Año Nuevo: el papa Francisco pidió el fin de todas las guerras y recordó el primer aniversario de la muerte de Benedicto XVI

El Papa durante el Te Deum de Año Nuevo
El Papa durante el Te Deum de Año Nuevo - Créditos: @ANDREAS SOLARO

ROMA.- En el último día de un año intenso y lleno de sobresaltos por su salud, el papa Francisco, de 87 años, pidió este domingo el fin de todas las guerras y recordó a su predecesor, Benedicto XVI, papa emérito, al cumplirse el primer aniversario de su muerte, el 31 de diciembre de 2022.

“Seguimos rezando por los pueblos que sufren por las guerras: el martirizado pueblo ucraniano, los pueblos palestino e israelí, el pueblo sudanés y muchos otros”, clamó, después de la tradicional oración del Ángelus, que recitó, como siempre, asomado a la ventana de su despacho del Palacio Apostólico.

“En el final del año, tengamos el coraje de preguntarnos: ¿cuántas vidas humanas han sido destrozadas por los conflictos armados? ¿Cuántos muertos? ¿Y cuánta destrucción, cuánto sufrimiento, cuánta pobreza?”, deploró. “Quien tiene interés en estos conflictos, escuche la voz de la conciencia”, pidió, al mencionar, además, a los martirizados rohingya -una comunidad mayoritariamente musulmana que ha huido de oleadas de persecución en Birmania, un país predominantemente budista- y el horror ocurrido en el estado de Plateu, Nigeria, donde durante las celebraciones de Navidad la violencia dejó sin vida 160 personas.

Ante unos 20.000 fieles presentes en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco también recordó el primer aniversario de la muerte de su predecesor, Benedicto XVI, papa emérito (2005-2013), fallecido el 31 de diciembre de 2022, a los 95 años.

Asistido hasta el final por su secretario privado, el arzobispo alemán, Georg Ganswein y cuatro mujeres consagradas del grupo Memores Domini, del movimiento de Comunión y Liberación, Benedicto murió a las 9.34 de ese día en el Monasterio Mater Ecclesiae, en los Jardines Vaticanos. Allí vivía desde su clamorosa renuncia, anunciada el 11 de febrero de 2013.

“Hace un año el papa Benedicto XVI concluía su camino terrenal, después de haber servido con amor y sabiduría la Iglesia”, dijo. “Sentimos por él mucho afecto, mucha gratitud, mucha admiración”, subrayó. “Que desde el cielo nos bendiga y nos acompañe”, rogó, al pedirle a la multitud un aplauso por su predecesor.

Para este primer aniversario del fallecimiento de Joseph Ratzinger, eximio teólogo alemán que fue durante más de dos décadas brazo derecho de San Juan Pablo II, su exsecretario privado, Ganswein, celebró por la mañana una misa en la Basílica de San Pedro. Durante el sermón Ganswein, que ya no vive en Roma como hubiera querido, sino que debió regresar a su Alemania natal por voluntad de Francisco, se quebró al recordar “la riqueza de la enseñanza, la profundidad de la teología y el ejemplo de este simple humilde trabajador en la viña del Señor”, utilizando esas mismas palabras con las que Benedicto se había presentado al mundo al ser electo en abril de 2005, después de la muerte de San Juan Pablo II.

Ganswein junto al cuerpo de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro  V
Ganswein junto al cuerpo de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro V - Créditos: @ANDREAS SOLARO

Ganswein, que hace un año, días después de la muerte de Benedicto publicó un libro autobiográfico que causó revuelo por sacar a relucir supuestas diferencias entre el Papa reinante y el papa emérito, rezó luego ante la tumba de Benedicto, que se encuentra en las llamadas grutas vaticanas, debajo de la Basílica de San Pedro.

El primer aniversario de la muerte de Benedicto XVI también fue evocado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni: “al recordar un grande de la historia y un gigante de la razón, de la fe y de la síntesis positiva entre la una y la otra, seguimos aprovechando de su fecunda herencia espiritual e intelectual”, escribió en un posteo en X (ex Twitter).

“Esta también tiene un profundo valor cívico, capaz de orientar a todos, creyentes y no creyentes, porque continúa hablando a la mente y al corazón de las personas”, agregó.

Te Deum

Al presidir esta tarde en la Basílica de San Pedro la tradicional ceremonia de las vísperas y el Te Deum de fin de año, en su último sermón de 2023 el papa Francisco se centró en dos palabras fundamentales del momento: gratitud y esperanza. “Pero alguien podría decir: ‘¿No es lo que hacen todos en esta última noche del año? Todos agradecen, todos esperan, creyentes y no creyentes’. Quizás puede parecer así y ojalá lo fuera”, comentó.

“Pero, en realidad, la gratitud mundana, la esperanza mundana, son aparentes: adolecen de la dimensión esencial que es la de la relación con el Otro y con los otros, con Dios y los hermanos”, advirtió. “En cambio, en esta liturgia, que culmina con el gran himno Te Deum laudamus, se respira otra atmósfera: la de la alabanza, la del estupor, la del reconocimiento”, explicó.

El Papa recorrió la Plaza San Pedro en silla de ruedas
El Papa recorrió la Plaza San Pedro en silla de ruedas - Créditos: @ANDREAS SOLARO

Luego de subrayar que “no es optimismo, sino fe en Dios”, lo que tienen la Iglesia y la Virgen María, el Papa habló del Jubileo u Año Santo que se celebrará en Roma en el año 2025, cuyo lema es “peregrinos de esperanza”. Y llamó a todos los presentes –entre los cuales, el alcalde Roma, Roberto Gualtieri-, a una buena preparación en vista de este gran evento que atraerá a esta capital millones de fieles de todo el mundo.

Finalizada la ceremonia, Jorge Bergoglio, sonriente y saludando a todos, fue en silla de ruedas a ver el enorme pesebre y árbol de Navidad levantados en la Plaza de San Pedro.

Mañana, cuando se celebra la Jornada Mundial de la Paz, el papa Francisco presidirá una santa misa solemne por el primer día del año en la Basílica de San Pedro a las 10 (las 6 en la Argentina) y luego, a las 12, la tradicional oración mariana del Angelus.