5 frases destacadas del discurso de Bukele al ser investido presidente de El Salvador para un segundo mandato

Nayib Bukele, presidente de El Salvador
Nayib Bukele gobernará El Salvador al menos durante otros cinco años. [Getty Images]

Una receta propia que cura, pero que debe seguirse al pie de la letra para que dé resultados.

Esa fue la idea central del discurso que pronunció Nayib Bukele este sábado desde el balcón del Palacio Nacional, al asumir la presidencia de El Salvador para un segundo mandato.

En el mensaje, que sonó a continuación del que lanzó en su primera investidura en 2019, adelantó que en sus siguientes cinco años al frente del gobierno la prioridad será la economía.

Y dejó entrever que, en el camino de la recuperación económica, los salvadoreños tendrán que enfrentarse a algunas medidas difíciles. Deberán tomar una “medicina amarga” y seguir las instrucciones “al pie de la letra”, para que los logros en esa materia sean como los obtenidos en seguridad en los últimos cinco años.

A continuación te resumimos las frases más destacadas del discurso en el que Bukele también hizo referencia a una oposición “insignificante pero rabiosa”, dio gracias al pueblo salvadoreño por su apoyo, y a Dios, a su esposa Gabriel Rodríguez y a sus hermanos por su ayuda, y dijo que “todos los ojos están hoy puestos en El Salvador”.

Como era de esperar, Bukele hizo hincapié en los resultados de su política de seguridad, que fue el centro de su primer mandato como presidente y lo que llevó, en gran medida, a alzarse con el segundo arrasando en las urnas el pasado 4 de febrero.

Así, insistió en que se logró reducir los homicidios en un 97%, volviendo a El Salvador “el país más seguro del hemisferio”.

“En cinco años le dimos vuelta a una situación que llevaba más de medio siglo sin resolverse, con más de 70.000 terroristas que controlaban el país y que dejaron más muertos que el conflicto armado”, prosiguió.

Los resultados, sin embargo, no le libraron de las críticas. Su política de seguridad acumula cientos de denuncias de violaciones de derechos humanos, desde detenciones arbitrarias a abusos y torturas en las cárceles.

“Sin el éxito de esta guerra contra las pandillas, muchos de los que nos ven por televisión y por redes sociales ya estarían muertos”, mantuvo entretanto Bukele.

El presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Ernesto Castro (derecha), le pregunta a Nayib Bukele si jura el cargo de
El presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Ernesto Castro (derecha), le pregunta a Nayib Bukele si jura el cargo de "presidente consitucional" de El Salvador durante la investidura el 1 de junio. [Cortesía Presidencia de El Salvador]

“La oposición, que es numéricamente insignificante pero rabiosa, sigue defendiendo una institucionalidad, una democracia, como dicen ellos, que solo nos dejó madres, abuelos, amigos y hermanos asesinados impunemente”, siguió Bukele, insistiendo en el tema de la seguridad.

Con ello, también subrayó la legitimidad de su segundo gobierno, puesta en duda por muchos críticos que argumentan que forzó las costuras de la Constitución para poder volver a ser presidente y aseguran que este segundo mandato es la consolidación de la deriva autoritaria del país.

Además de insistir en su apoyo en las urnas, en su discurso Bukele aseguró que ha sido reconocido por “el 100% de los países del mundo”. Y como prueba de ello, se refirió a la presencia en la plaza Gerardo Barrios de más representantes internacionales "que nunca”.

“Nosotros decidimos hacer nuestra propia receta. Se necesita coraje, se necesita arriesgarse, en todos los niveles”, zanjó.

El presidente de El Salvador Nayib Bukele, su esposa Gabriela Rodríguez y las hijas de ambos, Layla y Aminah, en el balcón del Palacio Nacional, en San Salvador, durante la investidura presidencial, el 1 de junio de 2024.
Bukele dijo de su esposa Gabriel Rodríguez que es "la mejor primera dama de la historia de este país". [Reuters]

Para aplicar esa receta propia, en este nuevo quinquenio Bukele tendrá además el apoyo de una Asamblea Legislativa de 60 diputados y sobre la que tiene un control del 95%.

En la última sesión plenaria de la Asamblea saliente, el 29 de abril, esta dejó servida a la legislatura entrante el poder de cambiar la Constitución de manera expedita.

Así que la nueva Asamblea, que inició sesiones el 1 de mayo pasado, podría en cualquier momento abrirle la puerta a la reelección presidencial indefinida o alargar la duración de los períodos de cualquier funcionario en el poder, entre otras cuestiones.

“Ahora que arreglamos lo más urgente, que era la seguridad, vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía”, dijo Bukele, adelantando la que será la prioridad de su gobierno en los siguientes cinco años.

“La sociedad salvadoreña sigue enferma, pero ya no tiene cáncer”, continuó, refiriéndose a las llamadas maras que durante décadas aterrorizaron y desangraron el país. “Ya se curó de las pandillas, y ahora tiene que curarse de la mala economía”.

