Los actores en huelga temen ser remplazados por réplicas digitales
Para llenar tres temporadas de estadios de fútbol ingleses con multitudes exasperadas o alborozadas, la comedia de Apple TV+ “Ted Lasso” recurrió a decenas de actores de fondo y una potente tecnología de efectos visuales.
Mediante una técnica conocida como “crowd tiling”, o revestimiento de multitudes, la empresa Barnstorm VFX ayudó a filmar grupos de extras antes de reorganizarlos y filmarlos de nuevo, y luego cortar y pegar las distintas agrupaciones para llenar todos los asientos. Los creadores del programa también utilizaron una técnica llamada “crowd sprites”, en la que se filman actores de manera individual con pantallas verdes y luego se disponen de manera que parezcan parte de la multitud. Incluso había dobles digitales: modelos tridimensionales cuyos movimientos se basaban en los de un actor en movimiento.
Las innovaciones de la tecnología digital y la inteligencia artificial han transformado el mundo cada vez más sofisticado de los efectos visuales, que pueden reproducir, transformar y crear imágenes de forma cada vez más convincente a partir de actores de carne y hueso, convertidos en avatares virtuales. Estos avances han hecho que el tema sea prioridad de las reivindicaciones citadas en la huelga de varias semanas del sindicato de actores.
Réplicas
SAG-AFTRA, el sindicato que representa a más de 150.000 actores de cine y televisión, teme que la propuesta de los estudios de Hollywood de que los intérpretes den su consentimiento al uso de sus réplicas digitales en el momento de la “contratación inicial” pueda dar lugar a que se escaneen las entonaciones de voz, los rostros y los movimientos corporales de sus miembros, y se utilicen en diferentes contextos sin compensación adicional.
Duncan Crabtree-Ireland, principal negociador de SAG-AFTRA, señaló que sería imposible que los actores dieran su consentimiento informado sin saber cómo se utilizarían sus réplicas digitales en un universo cinematográfico o, en algunos casos, en futuros proyectos desconocidos.
“Eso es realmente abusivo”, dijo, “y no es una forma aceptable para que las empresas traten con la imagen, semejanza o persona de alguien. Es como adueñarse de alguien”.
En una explicación en su sitio web, el sindicato afirma que sus contrapropuestas incluyen garantías de “consentimiento informado y compensación justa cuando se haga una ‘réplica digital’ o se modifique nuestra actuación utilizando inteligencia artificial”.
Un portavoz de la Alliance of Motion Picture and Television Producers, la organización que negocia en nombre de los estudios, rebatió la descripción que el sindicato hace de su propuesta. La postura de la Alianza “solo permitiría a un estudio utilizar la réplica digital de un actor de fondo en la película para la que se emplea al actor de fondo”, explicó el portavoz, Scott Rowe, mediante un comunicado enviado por correo electrónico. “Cualquier otro uso requiere el consentimiento del actor de fondo y la negociación del uso, sujeto a un pago mínimo”.
Hay 17.000 miembros activos del sindicato que realizaron trabajos de fondo en el último año, y más de 80.000 que lo han hecho en algún momento de sus carreras, según cifras del sindicato. Los actores de fondo cobran una tarifa diaria de 187 dólares por una jornada de ocho horas.
Jennifer E. Rothman, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pensilvania especializada en propiedad intelectual, dijo que, si no se fijan límites a las réplicas digitales en la mesa de negociación, los intérpretes de perfil más bajo no podrán negarse a las exigencias de los estudios.
“Son los novatos y los extras quienes no tendrán ninguna ventaja”, afirmó.
Lawson Deming, supervisor de efectos visuales y cofundador de Barnstorm, hizo eco de esa opinión. Los actores famosos podrán negociar en sus contratos la propiedad de su imagen, pero la gran mayoría de los miembros de la SAG-AFTRA no tendrán esa suerte.
“No es una cuestión de tecnología”, agregó. “Es cuestión de quién tiene el poder en la relación”.
Esto se debe en parte a que la tecnología ya está aquí.
Ese tipo de contextos pueden sonar a ciencia ficción, pero las “actuaciones” de los yos pasados de actores envejecidos o incluso fallecidos han ayudado a crear películas como “Rogue One: Una historia de Star Wars” (2016). Con ayuda de la captura de movimiento grabada en otro actor, Peter Cushing, fallecido en 1994, volvió a interpretar su papel de Grand Moff Tarkin en la película original de “La guerra de las galaxias” de 1977. (Sus herederos dieron su permiso).
“Los humanos digitales forman parte del proceso de efectos visuales desde hace bastante tiempo, casi veinte años”, aseguró Paul Franklin, supervisor de efectos visuales de DNEG.
También se recurre a la magia técnica para construir escenas multitudinarias como las de “Ted Lasso”. Para la película “Batman: El caballero de la noche asciende” (2012), Franklin utilizó técnicas digitales para llenar los casi 70.000 asientos del estadio de fútbol profesional de Pittsburgh con solo 11.000 extras.
Bob Wiatr, compositor de efectos visuales, contribuyó de manera decisiva a rellenar las escenas de multitudes de “Daisy Jones & the Six”, una serie limitada de Amazon que se estrenó este año. En una escena en la que la cámara, situada detrás de la banda de rock titular, mira a la multitud, los actores de fondo reales ocupan las primeras filas, mientras que los avatares generados por computadora llenan el resto.
“A veces hay personas reconocibles en la parte delantera”, aseguró Wiatr refiriéndose a otros proyectos, “y deciden que quieren hacer la toma desde otro ángulo más tarde, cuando ya han rodado la escena, así que recrean el plano, y entonces normalmente tienes personas generadas en 3D; muchos programas pueden hacerlo”.
Sin embargo, eso no significa que la tarea sea sencilla o barata. Deming, de Barnstorm, advirtió que la preocupación por reutilizar los escaneos digitales de los actores podría ser exagerada.
“Es muy complejo escanear digitalmente a una persona y hacerla animable, realista y funcional”, afirmó, aunque admite que “estamos dando pasos gigantes”.
Franklin, ganador de dos premios Oscar por su trabajo en los efectos visuales de “El origen” e “Interestelar”, dijo que estaba claro que la tecnología había avanzado más allá del alcance de los contratos típicos de la industria.
“Creo que es una preocupación válida”, añadió. “La gente piensa: ‘Bueno, ¿qué va a pasar con esos datos? ¿Cómo se van a utilizar en el futuro?’”.
c.2023 The New York Times Company
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