yo no pienso regresar por ninguna razón", concluye Karla.

"Alquimia y transmutación" tendrá dos funciones más los domingos 23 y 30 de abril.