12º parlamento de las niñas y los niños
En la instalación del grupo coordinador estatal, lo dije sí. Estamos ante la pedagogía más impresionante de la historia ciudadana, el disruptivo lúdico de niñas y niños como conductores de la Cámara de Diputados, parlamentarios estudiantes del 5º año de educación primaria. El Poder Legislativo es uno de los órganos constitucionales del Estado mexicano, es un auditor de las actividades gubernamentales. El parlamento vio sus primeras luces en pleno medievo, autorizaba gastos de guerra, garantizaba los derechos a favor de la nobleza, clero y militar. En el siglo XIX que se transformó en una herramienta de la voluntad popular.
Participar en la formación de legisladores no supone el futuro, pues aún no existe. Este programa atiende el ahora, un presente institucional que deriva de nuestra Carta Magna y sus leyes, que está en nuestras, se trata de que la niñez viva el presente, que lo empodere en su historia, que vía proyectos y políticas públicas lo apoyen para enfrentar el mañana. Esa es la pedagogía. No es un programa angustiante de porvenir e incertidumbre; hay que enfocar las ideas hacia la educación escolar y extraescolar, debemos dejar que el sujeto de los pensamientos sea instrucción, enseñanza, educación, cultura, eso es cuidarse a sí mismo, dedicarse tiempo. Es consolidar el presente, con ello nos apoyamos a atender el provenir. Anticipar ser legislador de manera flexible y ingenua, exponer a los educandos a retos y situaciones sintiéndose acompañados por las instituciones es una ruta cordial y formativa.
Es de suma importancia formar desde la escuela y su relación con el mundo de la vida el trabajo legislativo, es una espacial función pedagogía, formar en presente la sensibilidad de los legisladores del futuro para adecuar, interpretar, atender e integrar las necesidades del pueblo para satisfacer lo necesario. Lo toma el Pueblo, es la muestra política de que las decisiones no se activan en solitario, la característica principal de la democracia es que el poder soberano proviene del Pueblo, siendo la decisión tomada por la comunidad de ciudadanos, que son de hecho los custodios responsables. Ese es el misero detalle educativo, nos une hoy, parodiando a Ortega y Gasset.
La tarea principal de los diputados es legislar en beneficio del Pueblo y controlar el uso de los recursos públicos utilizados por los diferentes niveles de gobierno. La actividad legislativa incluye leyes, normas y reglamentos, así como las reformas necesarias para mejorar el funcionamiento de la sociedad. Hoy, tenemos una deuda con las nuevas generaciones crear una pedagogía de la virtualidad. Nadie más comprometido con la escuela que las instituciones de la República para enfrentar los problemas sociales con proyecto, como estableció el Hada en el cuento de Pinocho, la escuela está en la ciudad y la ciudad está en la escuela.
El avance democrático de México ha dado grandes pasos en los últimos años, el legislador creo instituciones para la administración e impartición de justicia independiente de los procesos electorales. De la misma manera adecua las relaciones en un nuevo mundo caracterizado por la virtualidad, se perfecciona el lenguaje, la moral, la ética, que atiende la pluralidad y la diversidad de la nueva realidad. Se ha conformado un pluralismo político más específico, desde luego, siempre la buena práctica de crear nuevos mecanismos y términos de cooperación bajo la nueva marca de gobiernos divididos. Este patrimonio nos está demandado la formación temprana de legisladores que se preparen para diseñar y construir un mundo más bonito que el nuestro, parodiando a José Alfredo Jiménez.
El Poder Legislativo, hoy más que nunca, necesita recuperar su vitalidad como el verdadero guardián del ejecutivo. Digámoslo así, la democracia mexicana no será efectiva sin dar a los ciudadanos el control sobre sus representantes. La esperanza son las nuevas generaciones, las que sepan acoplar desde las aulas lo digital con lo analógico. Que recuperen el lenguaje como el cálculo que permite compartir significados. Que logren vivir en una realidad formada en gravitación a la velocidad de la luz, alma del mundo en pantallas. Que superen la posmodernidad al amparo de las virtudes como escena de los comportamientos. Hay por mandato democrático una renovada convicción educativa en el Estado, mostrará su convicción que educar es crear hábitos deseables. La educación no es una mudanza para ascender en la escala social. Es necesaria para alcanzar lo mejor que tiene de sí cada persona, cada una y uno en el compromiso de educarse para contribuir a que los otros estén mejor de lo que ahora están.
Aguascalientes ha destacado en los parlamentos infantiles, han dejado una huella argumentativa, han dignificado desde sus tiernas edades la tribuna más grande de la Patria. Esta nueva generación de legisladores destacará más pues las instituciones que estamos involucradas si lo hacemos con rango de la actividad educativa.