Pero ese no será un camino fácil, advirtió. “En este nuevo tratamiento para sanar la economía, quizá también haya que tomar medicina amarga”.

Y es que no es un reto menor. A pesar del aumento del turismo en respuesta a las mejoras en seguridad, la economía general sigue estancada, sin reformas estructurales, altamente endeudada y con una gran dependencia de las remesas.

Mujer sigue la investidura de Nayib Bukele como presidente de El Salvador para un segundo mandato por la televisión el 1 de junio de 2024.
Los niveles de pobreza han aumentado en El Salvador y las cuentas del Estado no cuadran. [JAVIER APARICIO/EPA-EFE/REX/Shutterstock]

Por una parte, la de El Salvador ha sido por quinto año consecutivo la economía que menos ha crecido de la región. Mientras la de Costa Rica crece entre 4,5 y 5%, según datos del Banco Central de Reserva, la de El Salvador creció en 2023 un 2,2%.

Asimismo, se importa más que se exporta —lo que se vende al exterior, sobre todo a EE.UU., son artículos textiles producidos en empresas maquiladoras— , lo que le llevó al país el año pasado a tener un déficit de la balanza comercial de más de US$8.000 millones.

Y según datos hasta septiembre de 2023 del Banco Central de Reserva y el Ministerio de Hacienda, la deuda pública asciende a US$19.612,42 millones, a lo que hay que sumar un saldo de la deuda de pensiones de US$9.010 millones.

A ello hay que sumar una brecha social cada vez más amplia, que para la mayoría de los salvadoreños se hace sostenible por el autoempleo informal.

Nayib Bukele y su esposa Gabriela saludan a la multitud desde el balcón del Palancion Nacional en la Plaza Gerardo Barrios de San Salvador, El Salvador, el 1 de junio de 2024.
La ceremonia de investidura se llevó a cabo en el Palacio Nacional, frente a las miles de personas que se congregaron en la plaza Gerardo Barrios, en el corazón de la capital, San Salvador. [Cortesía de Casa Presidencial]

De acuerdo con Bukele, para hacer frente a tamaño desafío y que la economía mejore, harán falta tres elementos: “La guía de Dios, el trabajo incansable del gobierno y que el pueblo vuelva a defender a capa y espada cada una de las decisiones que se tomen (...), sin titubeos”.

Asimismo, les pidió a los salvadoreños abandonar lo que llamó “la mentalidad del fracaso”.

“También es urgente que cambiemos algo más: la idea de que nos merecemos solo lo malo y lo feo. De quejarnos cuando las cosas cambian para bien. A eso le llamo yo mentalidad del fracaso y debemos combatirla nosotros mismos”.

Y para ello, aconsejó: “No hagan caso de las voces que los quieren envenenar”.

Bukele le pidió a los presentes no “perder la perspectiva”.

“No estamos solamente cambiando un país, estamos cambiando un paradigma”, explicó.

“Poco a poco, empezamos a crear algo mucho más significativo: un espejo donde toda Latinoamérica se ve ahora”, subrayó.

El presidente de Argentina, Javier Milei, fue uno de los asistentes a la investidura presidencial de Nayib Bukele en El Salvador. En la foto, con su hermana Karina Milei en un balcón del Palacio Nacional de San Salvador el 1 de junio de 2024.
El presidente de Argentina, Javier Milei, fue uno de los asistentes a la investidura presidencial de Nayib Bukele en El Salvador. [Cortesía de Casa Presidencial]

El mandatario no es ajeno a los políticos de la región que aspiran a seguir, al menos en materia de seguridad, lo que se ha llamado el “modelo Bukele”.

De representantes de América Latina, en la ceremonia en la que también tomó posesión del cargo el vicepresidente Félix Ulloa, estuvieron presentes el presidente de Argentina, Javier Milei; el de Ecuador, Daniel Noboa; el de Costa Rica, Rodrigo Chaves; y el de Paraguay, Santiago Peña, entre otros.

Todos ellos desfilaron por la alfombra roja que conducía al Palacio Nacional y sobre la que también marcharon a paso firme y como demostración de fuerza cerca de 2.000 efectivos de las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina Nacional.

También asistieron el rey Felipe VI de España y un representante del gobierno chino, el ministro de Turismo Sun Yeli.

Es el gobierno del país asiático el que financió la flamante Biblioteca Nacional de El Salvador —que se levanta a un costado del Palacio Nacional— y el que costeará algunos de los planes de construcción que prometen acaparar los focos de este quinquenio.

Asimismo, estuvo presente una comitiva de Estados Unidos, encabezada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien se reunió la víspera con Bukele para reafirmar la colaboración entre ambos países en la nueva etapa.

Una etapa que Bukele definió como el "renacer", un momento en el "hay que defender el legado como un león", y que sus críticos aseguran se afianzará la deriva autoritaria.

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