Acababan de entregar toneladas de comida, luego su convoy fue atacado

Según la ONU, la muerte de los trabajadores de World Central Kitchen eleva al menos a 196 el número de trabajadores humanitarios fallecidos durante la guerra en Gaza.

El mensaje de texto de Lalzawmi Frankcom fue breve y dulce: una respuesta con un emoji de corazón a las 10:38 p. m. del domingo a su amigo Josh Phelps, que le había enviado fotos de su trabajo humanitario juntos en una reserva de Dakota del Sur.

A Frankcom, una mujer australiana conocida como Zomi, le esperaba un gran día el lunes. Ella y sus colegas de World Central Kitchen en Gaza esperaban la llegada de un barco a su muelle recién construido para poder descargar cientos de toneladas de ayuda humanitaria muy necesaria.

El equipo partió hacia las 8:00 a. m. del lunes, hora local de Rafah, en el sur de Gaza, y se dirigió al norte, a Deir al Balah. Estaban “muy emocionados, como si fueran a una boda”, dijo Shadi Abu Taha, cuyo hermano, Saif, estaba entre ellos.

Pero el viaje terminó en tragedia.

Los bombardeos israelíes alcanzaron su convoy esa noche, matando a Frankcom y a seis de sus colegas de World Central Kitchen, la organización benéfica fundado por el chef José Andrés que ha estado repartiendo millones de comidas en Gaza.

Muchos países, entre ellos Australia, Reino Unido y Estados Unidos, de donde procedían algunos de los trabajadores, han condenado el ataque y han pedido que se investigue y se determinen responsabilidades.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que ha rechazado casi inequívocamente las críticas internacionales por la actuación de su país en la guerra contra Hamás, dijo el martes por la noche que Israel “lamenta profundamente el trágico incidente”.

El ejército israelí dijo que los ataques se habían debido a una “identificación errónea”, pero no ha ofrecido más detalles. “Fue un error que se produjo tras una identificación errónea, por la noche durante la guerra en una condición muy compleja”, comentó en un video el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, el martes. “No debería haber ocurrido”.

[El gráfico a continuación muestra las muertes de trabajadores de ayuda humanitaria o cooperantes desde 1997. Las barras rojas corresponden a Gaza y Cisjordania y las color durazno a otros países y territorios]

Las muertes elevaron al menos a 196 el número de trabajadores humanitarios muertos durante la guerra en Gaza, incluidos más de 175 empleados de las Naciones Unidas, muchos de ellos palestinos locales, según el secretario general de la ONU, António Guterres, quien calificó la cifra de muertos de “inaceptable”.

El letal ataque israelí también está retrasando los intentos de hacer frente a la crisis de hambre en la Franja de Gaza. Varios grupos de ayuda han dicho que están siendo más cautelosos a la hora de hacer entregas y al menos dos han suspendido sus operaciones. La propia World Central Kitchen detuvo su trabajo en Gaza y envió tres barcos con cientos de toneladas de alimentos de vuelta al puerto en Chipre.

El barco del World Central Kitchen, el Jennifer, había llegado a Gaza el lunes por la mañana. Transportaba unas 332 toneladas de ayuda que iba a descargar en el rudimentario embarcadero, construido en seis días con los escombros de los edificios bombardeados.

Los trabajadores pasaron el día sacando 100 toneladas de suministros del buque y llevándolas a su almacén situado a pocos kilómetros al sur, en Deir al Balah. También se reunieron con Sigrid Kaag, alta funcionaria humanitaria y coordinadora de reconstrucción de la ONU para Gaza.

El resto de la descarga tendría que esperar hasta el día siguiente. El equipo iba a regresar a Rafah, un traslado que suele requerir la coordinación con el ejército israelí.

[El mapa a continuación muestra, con las flechas en la izquierda, las ubicaciones de los tres vehículos del convoy de ayuda destruidos. Arriba, al medio, la ubicación del Hospital al-Aqsa, a donde llegaron las víctimas, y a la derecha la ubicación del almacén]

En algún momento de la noche, los trabajadores de World Central Kitchen se montaron en sus vehículos. Su convoy —dos vehículos blindados y un tercero— salió del almacén y se dirigió a una carretera costera. Los militares israelíes habían sido informados de los movimientos de los trabajadores humanitarios, dijo la organización benéfica. Se dirigían hacia el sur, a su alojamiento en Rafah, pero no llegaron lejos.

Los primeros reportes de bombardeos en la zona empezaron a llegar a través de los canales palestinos de la aplicación de medios sociales Telegram sobre las 10:30 p. m.

Fue entonces cuando la Media Luna Roja Palestina, una organización de ayuda humanitaria, recibió una llamada diciendo que se había producido un ataque contra un vehículo en Al-Rashid, la carretera de la costa. Los médicos de la organización se pusieron en contacto con el ejército israelí para coordinar su propio desplazamiento, explicó Mahmoud Thabet, que respondió a la llamada.

Una vez obtenida la autorización, se dirigieron al lugar y encontraron tres vehículos destruidos, junto con los cadáveres de las víctimas.

“No teníamos ni idea de quiénes eran las víctimas”, dijo Thabet en una entrevista. “Nos impactó ver a personas extranjeras”.

Se empezó a correr la voz de que habían muerto varios trabajadores extranjeros. Más tarde, circularon por las redes sociales fotos de pasaportes ensangrentados —británico, australiano y polaco— junto con imágenes de cuerpos despedazados.

