¿Acaso el inglés de Miami es un dialecto?

Personas visitan el muelle en el extremo sur de Miami Beach, con la ciudad de Miami a lo lejos, el 15 de julio de 2023. (Alfonso Duran/The New York Times).
Personas visitan el muelle en el extremo sur de Miami Beach, con la ciudad de Miami a lo lejos, el 15 de julio de 2023. (Alfonso Duran/The New York Times).

MIAMI — El estereotipo de cómo hablan muchos miamenses implica un ritmo cantadito con una “L” muy sonora y una generosa pizca de espanglish, pero ¿y si el lenguaje conversacional del sur de Florida fuera algo más que un acento animado? ¿Y si fuera un dialecto regional distinto del inglés estadounidense?

Phillip M. Carter, profesor de lingüística de la Universidad Internacional de Florida, asegura que ya lo es. Le llama “inglés de Miami” y se ha propuesto eliminar el estigma que lo rodea.

“Esta es quizá la situación bilingüe más importante del continente americano en la actualidad”, afirmó Carter.

Más de 60 años de inmigración constante de países hispanohablantes han influido mucho en el sistema vocálico del inglés local (los habitantes de Miami suelen hablar inglés con sonidos vocálicos del español), la estructura gramatical y el léxico, explicó Carter: “El inglés influye en el español, pero el español también influye en el inglés”.

El resultado es una versión del inglés tan digna de reconocimiento como otros dialectos aceptados ampliamente, señaló Carter, como los que se hablan en Nueva York o en el sur de Estados Unidos.

“La gente está muy cansada de que le digan que está equivocada y de que la corrijan”, comentó Carter, y añadió que “esas diferencias lingüísticas son una parte importante de la identidad de las personas”.

En su estudio más reciente, Carter y una coautora, Kristen D’Alessandro Merii, plantearon que décadas de exposición al español, que con frecuencia parece ser el idioma dominante de Miami, han dado lugar a frases habladas y entendidas incluso por hablantes nativos del inglés que no dominan el español. (Carter calcula que quizá en la mitad de los hogares del condado de Miami-Dade se habla algo de español, aunque en los vecindarios predominantemente hispanos esa cifra puede superar el 90 por ciento).

Phillip M. Carter, profesor de lingüística de la Universidad Internacional de Florida en Miami, el 14 de julio de 2023.(Alfonso Duran/The New York Times)
Phillip M. Carter, profesor de lingüística de la Universidad Internacional de Florida en Miami, el 14 de julio de 2023.(Alfonso Duran/The New York Times)

Esas frases, traducidas del español, se conocen como calcos. Por ejemplo: “Get down from the car” (bajarse del auto), en lugar de “get out of the car”, que sería lo correcto en inglés; “make the line” (hacer fila), en lugar de “join the line”; o “she recommended me this” (me recomendó esto), en lugar de “she recommended this to me”, que sería lo correcto en inglés.

“El inglés de Miami está lleno de este tipo de expresiones y no solo en el habla de los inmigrantes, donde esperarías encontrarlas”, aseveró Carter. “Estas expresiones se transmiten y se incorporan al habla de los angloparlantes nativos”.

Andrew Lynch, lingüista de la Universidad de Miami que ha realizado investigaciones con Carter, calificó de “hipótesis persuasiva” el argumento de que el inglés de Miami es un dialecto (que va más allá de un acento y hace referencia a una manera de hablar que abarca todo, incluyendo pronunciación, gramática y vocabulario).

“No estoy del todo convencido de que estemos en ese nivel en este momento”, dijo Lynch. “Creo que ahora mismo estamos más en la fase de un sociolecto”, que se refiere a la manera de hablar de un grupo social determinado.

Antes, los miamenses blancos hablaban más parecido a otros sureños blancos, pues pronunciaban Miami como “maiame” en lugar de “maiami”. Esto empezó a cambiar tras la revolución cubana de 1959, con la llegada de oleadas de inmigrantes provenientes de Cuba y otros países latinoamericanos, y la partida de las personas blancas no hispanas.

Esos inmigrantes eran en su mayoría hispanohablantes de clase alta y media, lo que ayudó a establecer el español como un idioma fuerte y relevante, comentó Lynch: “En la actualidad, Miami es la única gran área urbana de Estados Unidos donde el español no está relegado principalmente a los niveles socioeconómicos más bajos”.

Entre los ejemplos del inglés de Miami en la cultura pop que citó Carter se encuentra un video viral de 2012 titulado: “Cosas que dicen las chicas de Miami... y los chicos” (aunque con un lenguaje más florido) que parodia la frecuencia con la que los miamenses dicen cosas como “bro” (abreviación de brother), “irregardless” (en lugar de “regardless”) y “supposably” (en lugar de “supposedly”).

Los tres jóvenes miamenses del video también utilizan “súper” como adverbio, uno de los calcos del español que se mencionan en la investigación de Carter. (“Ay, estoy súper inflamado”).

A Michelle Sicars, de 35 años, una de las protagonistas del video, quien ahora vive en Nueva York, le divirtió que un video que se grabó hace más de una década solo por diversión llegara hasta una revista académica, pero no le sorprendió saber que el inglés de Miami podría ser su propio dialecto.

“Tengo amigos en Miami que son cien por ciento estadounidenses, de padres irlandeses e ingleses, pero ellos nacieron en Miami y tienen el acento, y usan estas palabras”, explicó. “Es una locura”.

c.2023 The New York Times Company

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