Con 49 minutos de Messi, Inter Miami selló la clasificación en la Concachampions
Una ráfaga, con Lionel Messi como actor protagónico, le dio la victoria por 3-1 a Inter Miami sobre Nashville y la clasificación para los cuartos de final de la Copa de Campeones de la Concacaf (Concachampions). Leo asistió a Luis Suárez para abrir el marcador y luego con una estocada aumentó la ventaja; Robert Taylor, en un pasaje incómodo para el equipo, en el segundo tiempo y ya sin el capitán en la cancha, selló el triunfo.
Sin actividad el fin de semana, en la caída con Montreal, por la MLS, la dinámica y el desgaste físico que incluyó múltiples arranques explosivos empujó a que Messi fuera reemplazado a los cuatro minutos del complementos. Una molestia muscular fue la razón para apurar que la estrella del equipo, de la MLS, de la Concachampions y el aglutinador de los juegos de la selección con El Salvador y Costa Rica, del próximo 22 y 26 de marzo, dejara el campo de juego en medio de una ovación. “Tiene una sobrecarga en el posterior derecho. Intentamos ver si podía aguantar, pero le estaba molestando y preferimos que salga del partido”, dijo el DT Martino después del partido. Todo parece indicar que el rosarino no tomará parte en el partido por la MLS del sábado próximo contra DC United, en Washington.
La apertura de la serie de octavos de final enseñó a un conjunto en modo colectivo, Nashville, y a una alineación que iluminada por las estrellas se ensambla con el rodaje de la competencia para ilusionarse en ser una sólida estructura y batallar en todos los frentes. La preocupación de Inter Miami, de su director técnico Gerardo Martino, para la revancha fue robustecerse defensivamente, no descubrirse, porque en la faceta ofensiva tiene individualidades que rescatarán al equipo en cualquier pasaje, como ocurrió en el partido de ida, en Geodis Park, cuando Messi y Suárez marcaron para el empate que resultó un alivio ante un rival que no luce, aunque asusta con el artillero canadiense Jacob Schaffelburg. Pero ningún partido es igual a otro y lo reflejaron las Garzas en su escenario favorito: el Chase Stadium, de Fort Lauderdale. En media hora estableció la diferencia, el resto del tiempo administró esa superioridad.
La victoria y clasificación de Inter Miami
La reaparición de Jordi Alba en la formación fue más que un regreso: el catalán se desempeñó como lateral-volante, porque ante la ausencia de un lateral derecho –hay negociaciones por Marcelo Weigandt (Boca); también hubo un sondeo por Agustín Giay (San Lorenzo)- invita a Martino a alistar a tres zagueros, con los argentinos Tomás Avilés y Nicolás Freire como laderos del ucraniano Serhiy Kryvtsov. Alba es un socio en el armado de juego, un creador de situaciones de peligro con sus combinaciones con Messi; el restante es el uruguayo Suárez, un finalizador de acciones. El respaldo lo ofrece el cuarto mosquetero de aquel equipo de Barcelona que hizo historia: Sergio Busquets. El volante central administra y marca el terreno con su experiencia, mientras que el juvenil Federico Redondo, que se sumó al grupo nueve días atrás, es el auxilio que se desdobla entre la marca y la gestación.
La amonestación a los cinco minutos del panameño Aníbal Godoy, con el que Leo tuvo algún intercambio de palabras en el primer encuentro, condicionó a uno de los guardianes que Nashville ubicó para tenderle celdas al capitán. Messi en seis minutos ensayó dos corridas que encendieron al público; además, un tiro libre que explotó en la barrera y un remate desviado, alto, luego de un flojísimo despeje de Lukas MacNaughton, el áspero defensor que con un planchazo sobre el rosarino –la semana pasada- preocupó por una posible lesión. Ante la falta de definición en ese arranque explosivo con el que Inter Miami dominó con amplitud, Messi mudó el protagonismo a otra de sus mejores estadísticas: las asistencias. Y Suárez enseñó el poder de fuego: con un toque hizo pasar el balón entre las piernas del arquero Je Willis y abrió la cuenta.
Impactado por el gol, inconexo, con el tablero patas para arriba –es un equipo que se destaca en la espera y las salidas rápidas-, cuando Nashville pretendió adelantarse observó a Inter Miami como un bloque cerrado –con cinco defensores y cuatro volantes- y se desmoronó. Mucho más cuando el paraguayo Diego Gómez se proyectó y, tras un engaño - juntó las marcas- soltó la pelota para Messi: de frente al arco, Leo se acomodó y colocó la pelota lejos del guardavalla, junto al poste izquierdo. En 23 minutos, una llave que el jueves último se enredó, quedó encaminada, aunque no sin sobresaltos, como cuando el palo devolvió un remate de Daniel Lovitz.
Sin la estrella de Messi, la dinámica del equipo mutó: de protagonista a observador, a dividir la posesión y sufrir algunos sustos. El foco, lentamente, empezó a centrarse en el juego del sábado, con DC United, por la MLS, donde Inter Miami es uno de los cinco punteros de la Conferencia Este, tras cuatro jornadas. La Concachampions lo devolverá a la acción en la primera semana de abril, ante el vencedor de la llave en Monterrey (México) y Cincinnati (Estados Unidos). Competencia a Messi no le faltará para defender el título de campeón de la Copa América, a partir del 20 de junio en Estados Unidos.