Abdelraziq Abu Taha, otro hermano de Saif, dijo que se había enterado por un empleado de World Central Kitchen de que había habido un ataque cerca de Deir al-Balah. Profundamente preocupado, Abu Taha intentó una y otra vez llamar a su hermano, pero no obtuvo respuesta.

Ni World Central Kitchen ni el ejército israelí hicieron declaraciones públicas inmediatas sobre lo ocurrido. En las redes sociales empezaron a difundirse imágenes más explícitas: cadáveres sacados de una ambulancia del Hospital de los Mártires de Al Aqsa y tendidos en el suelo. Las imágenes mostraban a gente haciendo fotos y videos, empujándose para acercarse, mientras se inspeccionaban los pasaportes y se colocaban sobre dos cuerpos que llevaban chalecos antibalas.

Poco después de la 1:00 a. m., World Central Kitchen emitió un breve comunicado en el que informaba que estaba al tanto de los informes de que miembros de su equipo habían muerto en un ataque militar israelí mientras trabajaban para apoyar las labores humanitarias de entrega de alimentos en Gaza.

[Video a continuación: World Central Kitchen ha suspendido sus actividades de ayuda en Gaza después de que siete trabajadores humanitarios murieran en ataques aéreos israelíes el lunes. Varios videos revelan los desafíos de la distribución de alimentos en un territorio bajo ataque.]

El ejército israelí respondió poco después, diciendo a la 1:34 a. m. que estaba “llevando a cabo una inspección exhaustiva a los más altos niveles para comprender las circunstancias de este trágico incidente”.

La primera confirmación de que los trabajadores de World Central Kitchen habían muerto llegó 14 minutos después en una publicación en las redes sociales de José Andrés. En él, el chef expresó su dolor por la muerte de “varios de nuestros hermanas y hermanos” en un ataque israelí.

A partir de allí, comenzaron a llegar los mensajes de condolencia, los homenajes y la indignación.

Abdelraziq Abu Taha siguió intentando ponerse en contacto con su hermano, llamando una y otra vez hasta que, finalmente, alguien atendió.

“El dueño de este teléfono está en el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa”, recuerda que le dijo una voz extraña. El hospital había recibido cinco cadáveres, añadió el desconocido.

No fue sino hasta las 7:07 a. m. cuando se hizo evidente la magnitud de la tragedia: siete trabajadores habían muerto, según informó World Central Kitchen en un nuevo comunicado, culpando directamente al ejército israelí de lo que calificó de “ataque selectivo”.

La Media Luna Roja Palestina dijo que su personal había encontrado inicialmente cinco cadáveres en el lugar de los hechos. Dos más fueron localizados más tarde, tras un esfuerzo de varias horas, y trasladados al hospital de Al-Aqsa, según informó la organización el martes por la mañana.

Las fotografías y los videos de las secuelas de aquella mañana plantearon más preguntas sobre lo ocurrido en la carretera costera. Tres camionetas blancas se encontraban en diversos estados de destrucción, con la parte delantera de una de ellos quemada hasta su estructura metálica.

En el interior del vehículo y en la calzada había papeles carbonizados con el emblema de la World Central Kitchen. El techo del lado del pasajero de otro vehículo estaba perforado por un agujero de unos 60 centímetros de diámetro, pero el parabrisas y las ventanas laterales estaban prácticamente intactos. El tercer vehículo no tenía puertas, ventanas ni techo, y su interior estaba manchado de sangre.

Videos y fotografías verificados por The New York Times sugerían que el convoy había sido impactado varias veces. Las imágenes muestran tres vehículos blancos destruidos, con los vehículos situados más al norte separados por casi 2,5 kilómetros del vehículo más al sur.

Expertos en armamento dijeron al Times que los vehículos habían sido alcanzados por municiones pequeñas y precisas, muy probablemente disparadas desde un avión no tripulado. Chris Cobb-Smith, experto en seguridad y veterano del ejército británico, señaló en un mensaje de texto que el patrón de daños sugería que las municiones habían sido “muy precisas”, con una “explosión devastadora pero limitada”.

Justin Bronk, investigador principal del Royal United Services Institute de Londres, revisó los videos que mostraban los vehículos dañados. Señaló en un correo electrónico que “parecen haber sido alcanzados por misiles pequeños y altamente precisos”.

“No puedo describir la conmoción que sentimos cuando vimos esas fotos”, dijo Abdelraziq Abu Taha. “Incluso ahora, mi padre, mi madre, ninguno de nosotros puede creerlo. Estaba bajo protección internacional. Solo dos horas antes, estaba junto a los israelíes en el muelle”.

Adam Rasgon, Kim Severson, Gaya Gupta, Matina Stevis-Gridneff, Michael Levenson y Anushka Patil colaboraron con reportería.


Riley Mellen
es reportero del equipo de investigaciones visuales del Times, el cual combina reportería tradicional con análisis forense digital avanzado. Más de Riley Mellen


Aaron Boxerman
es reportero del Times especializado en noticias internacionales. Más de Aaron Boxerman


Aric Toler
es reportero del equipo de Investigaciones Visuales del Times, donde utiliza técnicas emergentes de descubrimiento para analizar información de código abierto. Más de Aric Toler

Adam Rasgon, Kim Severson, Gaya Gupta, Matina Stevis-Gridneff, Michael Levenson y Anushka Patil colaboraron con reportería.

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