Al menos 15 muertos en disturbios en Papúa Nueva Guinea durante una huelga de fuerzas de seguridad

El Gobierno de Papúa Nueva Guinea trata de restablecer el orden este jueves después de que al menos 15 personas murieran durante disturbios y saqueos que dejaron en llamas las dos mayores ciudades del país.

Los disturbios comenzaron el miércoles en la capital, Port Moresby, después de que cientos de policías, soldados, personal de prisiones y funcionarios públicos paralizaran sus actividades en protesta por recortes salariales. El Gobierno de Papúa Nueva Guinea atribuyó la reducción salarial a un problema administrativo.

Además se registraron disturbios similares que causaron daños en Lae, la segunda ciudad más grande del país. La televisión nacional australiana informó de que al menos 15 personas murieron en Port Moresby y Lae.

Aumento de las tensiones sociales

Las tensiones en el país han aumentado en medio de un alto desempleo y un aumento del coste de vida. El primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, dijo que Port Moresby se encontraba “bajo estrés y presión”, pero que la violencia había disminuido. Muchas tiendas y servicios bancarios permanecieron cerrados este jueves mientras los dueños de negocios reparaban los daños.

"La Policía no trabajó ayer en la ciudad y la gente recurrió a la anarquía; no todo el mundo, pero sí en ciertos segmentos de nuestra ciudad", dijo Marape en una conferencia de prensa este jueves. "El informe de situación de esta mañana muestra que la tensión en la ciudad ha disminuido", añadió.

Papúa Nueva Guinea es una nación diversa y en desarrollo, compuesta en su mayoría por pequeños agricultores, y en la que se hablan unos 800 idiomas. Está en una parte estratégicamente importante del Pacífico Sur. Con 10 millones de habitantes, es el país más poblado del Pacífico Sur después de Australia, que alberga a 26 millones de personas.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, hizo un llamamiento a la calma, y agregó que su Gobierno no había recibido ninguna solicitud de ayuda de su vecino más cercano. Papúa Nueva Guinea y Australia firmaron el mes pasado un pacto de seguridad bilateral.

Papúa Nueva Guinea lucha por contener la escalada de violencia tribal y disturbios civiles en regiones remotas, y tiene el objetivo a largo plazo de aumentar su número de policías de 6.000 agentes a 26.000.