Los éxitos de la selección mejoran el humor social, pero no afectan la imagen del Gobierno

Fabiola Yañez, Alberto Fernández y el hijo de ambos, Francisco, viendo un partido de la selección argentina en el Mundial
Fabiola Yañez, Alberto Fernández y el hijo de ambos, Francisco, viendo un partido de la selección argentina en el Mundial - Créditos: @Presidencia

Las gambetas de Lionel Messi, los goles de Julián Álvarez, la prestancia del mediocampo, el ida y vuelta de los marcadores laterales, los cruces salvadores de la zaga central y las voladas de Emiliano “Dibu” Martínez, que se conjugaron para llevar a la selección argentina a un desempeño superlativo en el Mundial de Qatar, contribuyen al buen humor social, pero la política no capitaliza ese gran desempeño. Así lo plantean especialistas en opinión pública consultados por LA NACION, que sostienen que la performance argentina en la Copa del Mundo no tiene impacto para la política nacional, ni para el presidente Alberto Fernández ni para la oposición.

La interpretación que se desprende de las opiniones de los expertos es que el equipo argentino provoca una pausa alegre en la opinión pública, con un efecto corto en el tiempo, tras el cual las muestras de disconformidad reaparecerán sin cambios.

“Lo que está generando buen humor social es un aspecto de la realidad que dispara marcos interpretativos que no tienen nada que ver con la política, mucho menos para este proceso de la selección. Si estuviera un Maradona, que tenía definiciones políticas, entonces un triunfo de la selección podría tener impacto político. Pero acá tenemos una selección que se ha alejado lo más posible de la política. Salió campeona de la Copa América y no dejó ningún margen para que la política se acercara: Alberto Fernández no logró que los jugadores pasaran por Casa Rosada. Con lo cual, cuando desaparezca el evento, la gente volverá a los marcos interpretativos previos”, sostuvo Lucas Romero, director de Synopsis Consultores, en diálogo con LA NACION.

Horacio Rodríguez Larreta  y sus aliados, vestidos con los colores de la selección en un encuentro político en Costa Salguero, el jueves
Horacio Rodríguez Larreta y sus aliados, vestidos con los colores de la selección en un encuentro político en Costa Salguero, el jueves - Créditos: @Walter Carrera

“El Mundial está desplazando a otros temas de la discusión y la conversación pública, pero cuando se acabe, va a volver la realidad que había generado el mal humor social que teníamos antes del Mundial, salvo que la economía y la realidad cambien”, concluyó Romero.

Para Gustavo Córdoba, director de Zuban, Córdoba y Asociados, tampoco hay efectos del Mundial sobre la política. “No considero que tenga un impacto directo en la política. Nunca lo tuvo y no creo que, en este contexto, sea diferente. Aun ganando la Copa, es difícil que eso mejore la posición relativa de Alberto Fernández, del Frente de Todos, o que beneficie a la oposición. Esta selección ha gambeteado muy bien esos aspectos; anteriores selecciones no lo pudieron hacer o evitar, por el nivel de compromiso que tenían”, argumentó el consultor, que añade al escenario que el equipo nacional “ha conmovido a todo el mundo, excede los parámetros de la grieta y de todo lo que es análisis de la cuestión electoral”.

Los análisis de los especialistas en opinión pública son coincidentes. “El Mundial solo tiene efectos suspensivos. Es como que viene sonando una canción, alguien pone pausa y, de repente, se escucha una conversación distinta que tiene que ver con la alegría, la unidad y el optimismo. Creo que, independientemente de si sale campeón o no, al otro día o cuando el tema se agote comunicacionalmente, se levanta la pausa y la música que sigue sonando es la misma. No creo que cambie nada en términos de opinión pública, imágenes, dirigentes, Gobierno e intención de voto”, evaluó Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina.

Nejamkis subrayó también que “ningún político está en condiciones ni se atrevería a tratar de atribuirse algún mérito en relación al rendimiento de la selección argentina, porque eso le significaría ir al matadero”, lo que “oficia como un freno para la conexión entre fútbol y política”.

Según resaltó Cristian Buttie, director de CB Consultora, nada del apoyo que concita el equipo dirigido por Lionel Scaloni puede beneficiar al Gobierno ni a figuras opositoras que se muestren conmovidas por los buenos resultados. “La realidad política y económica del país es un camino que poco y nada se cruza con el gran desempeño de la selección nacional y el buen humor social que eso genera. Que figuras políticas se muestren festejando las humaniza, pero no les genera ni un solo voto”, indicó Buttie a LA NACION.

Buttie apeló al recuerdo del Mundial 1986, jugado en México, en el que la selección argentina se coronó campeona: “Posiblemente encontremos una sociedad un poco más paciente ante las contingencias que vivimos día a día, pero ya tenemos experiencias anteriores (como la presidencia de Raúl Alfonsín) que marcan que un campeonato del mundo no soluciona problemas socioeconómicos estructurales”.

Los analistas consultados señalaron que no pusieron en marcha estudios que busquen cuantificar el efecto del Mundial en la política, porque carecen de sentido. Alejandro Catterberg, director de la consultora Poliarquía, lo dejó en claro ante la consulta de LA NACION. “No vemos en nuestros estudios un cambio en los indicadores de opinión pública por el Mundial”, resumió.

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