Estos son los 3 puntos clave del debate de anoche entre candidatos al Senado por CA

Por primera vez, los cuatro principales candidatos a ocupar el escaño de la difunta senadora Dianne Feinstein subieron juntos al escenario.

Los representantes demócratas Adam Schiff, de 63 años; Katie Porter, de 50, y Barbara Lee, de 77, junto con el exjugador de béisbol republicano Steve Garvey, de 75, se lanzaron bromas y comentarios mordaces, mientras buscaban destacar en el escenario.

Estos son algunos puntos clave del evento.

Garvey fue el saco de boxeo de los demócratas

Quizá lo más destacado de la noche fue que el republicano Garvey recibió un golpe tras otro de sus rivales demócratas.

Hay una buena razón para ello: las encuestas muestran a Garvey en un cercano tercer puesto y compitiendo por el segundo detrás de Schiff. Dado que las primarias tipo “jungla” de California implican que los dos primeros candidatos serán seleccionados independientemente del partido, Garvey no tiene que ganar las primarias para llegar a la boleta de noviembre, solo tiene que perder por la menor cantidad.

Dada la anterior carrera de Garvey –fue jugador tanto de Los Angeles Dodgers como de los San Diego Padres–, era inevitable que se hicieran chascarrillos sobre el beisbol, y Porter no decepcionó.

Cuando Garvey se negó a decir cómo votaría en las elecciones de 2024 –habiendo votado dos veces por el expresidente Donald Trump–, Porter replicó: “Una vez Dodger, siempre Dodger”.

Y cuando Garvey discutió una reciente visita a un refugio para personas sin hogar, donde inexplicablemente habló de tocar a los indigentes, Lee expresó su total disgusto con él, mientras que Schiff dijo que Garvey “aspiró” al decir eso.

Schiff evitó una derrota catastrófica

A lo largo del debate, Schiff, quien mantiene una estrecha pero consistente ventaja en las encuestas, se manejó como un polemista experimentado y evitó cometer errores graves.

Pero eso no impidió que los otros candidatos, en particular Porter, persiguieran al congresista demócrata de Burbank.

Hacia el final del debate, Porter, quien ha pregonado repetidamente su negativa a aceptar dinero de los comités de acción política corporativos, arremetió contra Schiff por aceptar dinero de la industria petrolera.

“Quizá el representante Schiff haya perseguido a las grandes petroleras antes de llegar al Congreso, pero cuando llegó al Congreso cobró cheques de empresas como BP, de empresas de combustibles fósiles”, dijo.

Schiff contraatacó diciendo: “Bueno, en primer lugar, yo te di ese dinero a ti, Katie Porter”.

Esa fue una referencia a la recaudación de Schiff de más de $200,000 en contribuciones para Porter desde que lanzó su primera candidatura al Congreso en 2018.

Garvey se mostró ‘Reaganesco’... y no se comprometió

Si viste el debate el lunes por la noche, es posible que te hayas sorprendido cuando viste hablar a Garvey por primera vez. Todo en él parecía calculado para hacer alusión al difunto presidente republicano de California Ronald Reagan, desde su pelo y comportamiento hasta su voz suave.

Incluso soltó una ocurrencia del tipo “¡Aquí vamos de nuevo!” en un momento del debate.

Queda por ver si esas referencias a Reagan por parte de Garvey dan frutos entre los electores republicanos, pero su negativa a comprometerse en un sentido u otro sobre cómo votará en noviembre podría ser un lastre.

Los moderadores trataron de acorralar a Garvey sobre si todavía apoya a Trump, quien enfrenta múltiples encausamientos de delitos graves y es objeto de una investigación criminal sobre su papel en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio.

Garvey se limitó a decir que Trump fue mejor opción que la candidata demócrata de 2016, Hillary Clinton, y que el candidato demócrata de 2020 (y eventual ganador de las elecciones), Joe Biden, pero que su voto es algo personal y que no lo compartiría.