Se acabaron los 'selfies' con el monte Fuji: una ciudad japonesa instala una enorme pantalla negra para disuadir a turistas
Un pueblo de Japón está tan harto de los turistas que ha construido una enorme valla que impide ver la atracción que buscan: el famoso monte Fuji.
La valla, de 20 metros de largo y 2,5 metros de alto, está cubierta con una red de malla negra, lo que no es el telón de fondo más propicio para los selfies que los visitantes se sacan en las redes sociales.
Fujikawaguchiko es conocido por ofrecer algunas de las mejores vistas de la emblemática montaña japonesa. Pero los lugareños están hartos de que los turistas bloqueen las aceras y detengan el tráfico para conseguir la foto perfecta.
Un lugar especialmente popular para hacer fotos era el exterior de una tienda Lawson, desde donde una fotografía tomada en un ángulo concreto haría parecer que el monte Fuji estaba sentado sobre el tejado de la tienda. Los turistas, en su mayoría extranjeros, incluso bautizaron el lugar como 'Monte Fuji Lawson'.
"Kawaguchiko es una ciudad construida en base al turismo, y yo doy la bienvenida a muchos visitantes, y la ciudad también les da la bienvenida, pero hay muchas cosas sobre sus modales que son preocupantes", dice Michie Motomochi, propietaria de una cafetería que sirve dulces japoneses cerca del lugar de la foto.
Motomochi menciona tirar basura, cruzar la carretera con tráfico intenso, ignorar los semáforos e invadir propiedades privadas.
¿Dónde más pueden fotografiar los turistas el monte Fuji?
Aún así, hay otros lugares donde los turistas pueden encontrar su lugar ideal para hacer fotos. La prefectura de Yamanashi, donde también se encuentra el sendero de Yoshida -la más popular de las cuatro rutas para hacer cumbre en el monte de 3.776 metros de altura- introdujo un sistema de reservas antes de la temporada de escalada al Fuji de este año para aliviar las aglomeraciones, la suciedad y los riesgos para la seguridad.
Según el nuevo plan, sólo se permitirá la entrada al sendero a un máximo de 4.000 escaladores al día por una cuota de 2.000 yenes (unos 18 euros), con la opción de donar otros 1.000 yenes (unos 9 euros) para la conservación durante la temporada de escalada, que comienza el 1 de julio y se prolonga hasta el 10 de septiembre.
El monte Fuji, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2013, solía ser un lugar de peregrinación. Hoy es popular entre los excursionistas que suben a la cima para ver el amanecer. Pero las toneladas de basura que dejan atrás, incluidas botellas de plástico, comida e incluso ropa, se han convertido en una gran preocupación.
¿En qué otros lugares se intenta acabar con el turismo excesivo?
Kawaguchiko no es el primer lugar que intenta reclamar su hogar a los turistas, aunque el suyo es uno de los más audaces que hemos visto hasta ahora. También en Japón, el barrio de las geishas de Kioto ha cerrado algunas calles a los turistas por "mal comportamiento".
La atracción turística más popular de Menorca, un pequeño pueblo de casas encaladas, ha introducido horarios de visita en un intento por aplacar el número de visitantes.
Venecia, uno de los destinos más populares de Italia, lleva años luchando por controlar a los visitantes, que a menudo superan en número a los residentes. Recientemente se ha introducido una tasa para los visitantes de un día y se han prohibido los altavoces.