La activista que arrojó sopa al cuadro de Van Gogh se explica y es de lo más convincente

Las activistas que arrojaron sopa de tomate a ‘Los Girasoles’ de Vincent Van Gogh en la National Gallery el pasado 14 de octubre. (Foto: Just Stop Oil / Handout / Anadolu Agency / Getty Images).
Las activistas que arrojaron sopa de tomate a ‘Los Girasoles’ de Vincent Van Gogh en la National Gallery el pasado 14 de octubre. (Foto: Just Stop Oil / Handout / Anadolu Agency / Getty Images).

El pasado 14 de octubre dos activistas del grupo ecologista Just Stop Oil arrojaron sopa de tomate contra el cuadro de ‘Los girasoles’ de Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres (Reino Unido) para protestar por el aumento del coste de vida. Días después, una de ellas se ha querido explicar a través de un vídeo y lo cierto es que su exposición ha resultado bastante convincente.

Phoebe Plummer, así se llama la joven, participó en la acción junto a Anna Holland, una de sus compañeras de Just Stop Oil, un grupo que surgió para protestar por la producción de combustibles fósiles en Reino Unido. Ambas fueron arrestadas por la Policía Metropolitana de Londres acusadas de “daños criminales” y “allanamiento de morada con agravantes”, pero se encuentran ya en libertad.

Phoebe Plummer siendo arrestada por la Policía Metropolitana de Londres tras su acción. (Foto: Martin Pope / Getty Images).
Phoebe Plummer siendo arrestada por la Policía Metropolitana de Londres tras su acción. (Foto: Martin Pope / Getty Images).

Plummer, de 21 años, ha hablado sobre aquel episodio en un vídeo dejando claro, en primer lugar, que no dañaron la obra de Van Gogh y que sabían que estaba protegida antes de lanzar la sopa. “Estaba tras un cristal y nosotras nunca hubiésemos considerado hacerlo si no supiéramos que estaba tras un cristal. La mancha salió con un poco de papel de cocina”, explica la joven.

Las autoridades de la National Gallery señalaron en un comunicado que la pintura no había sufrido ningún deterioro y que solamente se habían producido “daños menores” en el marco, que podría sustituirse. De hecho, dos días después del incidente, volvió a exhibirse en el museo de la capital británica.

Así quedó el cuadro después de que las activistas le lanzaran la sopa de tomate. (Foto: Just Stop Oil / Handout / Anadolu Agency / Getty Images).
Así quedó el cuadro después de que las activistas le lanzaran la sopa de tomate. (Foto: Just Stop Oil / Handout / Anadolu Agency / Getty Images).

La activista reconoce que su acción puede parecer “un poco ridícula”, ya que ella y su compañera iban con un chaleco naranja y se colocaban junto a la obra con una lata de sopa de tomate Heinz, pero señala que no se están haciendo las preguntas adecuadas.

“No queremos lanzar la pregunta: ¿deberían todos arrojar sopa a las pinturas?, añade. “Lo que estamos haciendo es abrir un debate para que podamos hacer las preguntas que importan”.

Los temas, cuenta en el vídeo, sobre los que querían llamar la atención con su acción son el gran número de licencias de combustibles fósiles que la primera ministra británica, Liz Truss, ha otorgado, la cantidad de subsidios que reciben los combustibles fósiles en comparación con las energías renovables pese a que estas son más baratas y la relación entre el aumento del coste de vida en el Reino Unido con las preocupaciones sobre la crisis energética.

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“Estamos usando estas acciones para llamar la atención de los medios para que la gente hable de esto ahora y sabemos que la resistencia civil funciona, la historia nos ha demostrado que funciona”, continúa. “Estoy parada aquí como una mujer queer y la razón por la que puedo votar, ir a la universidad y, con suerte, algún día casarme con la persona que amo es por las personas que han participado en la resistencia civil antes que yo”.

El vídeo con las explicaciones de la activista se ha hecho casi tan viral como el de su acción contra el cuadro de Van Gogh y ha recibido una respuesta bastante más positiva que aquel. Y es que muchos consideraron entonces que la defensa de una causa, por muy justa que sea, no puede suponer el ataque a una obra de arte histórica como esa.

Tras la polémica, los patrocinadores de de Just Stop Oil contaron a ‘The Guardian’ que preparan más protestas similares a esta, ya que han comprobado que es una buena manera de captar la atención de los medios de comunicación de todo el mundo.

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